“Recursos Humanos no es algo que hacemos. Es lo que hace funcionar nuestro negocio” – Steve Wynn.
Como sabemos EE. UU. se embarcó hace unos años en una nueva política industrial buscando relocalizar en su territorio algunas industrias criticas para el futuro, incluyendo la de semiconductores, baterías y autos eléctricos entre otras. A esta iniciativa se le están dedicando muchos billones de dólares en inversiones y se están construyendo fábricas en distintas partes del territorio.
Conforme estos proyectos van avanzando, hoy en día surge una gran interrogante y está relacionada con la disponibilidad de mano de obra calificada para trabajar en dichas fábricas; la apertura de una fábrica de semiconductores de la empresa taiwanesa (“TSMC”) en tierra americana, fue pospuesta ante dicha dificultad. EE. UU. desde hace varias décadas dejo de tener capacidad productiva en la industria de semiconductores, para concentrarse sólo en la investigación y en el diseño de los mismos. Según un estudio de la industria de semiconductores en EE. UU., al 2030 existirá un déficit de cerca de 67,000 técnicos, ingenieros y científicos en la misma y se calcula un déficit de 1.4 millones en toda la industria.
Ante tal reto, escuelas y universidades en las regiones donde se instalarán las plantas han comenzado a incrementar el número de cursos y carreras relacionadas con la demanda laboral y han promovido esquemas con el apoyo de futuros empleadores, donde se les ofrece a los estudiantes una beca para su manutención en tanto éstos se preparan. Las empresas han decidió ofrecer estos apoyos para asegurar puedan contar en el futuro con la mano de obra calificada, que de otra suerte podría no existir.
Lo descrito anteriormente ejemplifica los retos a los que se enfrentan comúnmente las empresas respecto de la decisión de donde establecerse, y donde deben asegurarse de que existirán los recursos humanos en suficiente cantidad y con las habilidades requeridas para las tareas necesarias. Los retos que hoy enfrenta EE. UU. en su proceso de reindustrialización no son muy distintos a los que enfrenta México de cara al proceso de “nearshoring”, y donde el gobierno ya sea estatal y/o federal, deberán asegurarse de que existan las condiciones adecuadas para atraer la inversión, incluyendo la disponibilidad de mano de obra.
China con un modelo de economía planeada y centralizada, ha sido muy exitoso en establecer corredores industriales tecnológicos, donde se asegura que existan todos los elementos bajo una visión integrada; su filosofía de revolución industrial 4.0, es visible en la ciudad de Hefei, donde en tan sólo unos años, se han establecido nuevas industrias de semiconductores, autos eléctricos y biotecnología con sus correspondientes cadenas de suministro, y personal calificado en forma muy integrada y exitosa. Parece que esta receta de éxito se ha logrado estableciendo universidades y centros tecnológicos que han atraído talento y así se ha logrado la formación técnica de la gente para las industrias involucradas; la planeación central y el seguimiento puntual de un Administrador del ecosistema les han dado resultados.
Sin lugar a duda, es imprescindible para el éxito de estas políticas de reindustrialización, que exista la mano de obra calificada y en cantidades suficientes. Como vemos en el caso de EE. UU. sino actúan en forma coordinada los sectores productivos y educativos, dichos déficits no podrán cerrarse o tendrán que hacerlo atrayendo talento de otras regiones o inclusive facilitando la migración desde otros países con excedente de personas calificadas.

Las instituciones educativas y principalmente las de carácter público, deben acelerar y adecuar en forma permanente sus planes educativos para alinearlos con la demanda laboral, y deben promover asimismo aquellas carreras que desarrollen las habilidades y conocimientos necesarios para la economía del futuro, en vez de las muy tradicionales, pero quizá menos necesarias. Desde el ángulo de las empresas que demandarán el talento con un cierto perfil profesional, es cada vez más frecuente ver casos donde deciden volverse patrocinadores de cursos, esquemas educativos, o carreras que les aseguren el acceso al talento que requieren.
Me ha tocado ver a varios emprendedores de negocios educativos en Latinoamérica que han involucrado en su modelo de negocio a las empresas corporativas como patrocinadores, quienes eventualmente se beneficiaran del talento del recurso humano con quién se trabaja. Estos emprendedores en muchos casos migraron de modelos de venta directa al consumidor “B2C” pero ante la dificultad de escalamiento, pivotearon hacia esquemas de modelo de negocio de venta a negocios “B2B” o venta a negocios que venden al consumidor “B2B2C”.
En el portafolio de inversión de nuestro Fondo en Impact ventures PSM, tenemos 3 empresas de Educación que han encontrado patrocinadores corporativos para impulsar sus modelos de negocio; estos apoyos se dan no sólo por un concepto de “RSC”- Responsabilidad social corporativa, sino por un claro convencimiento de la importancia de involucrarse activamente en la formación de los recursos humanos, y asimismo de influenciar positivamente en las comunidades donde se localizan. El primer startup de educación es Lab4U, quienes han logrado el apoyo de empresas como Cemex, Enel, BHP y Boeing, entre otras, para que sean patrocinadores de sus proyectos de experimentos científicos, dirigidos a escuelas públicas y privadas, para buscar interesar a jóvenes mujeres en las carreras de tipo STEM (“Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas”), buscando así que existan más mujeres con estos perfiles técnicos y se enriquezca la diversidad laboral.
En el caso de Ticmas, es una plataforma de aprendizaje dirigida a escuelas K-12, que brinda contenido educativo curricular y basado en proyectos en formato digital. Su enfoque se centra en mejorar la experiencia de aprendizaje tanto para estudiantes como para profesores y han encontrado en el patrocinio corporativo a sus programas, una manera alternativa para que una mejor educación llegue a las comunidades donde el corporativo tiene su zona de influencia. Y, por último, Hipocampus, empresa que ofrece servicio de guardería y educación temprana a los hijos de los trabajadores de plantas industriales, quienes no podrían llevar a cabo su labor, sino contarán con el patrocinio de empresas como Altex o Bimbo, que al ofrecer este servicio a sus trabajadores construyen ambientes más amigables para las familias y comunidades, mientras aumentan su productividad y acceso a personal calificado disminuyendo la rotación y el ausentismo de estos.
Aunque deber ser obligación del estado asegurar que exista un sistema educativo adecuado y que permita la formación de sus ciudadanos en las habilidades requeridas por el mundo laboral, tenemos a la vista muchos casos donde esto no ha ocurrido y de no existir soluciones alternas se condiciona o dificulta que alguna comunidad, región o país pueda integrarse al mundo industrializado.
Yo considero que las empresas en la medida de sus posibilidades deben volverse patrocinadores activos de la educación y capacitación de personas, para que, de la mano de universidades, escuelas y/o empresas dedicadas a la educación, puedan fomentar que existan cada vez más personas en sus zonas de influencia, con los requerimientos técnicos y habilidades profesionales que éstos requieren.
Antes la capacitación laboral comenzaba una vez que el empleado formaba parte de la empresa, ahora las empresas deben procurar involucrarse en estos procesos desde etapas más tempranas y en esquemas solidarios o de patrocinio. El acceso a los mejores recursos humanos siempre ha sido una ventaja competitiva y en un mundo tecnológico quizá lo sea aún más.
China licencia cada año 2 millones de ingenieros. Son más de los que gradúan Japón, Estados Unidos y Alemania juntos y eso supone un músculo innovador infinito. Excelente articulo