Dos mujeres y un hombre: los primeros 100 días de Biden en la presidencia de Estados Unidos
María Pía Taracena Goût
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Su discurso reflejó una imagen muy diferente de Estados Unidos de la era Trump: dos mujeres y un hombre que buscan transformar a un país que quiere seguir liderando al mundo.

Imagen: NBC News.
Imagen: NBC News.

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Los primeros tres meses de Joe Biden en la presidencia fueron celebrados en el día 99 desde su toma de posesión. Fue una celebración que se llevó a cabo en la Cámara de Representantes ante una audiencia combinada de senadores y representantes, una tradición muy importante en la política de Estados Unidos desde los tiempos de Franklin Delano Roosvelt.

El presidente Biden, flanqueado por primera vez por dos mujeres, la líder de la cámara baja, Nancy Pelosi y la vicepresidenta Kamala Harris, en su calidad de presidenta del senado, más que hablar de sus logros hizo propuestas para lograr que Estados Unidos salga adelante de la crisis económica y sanitaria que la pandemia del Covid-19 provocó. 

Bajo el grito America is on the move again, Joe Biden centró su discurso en los asuntos internos que se vieron afectados por la pandemia. La crisis del Covid-19 la ve como una oportunidad para desplegar una acción del gobierno federal sin precedentes, para mostrar que la intervención del gobierno es importante para enfrentar situaciones de crisis y, sobre todo, demostrar a aquellos que creen que la democracia en Estados Unidos está acabada y apuestan por gobiernos liderados por autócratas, están equivocados. La democracia en Norteamérica está vivita y coleando.

Hablamos de un gobierno que ha sido capaz de aplicar 200 millones de vacunas, con un presupuesto de 1.9 trillones de dólares que logró obtener de un congreso en el que tiene una pírrica ventaja, 48 senadores demócratas, dos independientes que votan con los demócratas, Angus King de Maine y Bernie Sanders de Vermont, frente a 50 senadores republicanos y 219 demócratas frente a 212 republicanos, la diferencia es de siete.

Ahora, el presidente les pide 4 trillones de dólares para avanzar su agenda interna y que vincula a la creación de empleos: 2.3 trillones para la infraestructura y 1.8 trillones para su planes para las familias y de cuidado de los niños.

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Imagen: Eleanor Shakespeare.

En este sentido las propuestas son interesantes por la forma en que las articula: para el caso de la infraestructura, por ejemplo, considera que se pueden construir edificios que sustenten una forma energética eficiente. Fomentar la fabricación de coches eléctricos y una agricultura baja en emisiones de carbono, como parte de su proyecto para influir en el cambio climático y en el marco de la cumbre que organizó sobre el tema. La creación de trabajos vinculado a la idea de que la gente consuma lo hecho en Estados Unidos, hecho por los norteamericanos (los blue collar) y no en China; para ello, propuso también elevar el salario mínimo a 15 dólares, el pago igualitario para las mujeres… Está abarcando todos los temas de sus promesas de campaña en materia económica-laboral y medioambiental. Para el caso del plan familiar, también lo vincula con el trabajo, mejor educación y ayuda para el cuidado de los niños para que los padres puedan ir a trabajar. Hasta el momento, estas son sus principales propuestas.

En la esfera exterior, fue muy claro en enlistar sus preferencias: China, a la que le mandó el mensaje que la competencia era sana, pero sin abusos, que va a mantener la fuerza naval en el Pacífico de manera preventiva; Rusia –más bien el mensaje fue para Vladímir Putin–, le mandó un decir, otra vez, que sus acciones tendrán consecuencias; a Irán y a Corea del Norte les dejó claro que la amenaza nuclear no es la opción y que aplicará la vieja estrategia de la disuasión y por supuesto la salida de las tropas de Afganistán como prioridad absoluta de su administración para terminar con la guerra más larga.

Y por último , en los temas sociales: llamó al supremacismo blanco un movimiento terrorista, con lo que demuestra su absoluta desaprobación a las acciones de violencia y de crímenes de odio. Enfatizó la necesidad de construir la confianza entre la policía y la sociedad, para lo que conminó al congreso a pasar su propuesta para reformar a la policía en el marco del primer aniversario de la muerte de George Floyd. Y les pidió que consideraran aprobar tres propuestas enviadas por él al congreso para evitar la violencia y los crímenes de odio: una para la violencia contra las mujeres, la otra de igualdad para la comunidad LGTBIQ y la tercera, su reforma migratoria que incluye inversión en tecnología para mejorar la seguridad fronteriza y la legislación para proteger a los dreamers, jóvenes que llegaron a Estados Unidos de niños, muchos de ellos que viven en Estados Unidos sin papeles pero que de alguna manera, ya son americanos.

El programa del presidente Biden refleja un vigor que no reflejaba su voz. No olvidó la importancia de la inversión en la investigación científica para encontrar curas al cáncer, diabetes, incluso Covid-19. La ceremonia del discurso reflejó una imagen muy diferente de Estados Unidos de la era Trump: dos mujeres y un hombre que buscan transformar a un país que quiere seguir liderando al mundo.

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