La discriminación es un obstáculo para emprender
Octaviano Couttolenc

Cambio y fuera

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Si no somos capaces de lograr el desarrollo armónico e incremento de la productividad de estas entidades, estaremos condenados a ser una sociedad de economía informal poco productiva.

Lectura: ( Palabras)

“Privilegio es cuando puedes darte el lujo de sentarte a criticar a otros,
que han tenido que luchar para obtener lo que tú tienes”.
DaShanne Stokes

En estas últimas semanas hemos sido testigos en México del fenómeno de la “Xochitl-mania”, en muy buena medida, porque la candidata Xóchitl Gálvez representa un claro ejemplo de movilidad social y muestra a una persona que, habiendo nacido en condiciones muy adversas y de discriminación (por raza, género, color de piel, estrato social, etc.), fue capaz de sobreponerse a sus circunstancias para convertirse en una persona exitosa.

Sin duda la mayor parte de esto se explica por su mérito propio, por su carácter, su esfuerzo y motivación, sin embargo, esto no hubiera sido posible si no hubiese venido acompañado de algunas oportunidades, por ejemplo, el haber podido tener acceso a una educación superior que le permitió desarrollarse. En México se habla poco de estos casos de éxito y de movilidad social, pero hoy en día es muy pertinente que salgan a la luz, ya que son el reflejo de las aspiraciones e ideales de cientos de miles de jóvenes mexicanos.

Hoy vivimos en países y en sociedades con altos niveles de desigualdad, donde muy pocos concentran la mayor parte de la riqueza, mientras que la mayor parte de la población apenas tiene acceso a satisfactores básicos. Recién leí un libro de Steven Pinker intitulado “Enlightenment now” donde argumenta y presenta datos para afirmar que la humanidad tiene hoy en el siglo XXI, las mejores condiciones de calidad de vida desde el origen de la humanidad. medido por varios indicadores incluyendo: acceso a la salud, a la educación, oportunidades de desarrollo, mejores niveles de ingreso, mejores expectativas de vida, menor mortandad infantil, entre tantos otros, y con esto concluye que la humanidad está hoy mejor que nunca, a pesar de las múltiples carencias y desigualdades de las que somos testigos.  

Sin dejar de reconocer los avances mencionados, yo considero que, en el mundo en lo general, pero en México en lo particular, siguen existiendo condiciones que perpetúan la desigualdad y hacen que sea muy difícil para una persona que nació en la pobreza y con poco acceso a educación y oportunidades, salir de dicha condición o si lo hace tardará varias generaciones en lograrlo.

Hace unas semanas me hizo llegar un amigo Mario Romero del Impact Hub México, un estudio realizado por ellos, con el apoyo de Meta y preparado por Cecilia Adriana Ortiz Juárez y Luis Enrique Cardenas Jiménez, intitulado “Ventajas y desventajas al emprender en México”, en el cuál justamente se analiza como una serie de circunstancias cotidianas se vuelven factores de trato discriminatorio para aquellos emprendedores de negocios en México.

Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), ésta se define como una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido.

En el estudio mencionado, se llevaron a cabo miles de entrevistas a emprendedores para entender desde su perspectiva cuales eran los factores de discriminación que les habían afectado más en sus trayectorias empresariales. Debo confesar que los resultados y conclusiones del estudio no me parecieron del todo nuevas; es decir, creo que muchos hubiéramos sido capaces de intuir de antemano varios de los factores que representan elementos de discriminación en contra de alguien que quiere emprender en México.

En resumen, según dicho estudio, en la tabla a continuación se presentan las características que definen a los emprendedores más exitosos y a los menos exitosos en México:

La discriminación es un obstáculo para emprender

No deja de sorprender que los factores personales o circunstanciales como edad, género, nivel educativo, región, clase social y tono de piel puedan afectar en forma tan importante el acceso a oportunidades a la hora de emprender.

Si como emprendedor tuviste la gran ventaja de provenir de una clase media alta, de haber podido estudiar en universidades privadas y de preferencia en el extranjero, si vives en la zona norte de México, y eres de tez blanca, tus probabilidades de éxito son mucho mayores que lo contrario. Es decir, alguien que nació en el Sur del país, proviene de clase baja, no completó estudios universitarios, y su tono de piel es moreno, tiene muchas menores posibilidades de éxito.

Es curioso también observar según el estudio, que los emprendimientos ligados al sector de servicios ofrecen mejores ingresos que aquellos relacionados con manufactura o el sector primario, y asimismo resalta que aquellos emprendedores de clases más altas tienen mayor propensión a tener negocios de corte digital que aquellos de clases bajas que suelen ser negocios más tradicionales. Asimismo, los negocios de emprendedores de clases más bajas suelen tener alcance de ventas más regional o local, mientras que los de clase más altas logran tener proyección internacional. Parece también existir cierta correlación entre aquellos emprendedores que tuvieron mayores estudios y en especial en el extranjero con la propensión a cometer menos errores que pueden llevar al fracaso de la empresa, que aquellos que no tuvieron este privilegio, lo cual pareciera explicarse por su mayor exposición a una mejor educación y experiencias diversas que suelen enriquecer y mejorar el entendimiento y criterio.

Es evidente que el emprendimiento es un factor significativo para la movilidad social y debemos procurar que el gobierno, la sociedad y las universidades busquen, a través de programas de fomento, impulsar que los emprendedores puedan acceder a los conocimientos, a la tecnología, y a los apoyos vía programas de financiamiento y de capital de riesgo para que puedan desarrollarse y ganar mercados.  

Me atrevo a decir que, si no somos capaces de lograr el desarrollo armónico e incremento de la productividad de estas entidades, estaremos condenados a ser una sociedad de economía informal poco productiva. Según un estudio realizado por el World Economic Forum (2013), el acceso al mercado, el capital humano y la financiación son los factores más importantes para el crecimiento de nuevas empresas.

Existen hoy en día esfuerzos reales por buscar contrarrestar la discriminación en el emprendimiento, pero hay que hacer mucho más. Me ha tocado ver a gestores de fondos o a sus inversionistas líderes impulsar que dentro de la tesis de inversión de sus fondos se incluya la promoción de negocios con ángulos de diversidad y evitar exclusión de grupos vulnerables. Es común ver fondos comprometidos con la inversión en emprendimientos liderados por mujeres o donde se promueve la participación de mujeres en puestos clave, sólo por dar algún ejemplo. Asimismo, existen fondos con recursos etiquetados para causas definidas o buscando dar mayor espacio a emprendedores en ciertas regiones del país o de cierto perfil (latinos, indígenas, etc.).

Se equivoca quien crea que a los jóvenes hay que regalarles dinero; yo creo que a los jóvenes hay que abrirles espacios para que accedan a educación superior, a la tecnología, se abran al mundo y mediante plataformas bien articuladas, consigan apoyos para explotar su creatividad y forjar su futuro; me ha tocado ver a cientos de jóvenes emprendedores abriéndose espacio de forma muy exitosa en el mercado actual. Sin duda, hay que abrir espacios para que los perfiles de los emprendedores que logran el éxito y que son más buscados, no sean solo aquellos de un estereotipo definido.

El caso de Xóchitl Gálvez de exitosa movilidad social, debe ser un ejemplo para impulsar políticas públicas adecuadas que fomenten el desarrollo de las actividades de emprendimiento, y así poder vencer los sesgos que hoy impone la discriminación que viven muchos emprendedores. Para lograr esto, se necesitan nuevos liderazgos políticos, económicos y sociales y el tiempo para México ya llegó.

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