A lo largo de los más de treinta años que he participado en el mercado financiero como manejador de inversiones, me ha tocado ver en diferentes ocasiones y en magnitudes diversas, el ajuste de los mercados accionarios internacionales. Recuerdo particularmente haber estado pegado a los monitores a finales de 1994, cuando México abandonó el esquema de bandas de flotación, ocasionando la devaluación del peso que desencadenó el “efecto tequila”. Otro momento difícil para los mercados fue el 11 de septiembre de 2001, cuando se presentó el atentado a las torres gemelas de Nueva York, en aquel entonces estaba precisamente con colegas estadounidenses, viendo boquiabiertos en las pantallas de televisión –en las que teníamos noticias de manera continua– como se venían abajo los dos edificios emblemáticos de la gran manzana.
De todas estas experiencias he aprendido dos cosas. Que los participantes suelen reaccionar de manera irracional ante entornos de incertidumbre, ocasionando ajustes importantes en los precios de los índices bursátiles del mundo, dando paso a oportunidades maravillosas para participar en empresas valiosas que suelen registrar castigos desproporcionados. Y la segunda gran enseñanza, es que siempre invariablemente, cuando se cierra el paréntesis de incertidumbre y volatilidad, los mercados retoman sus tendencia alcista, otorgando rendimientos extraordinarios para quienes mostraron carácter al evitar tomar decisiones apresuradas e insensatas.
Actualmente, el mundo enfrenta una combinación tóxica de factores que están inyectando nerviosismo e inestabilidad en los mercados bursátiles del mundo. Este combo tiene tres elementos. El ciclo restrictivo de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos que, aunque era algo que ya había iniciado, se sintió con mayor virulencia el pasado miércoles 4 de mayo cuando el FOMC aceleró el ritmo alcista de la tasa de interés de referencia en 50 puntos base, para ubicarla en un nuevo rango de entre 0.75% y 1.00%. Aunque algunos miembros de la Fed se habían manifestado por un incremento de 75 pb, lo cual no se materializó. Sin embargo, el temor de que el ciclo alcista se hiciera más fuerte llevó a los participantes de los mercados financieros a especular sobre la posibilidad de que el mundo enfrente una nueva recesión.
El segundo elemento que se puede identificar como fuente de incertidumbre es, por supuesto, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que ha entrado en una nueva fase de sanciones por parte de la Unión Europea, sobre todo en lo referente a un acuerdo para embargar de manera gradual el petróleo ruso. Ahora con Alemania apoyando estas nuevas medidas, se prevé que las sanciones pasarán a otro nivel. Por su parte, el presidente Putin sigue obstinado en mantener la guerra a pesar de la visita del secretario general de la ONU y la desaprobación mundial. En este escenario, el secretario general de la OTAN comentó que la situación en Ucrania es impredecible y frágil, y que existe la posibilidad de que la guerra se prolongue más de lo anticipado. El efecto inmediato de este panorama se ha sentido sobre el precio de las materias primas, principalmente alimentos y energía, lo que se constituye como una amenaza adicional para la inflación mundial.
Finalmente, China mantiene su política de COVID cero y ha anunciado que intensificará las medidas sanitarias (básicamente confinamientos) para contener el índice de contagios que se disparó a niveles superiores a los de 2020. Es importante recordar que los cinco puertos más importantes se ubican en China, por lo que se incrementa el riesgo de que se paralice nuevamente la cadena global de suministro, ocasionando escasez e inflación.
Sin dejar de reconocer el impacto que este entorno tendrá sobre el crecimiento económico mundial, es importante tener presente que aún con las últimas estimaciones del FMI, el PIB estadounidense será superior a 3% en este 2022, que para el tamaño de la economía más grande del mundo es una expansión extraordinaria. Hay que tener presente, además, que este escenario es temporal, es decir, es altamente probable que en el segundo semestre la inflación empiece a ceder y que el próximo año inicie la convergencia hacia los niveles puntuales de la Fed.
Adicionalmente, los reportes corporativos en Estados Unidos para el primer trimestre de este 2022 dejan ver que las empresas siguen creciendo en utilidades. De hecho, las empresas del S&P500 que han reportado, registraron crecimientos en ventas y utilidades superiores a 75%, por lo que las correcciones en los precios resultan irracionales, exagerados y desproporcionados respecto de la marcha de las utilidades, que sutilmente respaldan las expresiones recientes de la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos Janet Yellen en el sentido de que a pesar del entorno geopolítico y de presiones inflacionarias, la economía estadounidense se encuentra sólida.
Para aprovechar las circunstancias de este mercado bajista, y asumiendo que en algún momento el mercado no solo regresará, sino que alcanzará nuevos máximos históricos, siempre ha sido así, tenga presente la formula de las tres P’s: Paciencia, Prudencia y Procesos.
Paciencia. El mercado accionario es, por excelencia, la mejor opción para la formación de patrimonios. A lo largo del tiempo ha mantenido su tendencia alcista y, aunque se han presentado eventos terribles como las guerras mundiales, su impacto ha sido de corta duración y siempre ha retomado su tendencia alcista. Esto debido al crecimiento poblacional, al incremento continuo en la demanda de bienes y servicios, al avance tecnológico, a la mayor productividad de las empresas, a la alza en las utilidades de las empresas que cotizan en bolsa y al surgimiento de empresas más grandes y fuertes. Por lo tanto, el secreto es mantener una visión de largo plazo y no abandonar el objetivo de crecimiento patrimonial (Los árboles que tardan en crecer dan los mejores frutos. Moliere).
Prudencia. Eventos difíciles siempre existirán, son parte de la condición humana y esto suele afectar temporalmente el desempeño del mercado bursátil. Tener temperamento nos permite no tomar decisiones arrebatadas, obedeciendo nuestras emociones, y entender que el castigo en los precios como se observa actualmente es excesivo y representan una verdadera oportunidad. La diferencia entre un inversionista exitoso y uno que tuvo una mala experiencia, es el carácter que cada uno mostró frente a una situación difícil: el que vendió y abandonó el mercado, finalmente transformó las minusvalías en pérdidas. Por su parte, el que entendió que la incertidumbre es una oportunidad y no solo permaneció invertido en el mercado, sino que participó con más decisión, aprovechará los repuntes en los precios, alcanzando en el tiempo sus objetivos de formación patrimonial (La personalidad puede abrir puertas, pero solo el carácter las puede mantener abiertas. Elmer G. Letterman).
Procesos. La volatilidad ofrece oportunidades siempre y cuando se cuente con un proceso de inversión disciplinado, de otra forma los inversionistas pierden tiempo tratando de descifrar que hacer en diferentes escenarios, y en la mayoría de las veces se toman decisiones equivocadas.
Recuerde tres aspectos fundamentales en todo proceso de inversión. La liquidez es para usarse, si se cuenta con recursos para ser invertidos es importante establecer criterios para participar en le mercado accionario y hacerlo, de otra forma se corre el riesgo de que el mercado registre, como suele suceder, un rebote súbito y fuerte, afectándose así la rentabilidad debido a los recursos que permanecieron ociosos.
La diversificación inteligente es básica para dormir tranquilo, la selección de empresas debe de cumplir con criterios de calidad fundamental (generación de flujo de efectivo, niveles adecuados de apalancamiento, etc.), crecimiento en ventas y utilidades, y valuación atractiva, es decir, que tengan un rendimiento potencial atractivo con base en los precios objetivo de las empresas que forman parte de la estrategia.
Finalmente, es importante contar con una política disciplinada de rebalanceo, que es una práctica que tiene que ver con mantener los weigths de cada activo dentro del portafolio en el nivel establecido originalmente, esto debido a que los vaivenes del mercado accionario suelen modificar estos “pesos” provocando que eventualmente se corra riesgos innecesarios al aumentar significativamente la concentración en una sola emisora (Los inversionistas más exitosos no son los más inteligentes sino los más disciplinados. Warren Buffet).
Los movimientos de baja en los mercados bursátiles han estado presentes a lo largo de la historia y siempre han regresado retomando su tendencia alcista. Si mantiene su objetivo de formar un patrimonio, manteniendo una visión de largo plazo y siendo disciplinado, seguramente será un inversionista exitoso.
Manuel Guzmán M., es Socio Director en
IDEA Asset Management
mguzman@ideaam.com.mx
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