Cambio climático pone en riesgo los arrecifes coralinos

Para el año 2100 está previsto que el calentamiento global produzca un incremento entre 2.5°C y 4.7°C en los océanos. Cada década es más cálida que la anterior con un incremento promedio de temperatura de 0.8%.

Foto: Coral Hero.
Foto: Coral Hero.

Lucero Zepeda

Lectura: ( Palabras)

El mar. Se calcula que el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por los océanos, el hábitat más productivo que abarca el 75% de todas las especies conocidas. Entorno oculto e inexplorado, el mar desempeña un importante papel en la regulación de las temperaturas a escala mundial, sin mencionar que es el principal productor de oxígeno del planeta.

Los corales, por su parte, no solo aportan belleza y estética en el fondo marino, sus colores vibrantes proporcionan nutrientes y alojamiento a una gran variedad de especies de la vida marina, desde esponjas, ostras, almejas, cangrejos y estrellas de mar, hasta erizos y muchas clases de peces.

Pese a que ocupan sólo el 1% de la superficie terrestre, los arrecifes de coral son una gran fuente de riqueza económica y de servicios ambientales para más de 100 millones de personas en el mundo, y capturan aproximadamente el 50% del carbono planetario.

Sin embargo, el acelerado calentamiento global y la acidificación de océanos por las altas temperaturas y cambios de las pautas de circulación oceánica, produce el blanqueamiento masivo de las colonias de coral provocando su muerte.

En el Cuarto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2007) se presentaron pruebas sólidas en que la actividad humana aumentó en gran medida los índices de calentamiento mundial durante el último siglo: la quema de combustibles fósiles, la deforestación, la conversión de tierras para uso agrícola y la contaminación de cuerpos de agua, encabezan la lista.

Desde 1850, los registros de temperaturas que el mundo ha experimentado demuestran que cada década ha sido más cálida que la anterior con un incremento medio de 0.8°C; ante el avance industrial y tecnológico del último siglo, está previsto que esta tendencia del calentamiento global produzca un incremento entre 2.5°C y 4.7°C de la temperatura media global para el año 2100.

Un número puede ser la diferencia

Por décadas, los océanos han servido como regulador ante el aumento radical de la temperatura atmosférica, han desacelerado los efectos del cambio climático al absorber hasta un 93% del calor atrapado en los gases de efecto invernadero provocadas por actividades humanas.

El académico del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, Roberto Iglesias Prieto, señaló que el incremento de un grado centígrado en los océanos produce blanqueamiento y muerte en los corales.

Más conocido como el síndrome blanco, esta enfermedad producida por patógenos carcome el tejido vivo del coral dejando expuesto el esqueleto del animal -esas manchas blancas-, y que ha causado la pérdida de más del 90% de las poblaciones en algunas clases; en México de las 40 especies que habitan en el Caribe mexicano, se cree que más de la mitad están afectadas por el síndrome banco.

Otro fenómeno que resulta ser potencialmente peligroso, es la acidificación del mar por el exceso de dióxido de carbono atmosférico (CO2). Estudios de la UNAM revelan que el cambio en la acidez del agua, el pH del mar, afecta a muchos ejemplares del arrecife, incluyendo a los corales, y con ello, a la propia matriz de dicho ecosistema marino.

En resumen, los arrecifes coralinos sufrirán el efecto de los cambios en dos aspectos principales de su entorno: los cambios en el hábitat natural y el suministro de alimentos, y los cambios en la química marina.

Las plantas marinas, especialmente el fitoplancton, son los principales productores que forman la base de la cadena alimentaria. Ante el aumento de temperatura en las aguas, se reducirá considerablemente la cantidad de nutrientes disponibles para los animales que se encuentran por encima en la cadena alimentaria.

Además, la temperatura es un factor desencadenante importante en los ciclos de vida de muchas plantas y animales marinos y, a menudo, el inicio de la alimentación, el crecimiento y la reproducción están sincronizados. Si estos procesos se desincronizan, es probable que los organismos vayan a alimentarse cuando sus fuentes de alimento ya no estén presentes.

Finalmente,  se estima que el incremento previsto de la temperatura oceánica estimulará la migración de los organismos marinos en función de su tolerancia a la temperatura, aquellas especies tolerantes al calor, expandirán su hábitat hacia el norte. Este cambio en la dinámica de los océanos tendrá un efecto perjudicial sobre las especies que no pueden migrar y podría llevarlas a la desaparición. 

En el caso de los arrecifes, el incremento de los niveles de CO2 no solo reduce la abundancia de fitoplancton, sino que también disminuye la calcificación en ciertos animales como moluscos, crustáceos, e incluso los mismos corales, lo que provoca que sus esqueletos se vuelvan más débiles y dificulta su crecimiento.

No estamos haciendo lo suficiente

Hasta hoy, científicos expertos en arrecifes de coral de todo el mundo coinciden en que el medio marino en general y los arrecifes de coral en particular se están viendo afectados negativamente por el cambio climático. La velocidad de cambio de las condiciones climáticas es potencialmente superior a la capacidad que tienen los arrecifes de coral para adaptarse y recuperarse.

En marzo de 2021, la Iniciativa Arrecifes Saludables publicó la Ecoauditoría 2021, una auditoría rigurosa que evalúa los esfuerzos empleados por diversos países para proteger y gestionar de forma sostenible el Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM).

Dicha Ecoauditoría documenta el grado de aplicación de las 28 acciones de gestión recomendadas a países como Belice, Guatemala, Honduras y México para cuidar y preservar los ecosistemas marinos. Y aunque desde su último reporte en 2016, el grado general de implementación regional ha mejorado un 1.2% por año en promedio, sigue siendo muy lento, y la salud de estos arrecifes empeoran con el tiempo.

Belice tiene la puntuación global más alta (71%) con nueve indicadores totalmente completados, pero también tiene el menor aumento, solo un 4% desde 2011. En segundo lugar, Honduras obtuvo una puntuación de 66% con un aumento general del 12%. México tan acostumbrado al bronce le sigue de cerca con la tercera puntuación más alta 64%, anotando un aumento del 10% desde 2011. Finalmente, Guatemala mantiene la puntuación global más baja (62%), pero ha registrado el mayor progreso global hasta el momento (18%).

El reporte de Salud del SAM 2020 registró nuestro primer declive en la salud del arrecife en más de una década de monitoreo; por desgracia, los datos fueron recopilados justo antes de que el nuevo y devastador brote de la enfermedad de pérdida de tejido de coral duro (síndrome blanco) afectara el sistema arrecifal. 

En cuanto a el Manejo de la Zona Costera, una de las prioridades más críticas dentro de la región, la Ecoauditoría considera que este puntaje mejoró levemente del 60% al 66%, y México mantuvo la calificación más alta en este rubro, a pesar de los problemas persistentes con la falta de cumplimiento de estos planes de manejo.

Como apunte final del ecoestudio, Mélina Soto, Coordinadora de Healthy Reefs para México, afirmó que nuestro país “está haciendo grandes esfuerzos en varios temas hacia prácticas más sustentables y adaptación al cambio climático. Sin embargo, la creciente brecha financiera y la falta de participación del sector privado reducen nuestros impactos positivos, nuestro tratamiento de residuos sigue siendo un tema urgente a abordar”.

¿Cómo salvar los océanos?

Desde hace tres años, la organización no gubernamental Oceana ha lanzado diversas campañas que buscan la transparencia de los mares y de las políticas públicas que buscan su conservación.

El próximo lunes 9 de agosto, diez científicos con diferentes especialidades explorarán el Parque Nacional Arrecife Alacranes, con el objetivo de realizar un censo de especies que habitan o usan la zona como parte de sus rutas migratorias.

“Estudios internacionales incluyen al Arrecife Alacranes en una lista de arrecifes de coral que tienen una mejor oportunidad de sobrevivir a los efectos del cambio climático”, dijo Mariana Reyna, líder de la expedición, “por eso es tan importante llegar a los sitios al que pocas expediciones han llegado y con tecnología que nunca se ha utilizado en estas zonas”.

A bordo del Caribbean Kraken, la primera parte de la expedición Proyecto Alacranes se realizará en los arrecifes Bajos del Norte, una zona poco conocida, alejada del impacto de las actividades humanas, y en la que se han hecho pocas investigaciones científicas sobre la riqueza que alberga. De ahí se regresará a Puerto Progreso para abastecerse y, 34 horas después, se embarcará hasta el Arrecife Alacranes.

“La recuperación y conservación de hábitats marinos en México se traduce en mayores beneficios económicos y sociales, especialmente para los pescadores locales. Una adecuada protección de estos arrecifes asegura que las futuras generaciones puedan disfrutar de su belleza y recursos”, dijo Miguel Rivas, director de Campañas de Hábitat en Oceana.

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