Una de las frases más famosas de Warren Buffett es “si los mercados fueran eficientes, yo estaría pidiendo caridad en la calle” y tiene muchas connotaciones. Una de ellas es que los mercados tienen un grado limitado e ineficiente de información, por lo que los inversionistas tratan de anticiparse unos a otros haciendo pronósticos certeros sobre las ganancias de las empresas. Esta imperfección es la que hace que existan compradores y vendedores que, junto con el precio y la cantidad, constituyen la base del mercado.
Otro significado es que los mercados, al igual que la economía, suelen tener altibajos debido a la condición humana de cometer errores. Un claro ejemplo es lo que hoy se está viviendo en el mundo en materia de volatilidad, escasez de energía y alimentos, inflación y tasas de interés, debido a la guerra sin sentido entre Rusia y Ucrania. Errores como estos tienden a polarizar las posiciones de inversionistas y analistas, ocasionando una gran incertidumbre que, finalmente, termina por beneficiar a quienes reaccionen de manera correcta al entorno de confusión económica.
Aquí algunos puntos clave que seguramente serán de utilidad para salir bien librado de la actual coyuntura que, dicho sea de paso, no es diferente al contexto de inestabilidad financiera vivido a lo largo de la historia y que siempre han sido superados.
No tenemos por qué ser expertos en todo. Uno de los resultados más notables del avance tecnológico, es el poner al alcance de todos desarrollos que nos permiten hacer casi cualquier cosa, incluso invertir. Sin embargo, el procedimiento para invertir correctamente requiere de tiempo, conocimiento, análisis, manejo de información abundante y conocimiento mínimo de teoría de inversiones e indicadores de riesgo.
Por lo que acercarse a un profesional es una buena idea, no sólo porque este es su campo de experiencia, sino porque en su roll de asesor puede ser de gran ayuda para evitar que las emociones de los inversionistas jueguen un roll preponderante en su proceso de toma de decisiones. Un asesor profesional, ayudará a los inversionistas a manejar eficientemente su cartera, y les liberará tiempo para que se dediquen a sus actividades profesionales.
No de nada por hecho. Las noticias suelen ser exageradas y demasiado abundantes, al grado de confundir; de hecho, existe un refrán que dice “si no estás confundido es porque no estás bien informado”. Es decir, es fácil desorientarse y tomar decisiones equivocadas atendiendo al cumulo de noticias que hay flotando en las redes. Actualmente, por ejemplo, el principal argumento para los pesimistas del mercado accionario es que la Fed aumentará las tasas de interés hasta el punto de que se ocasione una recesión.
En este sentido, es importante tener presente varios aspectos que sirven para matizar esta posición extrema. Hay que reconocer que existe una gran diferencia entre la inflación de la década de los 70’s, cuando alcanzó niveles de 12% en 1974 y hasta de 15% en 1980, debido a shocks petroleros, y la actual, 9.1% anual al cierre de junio. La inflación de los 70’s ocasionó que la Fed incrementará las tasas de interés hasta 20%, buscando frenar el incremento de los precios. Actualmente se anticipa que la inflación haya alcanzado el techo y el nivel de las tasas para este año se espera que se ubique en 3.5%.
Otra diferencia fundamental, es que hoy la Reserva Federal tiene un objetivo dual: mantener el empleo máximo con estabilidad de precios, a lo que se suma un tercer objetivo paralelo que es mantener las tasas de interés de largo plazo en niveles razonables. Estos objetivos fueron formalmente reconocidos por el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) en 1978 y siguen vigentes, lo que obliga a la Reserva Federal a buscar un equilibrio entre las variables, y no bajar la inflación a costa de provocar una recesión económica.
Dicho de otra manera, el incremento en las tasas de interés se dará hasta el momento en el que se presente evidencia de que la economía más grande del mundo se empieza a desacelerar en exceso. Permitir que la economía entre en recesión sería faltar también a uno de los mandatos que tiene la Fed, y esto sería igual de malo que dejar que la inflación se mantuviera en niveles elevados. Sin duda, el reto de las autoridades monetarias es ser exitoso en todas sus atribuciones.
Las tasas no restarán atractivo al mercado bursátil. Asumiendo, que el ciclo restrictivo de la Fed termine con un nivel de tasas en 3.5%, con una inflación cercana a 9%, la tasa de interés real sería de – 5.5%. Es decir, en todo el trayecto de regreso de la inflación hacia el nivel objetivo de 2% los inversionistas que incorporen instrumentos de deuda en su portafolio estarán perdiendo poder adquisitivo, frente a un mercado accionario que se percibe sobre vendido y que eventualmente regresará con fuerza, premiando a aquellos inversionistas que mantuvieron sus objetivos financieros de manera disciplinada.
Es difícil saber cuándo regresará la inflación al nivel puntual de 2%, es probable que tome tiempo en virtud de los desequilibrios en la cadena de suministro y la persistencia de los conflictos geopolíticos pero la historia ha estado plagada de momentos complicados y retadores, y el mercado de valores siempre ha regresado no solo a los niveles prevalecientes antes de las crisis, sino que ha retomado su tendencia alcista. Es imposible anticipar cuando se dará este punto de inflexión, por lo que tratar de anticiparse es riesgoso, lo cierto es que el mercado siempre premiará a los inversionistas disciplinados y con una visión de largo plazo.
Más allá del nivel que puedan alcanzar las tasas de interés, lo importante es entender que estamos en un momento que representa una gran oportunidad para participar en el mercado accionario en condiciones muy favorables. Si estamos convencidos de la calidad fundamental de las empresas que son parte del portafolio, esto tarde o temprano se reflejará en buenos reportes financieros y en el incremento en el precio de las acciones de estas compañías. Los inversionistas que no entiendan este momento de oportunidad, más adelante se lamentarán de no haber participado “cuando todo se veía complicado”.
No entre en pánico. A lo largo del tiempo siempre han existido acontecimientos que han ocasionado incertidumbre y volatilidad en el mercado accionario, y lo que hemos aprendido es que el mercado retomó su tendencia alcista y los inversionistas terminaron por reconocer que al final del día esas crisis fueron grandes oportunidades.
Si se revisa el comportamiento del S&P500 en los últimos cien años, se puede observar que en este lapso se presentaron dos guerras mundiales, shocks petroleros, fuertes incrementos en las tasas de interés, guerras regionales, atentados terroristas, asesinato de presidentes, crisis financieras, pandemias, etc., que han provocado el ajuste en mayor o menor medida del mercado de valores, pero en todos los casos las acciones volvieron a subir de precios.
Así que no entre en pánico, este paréntesis de incertidumbre y volatilidad pronto se cerrará, dejando dos grandes lecciones que hemos comentado: 1) que los ajustes fueron grandes oportunidades para construir un patrimonio y, 2) que los inversionistas que tomaron la decisión de abandonar sus objetivos y salir del mercado accionario transformaron las minusvalías en pérdidas y desaprovecharon las etapas de recuperación.
No dude que el mercado accionario es la mejor opción para formar y acrecentar un patrimonio, no importa que tan profundo sea el ajuste, el mercado se repondrá. Recuerde que las dudas son como cualquier otra trampa, es muy fácil caer, pero muy difícil de salir. Dudar en cuanto a sus objetivos financieros puede significar abandonar el proceso de formación patrimonial.
Los mercados se adelantan. Las acciones bursátiles en Estados Unidos registraron durante el primer semestre de este año el mayor ajuste en cuarenta años. El índice S&P500 observó una disminución de 25% en la primera parte de 2022 debido a la guerra entre Rusia y Ucrania y a la restricción monetaria establecida por la Reserva Federal para combatir la escalada en los precios internacionales.
Los mercados han anticipado una recesión debido a las rigideces que muestra la inflación para bajar y la incertidumbre alrededor de la verdadera capacidad que tiene el mundo para sortear una menor actividad económica, siendo una de las principales preocupaciones China y la aparición de una nueva sub variante de ómicron, que podría llevar a la imposición de nuevas prohibiciones y cierres económicos.
No obstante, como comentamos anteriormente, es altamente probable que lo que se presente sea una desaceleración suave en el caso de Estados Unidos o bien, como anticipa Bank of America, que se registre una “recesión leve”. De hecho, la economía estadounidense hoy, después de varios incrementos importantes en la tasa de interés, se encuentra sólida y con niveles de pleno empleo.
Si la perspectiva de la economía estadounidense cambia hacia un aterrizaje suave, seguramente los mercados empezarán a registrar un regreso fuerte y rápido. De hecho, los estrategas de JP Morgan han señalado que, si bien la economía mundial no está en la mejor forma, los inversionistas promedio esperan una catástrofe económica; no obstante, si esto no sucediera, los mercados accionarios podrían recuperar al cierre del año la mayor parte de las pérdidas que se observaron en el primer semestre.
La diversificación es buena, aunque no hay que exagerar. Uno de los principios más importantes en finanzas es la diversificación como un camino para controlar el riesgo de las carteras. Pero hay que tener mucho cuidado, la diversificación extrema también reduce significativamente el retorno de un portafolio y refleja que los inversionistas o manejadores no están seguros de lo que están haciendo.
Imagine un portafolio A ampliamente diversificado y con una empresa X que tiene un peso de 0.5% (no es extraño que esto suceda) y otro portafolio B, menos diversificado, que incluye la misma acción X, con un peso de 6%. Asumiendo que se hizo un excelente ejercicio de selección y que el precio por acción de la empresa X tuviera un incremento de 30%, su contribución al rendimiento total del portafolio A sería de tan solo 0.15% mientras que en el portafolio B sería de 1.8%. Este ejercicio, resalta la importancia de una selección bien fundamentada y una diversifican inteligente.
Los ciclos de baja en el mercado accionario son naturales y sirven para “limpiarlo” de los especuladores, quedando aquellos inversionistas con un perfil patrimonial y visión de largo plazo. La disciplina y el temperamento son los mejores aliados para alcanzar el objetivo de formación de un patrimonio sólido, fundamentalmente en momentos de volatilidad.
“Las oportunidades son como los amaneceres, si uno espera demasiado, se los pirde”. William G. Ward
Manuel Guzmán M., Socio Director en IDEA Asset Management, mguzman@ideaam.com.mx
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