El impacto de la pandemia en niños y niñas
Beatriz Hernández Estrada
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El tema de violencia y lesiones contra mujeres y niños no es nuevo. Baste recordar que, en la Ciudad de México, sigue la Alerta…

Foto: ONU México.
Foto: ONU México.

Lectura: ( Palabras)

En ocasiones anteriores me he manifestado abiertamente por el “Interés superior de la infancia”, por el presente y futuro, por lo más valioso que tiene una sociedad. Por aquellos miembros más dependientes y vulnerables de la familia.

Por ello, me causó gran preocupación conocer el estudio denominado “Impacto de la pandemia en niñas y niños” de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (SEGOB).

En éste se señala que el confinamiento, las restricciones a la movilidad y la suspensión de clases, han generado afectaciones graves en las niñas y niños. Y junto con adolescentes, han registrado vulnerabilidad ante la violencia familiar, así como el incremento de embarazos en menores de edad. Aquí algunos datos por materia del citado estudio:

Deserción escolar

5.2 millones de estudiantes NO se inscribieron en el ciclo escolar 2020-2021, por causas relacionadas con COVID o por falta de recursos.

3 millones de éstos, son niños y niñas.

La matrícula de educación básica se redujo 2.6%; educación media superior 3.1% y educación superior 0.8%

niños en pandemia
Foto: Pie de Página.

Violencia familiar

De marzo a junio de 2021 se registraron máximos históricos.

Durante el primer semestre de 2021 se registraron 129,020 carpetas de investigación por violencia familiar; un aumento del 24% respecto al mismo período del año anterior, revirtiendo la tendencia descendente en el delito.

Lesiones por violencia

En 2020, el 75.78% de las lesiones ocurrieron en el hogar.

En el 73.29% de los casos, la persona responsable tenía algún parentesco con la víctima.

El 81.6% de las víctimas fueron niñas y adolescentes mujeres.

Durante el primer semestre de 2021, los casos por parentesco alcanzaron el 65.96%.

Las niñas y adolescentes son las más violentadas (92.81%).

Tipos de violencias (enero a julio 2021)

37.85% violencia psicológica.

29.69% violencia sexual.

26.33% violencia física.

4.51% abandono o negligencia.

1.63% violencia económica.

violencia familiar
Foto: UDGTV.

Suicidios

Pero lo que sin duda más me alarmó, es que en 2020 hubo 1,150 suicidios de niñas, niños y adolescentes (NNA) una cifra récord.

La tasa de suicidios en menores de edad aumentó 12% (de 4.63 a 5.18) entre 2019 y 2020, llegando a un máximo.

Los suicidios de niñas y niños entre 10-14 años aumentaron 37%, y 12% en adolescentes mujeres entre 15 y 19 años.

El pensamiento suicida en adolescentes aumentó de 5.1% a 6.9% de 2018 a 2020.

La conducta suicida en adolescentes aumentó de 3.9% a 6.0% de 2018 a 2020.

Con la frialdad de estos números, es evidente que algo está pasando al interior de los hogares y familias mexicanas. Algo está fallando y se descompuso.

Si bien es cierto que el aislamiento social a causa de las medidas de confinamiento ocasionadas por el COVID ha tenido mucho que ver, el tema de violencia y lesiones contra mujeres y niños no es nuevo. Baste recordar que, en la Ciudad de México, sigue la Alerta de Género decretada por la Jefa de Gobierno.

pandemia desigualdad en educación
Foto: Formato Siete.

Sin duda es un tema que el gobierno actual debe atender; también es un problema que nos afecta e involucra a todos. Porque es en los hogares en donde, se supone, es nuestro santuario, el lugar donde reponemos nuestra energía y que nos da un manto de “protección” para salir al mundo; sin embargo, es ahí, lamentablemente, donde encontramos las mayores tensiones y daños.

Tutores, padres y maestros, debemos estar atentos a situaciones de violencia que se dan y no dudar en pedir apoyo especializado para su atención. La violencia no es normal (no debemos habituarnos a ello). Como tampoco es normal que un niño se quite la vida. ¿Qué estará sintiendo o dejando de sentir que lo orillan a tomar esa decisión?

Pongamos atención a nuestro entorno. Identifiquemos esas señales de agresión, depresión y angustia en nuestros niños, niñas y jóvenes para actuar. No todos podemos saber con exactitud cómo o qué hacer, pero acerquémonos con la autoridad para revertir esto que se ha convertido en la pandemia dentro de la pandemia.

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