La otra pandemia: Infodemia
Rodrigo Romero Feregrino
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La mala información y la desinformación pueden ser perjudiciales para la salud física y mental de las personas; aumentar la estigmatización; amenazan los preciosos beneficios para la salud; y dan lugar a una mala observación de las medidas de salud pública.

Imagen: Jon Berkeley.
Imagen: Jon Berkeley.

Lectura: ( Palabras)

Circula información sobre el COVID-19 y las vacunas en todos los medios y redes sociales que se propagan fácilmente durante el brote de esta enfermedad. A esto se le llama Infodemia.

La infodemia es una sobreabundancia de información, tanto online como offline, que incluye intentos deliberados de difundir información incorrecta para socavar la respuesta de salud pública y promover agendas alternativas de grupos o individuos.

Puede intensificar o alargar los brotes cuando las personas no están seguras de lo que deben hacer para proteger su salud y la salud de las personas que las rodean. Por ello, causa confusión y comportamientos riesgosos que pueden dañar la salud, genera desconfianza en las autoridades sanitarias y socava la respuesta de salud pública.

Gracias a la creciente digitalización, la expansión de las redes sociales y el uso de Internet, la información puede difundirse con mayor velocidad, logrando un amplio alcance. Lo cual, puede ayudar a llenar más rápido los vacíos de información, pero también puede amplificar los mensajes dañinos.1

pandemia infodemia
Imagen: El País.

La información se propaga más rápido que cualquier enfermedad, debemos de estar conscientes que vivimos dos pandemias con graves consecuencias: una biológica y una social. La primera por el COVID-19 y la segunda, la infodemia; ambas se propagan, ambas han causado muertes y ambas lo seguirán causando.

El COVID-19 es la primera pandemia de la historia en la que la tecnología y las redes sociales se utilizan a gran escala para mantener a las personas seguras, informadas, productivas y conectadas. Al mismo tiempo, la tecnología en la que confiamos para mantenernos conectados e informados está habilitando y amplificando una infodemia que continúa socavando la respuesta global y poniendo en peligro las medidas para controlar la pandemia.2

La mala información y la desinformación pueden ser perjudiciales para la salud física y mental de las personas; aumentar la estigmatización; amenazan los preciosos beneficios para la salud; y dan lugar a una mala observación de las medidas de salud pública, lo que reduce su eficacia y pone en peligro la capacidad de los países para detener la pandemia.2

En la época con mayor acceso a la información y al conocimiento de la historia de la humanidad, donde se puede compartir y comentar todo, enfrentamos también un problema: cómo diferenciar qué es verdad y qué es mentira.

Por ejemplo, hasta marzo de 2020 se cargaron 361,000,000 videos en YouTube en 30 días bajo la clasificación “COVID-19” y “COVID 19”, y se han publicado alrededor de 19,200 artículos en Google Scholar. En ese mes, alrededor de 550 millones de tweets incluían los términos coronavirus, coronavirus, covid19, covid-19, covid_19 o pandemia.

pandemia infodemia
Imagen: BBVA.

La desinformación es información falsa o inexacta con la intención deliberada de engañar. Muchas historias falsas o engañosas se inventan y comparten sin ningún trasfondo o verificación de calidad. Gran parte de esta desinformación se basa en teorías de conspiración, algunas introducen elementos de éstas en un discurso aparentemente dominante. Ha circulado información inexacta y falsa sobre todos los aspectos de la enfermedad: cómo se originó el virus, su causa, su tratamiento, su mecanismo y su prevención.3

Ante la actual situación de salud, se está accediendo y compartiendo mucha información que desinforma, todos hemos visto mensajes, videos, imágenes que hablan de remedios milagrosos que previenen o curan el COVID-19 como el MMS, dióxido de cloro, factor de transferencia, múltiples tés, tarjetas mágicas, que las vacunas pueden alterar el ADN o causar la enfermedad, tecnologías como la 5G como la causante del COVID-19, próximos planes de confinamientos con despliegue militar, multas u otras para control de la pandemia, y mucha más información errónea o falsa.

La desinformación cuesta vidas. Sin la confianza adecuada y la información correcta, las pruebas de diagnóstico no se utilizan, las vacunas no se aplican, la gente no se atiende y el virus seguirá propagándose y personas seguirán falleciendo.

Además, la desinformación polariza el debate público, amplifica el discurso de odio, aumenta el riesgo de conflicto, violencia y violaciones de derechos humanos y amenazas a las perspectivas a largo plazo para el avance de la democracia, los derechos humanos y la cohesión social.2

No nos dejemos engañar. Debemos de detener la propagación de la información errónea, por que nos están causando daño. Debemos distinguir entre desinformación y hechos reales sobre la pandemia de COVID-19 y la vacunación, con fuentes confiables de información, compartiendo sólo información confiable y desalentando a otros a compartir información de fuentes no verificadas.

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Imagen: Judith Weber.

En este contexto, la ONU lanzó la iniciativa para combatir la propagación de información errónea y desinformación en abril de 2020, también emitió una nota de orientación para abordar y contrarrestar el discurso de odio relacionado con COVID-19. La OMS en mayo de 2020, dentro de la Resolución sobre la respuesta COVID-19, reconoce que la gestión de la infodemia es una parte fundamental del control de la pandemia COVID-19: pide a los Estados miembros que proporcionen contenido sobre COVID-19 fiable, tomen medidas para contrarrestar la desinformación y aprovechen las tecnologías digitales en la respuesta, trabajando para prevenir actividades cibernéticas dañinas que socaven la respuesta de salud y apoyen la provisión de datos basados en la ciencia al público.

Es necesario un enfoque coordinado entre los Estados, las organizaciones multilaterales, la sociedad civil y todos los actores que tienen un papel y responsabilidad claros en la lucha contra la falta de información y la desinformación.2

Será un esfuerzo de todos para resolver este problema, los países deben desarrollar e implementar planes de acción para manejar la infodemia promoviendo la diseminación oportuna de información precisa, basada en la ciencia y la evidencia, a todas las comunidades, y en particular a los grupos de alto riesgo; y prevenir la propagación y combatir la desinformación respetando la libertad de expresión.

Todos debemos de participar y escuchar, incluidos los medios de comunicación y las plataformas de redes sociales a través de las cuales se difunde la información errónea y la desinformación; a los investigadores y tecnólogos que pueden diseñar y construir estrategias y herramientas efectivas para responder a la infodemia; a los líderes de la sociedad civil y las personas influyentes (Influencers) para que colaboren entre sí, para fortalecer aún más las acciones para difundir información precisa y prevenir la propagación de información errónea y desinformación.2

Hay que entender que en los momentos de desesperación siempre buscamos esperanza, pero que no nos engañen los charlatanes, farsantes, estafadores, impostores y mentirosos, siempre hay que buscar la veracidad de la información y buscar asesoría adecuada, para no caer en un fraude que nos pueda costar hasta la vida.

Nos tenemos que preguntar, ¿qué información estoy recibiendo?, ¿cómo evito ser engañado?, debemos reflexionar sobre el proceso que tenemos cada uno y que debemos de mejorar día a día para corroborar la información, siempre basándonos en la evidencia y en la ciencia.

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Imagen: A. Astorgano.

Es clave romper este peligroso ciclo: la desinformación se expande al mismo ritmo que crecen las rutas de producción y distribución de contenido. Entonces, la misma infodemia acelera y perpetúa la desinformación.3

La desinformación va a seguir, y es un problema que vamos a tener que enfrentar, probablemente no a los niveles que hemos visto en la pandemia, pero debemos trabajar juntos para evitarlo y no propagarlo; como todos los grandes problemas de la humanidad nuestra responsabilidad es resolverlo juntos.

¡El acceso a la información correcta, en el momento correcto, en el formato correcto ES CRÍTICO!3


Referencias:

  1. World health Organization. Infodemic. Revisado el 23 de mayo de 2021.
  2. World health Organization. Managing the COVID-19 infodemic: Promoting healthy behaviours and mitigating the harm from misinformation and disinformation. Revisado el 23 de mayo de 2021.
  3. Pan American Health Organization. Understanding the infodemic and misinformation in the fight against Covid-19. 2020. Revisado el 23 de mayo de 2021.
  4. World health Organization. Call for Action: Managing the Infodemic. Revisado el 23 de mayo de 2021.
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