El pasado jueves 5 de mayo, fui invitado a copresidir la inauguración de un Curso Internacional de Medicina Interna, desde hace 3 años no se realizaba uno de manera presencial en la Ciudad de México, ahora se pudo hacer, aunque con un aforo acotado, por lo que nos enteramos ahí mismo, la participación a través de las vías electrónicas fue numerosa, y quizá forme parte de una nueva forma de asistir a actividades de educación médica continua. Participaron grandes personalidades, pero el mensaje que dieron dos de ellos me llamó mucho la atención. Este es un curso que forma parte de la actualización en el conocimiento de los padecimientos, especialmente en el área del diagnóstico y el tratamiento, la lucha por acercarse a las actualidades del conocimiento es continua y general mente incompleta. Pues en este ambiente el presidente de Sociedad Portuguesa de Medicina Interna y el presidente de la Sociedad Europea de Medicina Interna, un andaluz residente en Málaga, hablaron sobre el compromiso y las obligaciones del médico, especialmente del internista, entre otras se refirieron dentro de las obligaciones y compromisos, la de cuidar del paciente durante su permanencia en un sistema de salud, pero especialmente en su acceso a él, si bien no es su responsabilidad si es su obligación que el sistema sanitario resulte eficiente y cálido para el enfermo. Los médicos en ocasiones eludimos esta obligación, que es trascendental, un ejemplo de ello se puede observar como los médicos hemos participado muy poco ante los cambios en el sistema de salud de nuestro país, que en más de un aspecto han resultado insatisfactorios, sino ocasionalmente catastróficos.
Hace muchos años, tuve un sastre muy eficiente, muy bien hecho, muy simpático (desafortunadamente ya falleció), pero que tenía el grave defecto de ser absolutamente informal en las fechas de entrega, yo lo sabía y lo aceptaba, pero en una ocasión, por alguna razón (que ya no recuerda cual era), necesitaba un traje para la fecha comprometida, después de dos o tres veces que le llame, sin conseguir mayor resultado, un día me dijo, ya tengo su saco, le pregunté ¿y el pantalón? Ya merito está me respondió, ante mi insistencia me dijo no se preocupe, ya casi está sólo le faltan el tiro y las dos piernas, quede anonadado y espere que me entregara mi traja cuando pudo, eso sí muy bien hecho.
Esta impresión me quedó con las declaraciones de Zoé Robledo director general del IMSS, cuando le preguntaron cómo iban las acciones para que el IMSS Bienestar se hiciera cargo de la atención de la población que no cuenta con seguridad social derivada de sus acciones laborales. Le preguntaban sobre lo acontecido en Nayarit, primer estado en el que se llevará a cabo. Respondió que ya estaba en marcha, que iban terminar de construir o rehabilitar las instalaciones donde otorgar la atención del primer nivel, que se iniciaba la contratación de personal de salud, médicos, enfermeras, personal técnico y personal auxiliar, que ya estaba en marcha un nuevo sistema de adquisiciones para contar con los medicamentos y material sanitario, que estaba iniciada la puesta en marcha de las instalaciones de segundo nivel, incluidos su adherencia al nuevo sistema, contrataciones y adquisiciones; del tercer nivel no habló, seguramente utilizaran las instalaciones distribuidas en todo el país, aunque evidentemente no serán suficientes. Todo esto lo ofreció para tres o cuatro meses, es decir ya merito o ya solo le faltan al pantalón el tiro y las dos piernas. El sistema viene de un fracaso catastrófico con el INSABI que no pudo hacerse cargo de atender a la población no asegurada, todo se inicia catalogando al Seguro Popular como ineficiente e insuficiente, además que los mecanismos de adquisición de medicamentos y material sanitario, acusando de graves fraudes y deshonestidad en general; hay que decir que en estos casi cuatro años no se han demostrado tales irregularidades y no se han iniciado acciones legales de ningún tipo, el desabasto ha sido considerable, las quejas han sido constantes y desde el punto de vista de quienes las realizan, justificadas. Ahora al modificarse los planes y pasar del INSABI al IMSS Bienestar se acepta la incapacidad para atender, hasta ahora, las necesidades de Salud de una gran parte de la población. Me parece que el nuevo gobierno, en 2018, estaba en su derecho en considerar que el Seguro Popular era inadecuado, aunque no estoy seguro si se comprendió, que en realidad era un sistema de financiamiento, con presupuesto propio, para solventar los costos de los padecimientos de enfermos con los padecimientos frecuentes, más graves, con los costos más elevados; desde su establecimiento su presupuesto se había venido incrementando y con ello la posibilidad de atender más pacientes y con padecimientos cada vez más complicados. La atención se brindaba en las instalaciones que existían en los estados y que se fueron descentralizando. Suspender el Seguro Popular y centralizar los servicios de atención, podía haberse hecho, pero tomando las precauciones necesarias para que todo siguiera funcionando cuando menos como hasta ese momento, pero al parecer no resultó así. Los mecanismos creados para la compra de medicamentos no resultaron eficientes, incluidos algunos que se planearon con organismos internacionales y el desabasto es cuando menos inquietante, unas veces ha sido aceptado por los responsables y otras las quejas al respecto, han sido atribuidas a maniobras políticas de enemigos del régimen.
El IMSS, el ISSSTE, y otros servicios médicos como los de PEMEX, SEDENA y el de la secretaria de Marina, tienen muchos años funcionando y lo hacen razonablemente bien, entendiendo que cualquier sistema de salud requiere siempre un programa de mejora continua. Tienen como ventaja frente a la nueva tarea de IMSS bienestar, un largo tiempo de funcionamiento que les ha permitido acumular infraestructura física, recursos humanos sólidamente contratados y en buena parte adheridos a las metas del sistema, aunque los recursos para estas tareas siempre resultan insuficientes, estas instituciones tienen un presupuesto claramente determinado, además que aunque sólo sea en forma parcial, el hecho que como el IMSS tiene un funcionamiento tripartito, trabajador, empresa y el propio IMSS, esto aunque solo sea de manera parcial facilita los presupuestos, el resto de las instituciones que mencionamos en este párrafo lo hacen solo entre el trabajador y la institución. Pero en el IMSS Bienestar será diferente porque sólo dependerá de la asignación `presupuestal, para aspirar a tener un exitoso funcionamiento se requerirá que las instalaciones se intenten sean cuando menos similares las del IMSS, las contrataciones del personal de salud deberían hacerse cuando menos en condiciones similares a las que tienen los trabajadores del IMSS. La gestión de un sistema tan grande y tan complejo como lo es el IMSS y seguramente será IMSS Bienestar es muy complejo, el IMSS lo ha conseguido con un sistema administrativo sólidamente establecido y rigurosamente seguido, será complejo hacerlo con el IMSS Bienestar, aunque sólo se intente extrapolar de un sitio a otro. No puedo dejar de mencionar que se requerirá de un presupuesto muy amplio y firmemente acotado para conseguir las metas establecidas.
En los últimos días se ha mencionado que una limitante será la disponibilidad de personal médico. Me parece a mi que para el primer nivel de atención, puede ser sólidamente atendido por Médicos Generales, con cierto adiestramiento en los procesos y actualización en los conocimientos médicos. En México existe una gran cantidad generalistas que no tienen un empleo sólidamente establecido y que además establezca un ejercicio digno de su trabajo. Hay que hacer notar que la migración considerable de la población rural hacia las zonas urbanas, hace que las instalaciones de las que se carece y el personal destinado a ellas sea instalado en su mayoría en zonas urbanas. Siempre quedarán zona rurales no cubiertas o de muy difícil cobertura, pero se tienen que generar estrategias novedosas para hacerlo y no seguir en la línea de destinar un médico, una enfermera y un centro en todas las poblaciones con menos de 250 habitantes, es muy caro e ineficiente, trasladar a los pacientes a una zona urbana o suburbana, cada vez que sea necesario, complementado con visitas periódicas a poblaciones pequeñas, podría ser una de ellas. El Dr. Germán Fajardo director de la Facultad de Medicina de la UNAM y el Dr. Gerhard Heinze jefe de la subdivisión de Especialidades Médicas de la División de Estudios de Posgrado de la propia Facultad, han hecho declaraciones muy brillantes de como existe la posibilidad de suficiencia de personal médico de calidad y como buscar la capacidad en otras que existe déficit.
En estos momentos buscar la solución con médicos provenientes de Cuba es una falacia, primero porque en sentido estricto no se requiere, segundo porque 500 médicos no solucionan ningún problema, distribuidos le tocarían a cada estado de la Republica unos 15 profesionales cubanos, lo que desde luego pocas cosas solucionan, segundo que finalmente resulta más costoso hacerlo con la importación de profesionales, porque ellos reciben un salario para sobrevivir durante su estancia en nuestro país, otra parte se envía a su familiares y al parecer una suma mayor hay que mandarla al gobierno cubano. Creo que es sólo una maniobra para acaparar la atención, dividir las opiniones, pero que no soluciona nada. En cuanto a que irían a poblaciones a las que los médicos mexicanos no quieren establecerse, decía primero que probablemente no sea necesario que exista de manera fija un médico en cada población menor de 250 habitantes, y que en algunas de ellas las condiciones de vida hacen que no puedan contar con maestros y que la policía y el ejercito no pasen por ahí, injusto es pensar que los médicos tengan que establecerse y más si su salario no es digno.
Deseo que el arranque y el funcionamiento de IMSS Bienestar sea muy exitoso y no quede nuevamente en Ahora si ya merito, porque se juega con el bienestar (nunca mejor dicho), la salud, la vida y la muerte de mucha gente.
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