Hace nueve años escribí un artículo titulado “Crecimiento: el gran reto”, en el marco de las reformas estructurales aprobadas en la administración anterior. Las reformas apuntaban hacia la dirección correcta, es decir, transformar a México y recuperar la competitividad internacional que el país había perdido frente a otros países que instrumentaron reformas estructurales similares, pero treinta años antes, como China, Canadá y Chile.
Un vistazo al desempeño económico de diversos países puede ayudar a entender la importancia de las reformas llevadas a cabo en aquel entonces. En el periodo 1980-2010, el Pib de México creció en promedio 2.5%, mientras que el bloque de países emergentes se expandió a una tasa de 4.5%, y China y la India lo hicieron 8%, lo que significa que la estabilidad financiera que México vivió, después de la crisis de finales de 1994, fue una condición necesaria pero no suficiente para que la economía registrara mayores tasas de crecimiento.
El objetivo de crecer más, hacia imprescindible llevar a cabo una serie de reformas estructurales de segunda generación, que permitieran al país ser más competitivo y ganar nuevamente los espacios que se habían perdido en el concierto del comercio internacional
Hoy, esas reformas que claramente eran perfectibles fueron totalmente desmanteladas y en su lugar no hay nada que pueda considerarse como un detonante para la inversión, al contrario, las medidas gubernamentales adoptadas hasta el momento han dejado fuera a México del índice de países más atractivos para la inversión extranjera, a la vez que la inversión fija bruta sigue en terreno negativo.
Esto se ha reflejado en el peor desempeño económico de los últimos cuarenta años. Si consideramos los primeros cuatro años de gobierno de las últimas administraciones se puede observar que después del sexenio de Miguel de la Madrid, cuando la economía registró un crecimiento promedio anual de -0.24%, el peor periodo en cuanto a crecimiento económico es el de la actual administración con un mediocre crecimiento de 0.2%. Considerando las estimaciones del FMI para el Pib de México en 2023 y 2024, el crecimiento anual promedio de esta administración será de 0.17%.
La actual administración pasará a la historia, además, por haber registrado la segunda contracción económica más profunda desde que se tiene registro, -8.2% en 2020, solo por detrás de la caída de -15% en 1932, cuando la actividad productiva del mundo sufrió una recaída después del descalabro del mercado bursátil estadounidense en octubre de 1929.
Quizá se podría pensar que la contracción económica de 2020 fue inevitable debido a que tuvo como detonador el cierre económico global derivado de la pandemia, lo cierto es que mientras otros países reaccionaron para evitar un daño profundo en la actividad productiva, en México no hubo capacidad de respuesta. Este hecho, derivó en que la mayor parte de los países que instrumentaron programas de apoyo pudieran recuperar en 2021 todo lo perdido en 2020 e inclusive, en muchos casos, crecer más allá de la contracción registrada en 2020, mientras que en México la caída de 8.2% no se recuperará ni con el crecimiento de los siguientes tres años.
Igual de desafortunado es que México no ha podido beneficiarse de la nueva tendencia que las grandes empresas globales están protagonizando: la relocalización de operaciones. En el pasado, los grandes corporativos dirigieron sus inversiones mayoritariamente a China; no obstante, ante los problemas que ocasionó el gigante asiático en cuanto al colapso de la cadena de suministro, han decidido trasladar a locaciones más cercanas sus operaciones y nuevas inversiones, con el propósito de disminuir su dependencia de países lejanos y hostiles políticamente.
Este proceso de nearshoring, pudo ser aprovechado por México y convertirlo en una palanca de crecimiento; sin embargo, algunos estudios muestran que esto no ha sucedido plenamente. Los países que han aprovechado esta relocalización de operaciones a nivel global han sido Estados Unidos, Canadá, Japón, y México, en ese orden. Mientras que la participación que ha perdido China en las importaciones totales de Estados Unidos ha sido aprovechada por Vietnam, Taiwán, India, Tailandia y Corea.
México no solo no ha podido capitalizar su cercanía con el mercado más grande del planeta, sino que a la percepción de falta de estado de derecho por la cancelación de obras y al desvío de recursos hacia obras sin viabilidad económica, se suman las condiciones de violencia e inseguridad que se viven prácticamente en todo el país, y que lejos de crear un entorno adecuado para la inversión la alejan, propiciando que se dirija hacia destinos considerados más seguros.
Interesante también destacar, que los conflictos geopolíticos en distintas partes del mundo tales como la guerra de Rusia y Ucrania, el enfrentamiento entre Rusia y los países miembros de la OTAN, principalmente con Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia, y el reciente conflicto entre China y Estados Unidos por el apoyo de este último a Taiwán, han dado paso al friendshoring.
El friendshoring busca relocalizar las operaciones e inversiones en países con los que se cuenta con una buena relación económica y política y en los que, por lo tanto, se salvaguarda los intereses de los inversionistas, independientemente de la cercanía entre países.
En este sentido, algunos países asiáticos han logrado tejer estas relaciones de “cercanía” diplomática, financiera y económica con los capitales estadounidenses, a pesar de estar lejos geográficamente. Nuevamente, México parece empeñarse en darle la espalda al mercado más grande del mundo, ahora enfrentándose a sus principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá, que han emprendido una controversia contra México debido a que la política energética mexicana va en contra del tratado comercial (T-MEC) firmado por los tres países.
Después de décadas, México sigue sin encontrar la fórmula para crecer más y de manera sostenida, este sigue siendo el gran reto de México. Próximamente comentaremos por qué México no crece.
“Hay tres cosas que no regresan: una palabra pronunciada, una flecha lanzada y una oportunidad perdida”. Proverbio Chino
Manuel Guzmán M., Socio Director en IDEA Asset Management, mguzman@ideaam.com.mx
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