La exministra Sánchez Cordero perdió su gran oportunidad de actuar como una gran jurista y de promover algunas causas interesantes, particularmente en defensa de los derechos de las mujeres. En realidad y a la postre, la exministra actuó como una súbdita más de la 4T y muy particularmente del presidente López Obrador.
Su renuncia y regreso al Senado me hacen pensar que es una política más que sólo ve por sus intereses, como exministra seguramente cobra una jugosa pensión, la que seguramente continuó cobrando a la par que lo hacía como Secretaria de Gobernación y que ahora seguirá cobrando pero ahora sumándose a la dieta que recibe como senadora.
Miles de pesos desperdiciados en una mujer que –sinceramente– creo que tiene una gran capacidad como operadora jurídica. Miles de pesos desperdiciados porque ella decidió doblegarse ante la política; resultó ser una política más, acomodaticia como el resto de los políticos.
De hecho circula en las redes la siguiente imagen, en la que se ve claramente cómo es que la señora se adaptó y adapta a las siempre cambiantes circunstancias de la política.
Bien lo decía Darwin: “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”.
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