*Del curso de neurociencias del Mtro. José Edgar Alarcón Manrique.
En las últimas décadas el conocimiento del cerebro humano ha avanzado considerablemente y ha puesto de moda un tema que al público en general le llama la atención, pues a diferencia del resto de los órganos del cuerpo humano, la influencia que éste tiene con la percepción que se tiene de la vida y con el comportamiento humano es mucho mayor y en ocasiones exclusiva.
En efecto, la necesidad de comprender cómo se asimila la existencia y cómo se enfrenta es una curiosidad fundamental y una necesidad prioritaria en muchas personas pues en ella colocan, y con razón, la expectativa de una vida mejor.
Ahora bien, es importante subrayar que si bien, la ciencia cuenta hoy con instrumentos que pueden observar el cerebro y registrar su funcionamiento, en la historia de los seres humanos han existido tradiciones y prácticas que han controlado y dirigido la mente para obtener una condición más armónica para funcionar en esta dimensión.
Entre las tradiciones milenarias está la hinduista, que insiste en la meditación como práctica para observar y controlar la mente con el fin de desprender su operación de las fantasías que atrapan la existencia, producen sufrimiento e impiden el despliegue de las capacidades personales; otra de ellas es el budismo, práctica que retoma la aplicación de la práctica hinduista al margen de las divinidades; o en este tiempo el mindfulness o práctica de atención plena que insiste en concentrar la atención al presente.
Si bien en todas estas prácticas el resultado es evidente de acuerdo con el compromiso del practicante, la ciencia busca saber cómo es que esto sucede para poder validar efectivamente su importancia, pues tal parece que un resultado de suyo no siempre es reconocido si se carece de elementos científicos que lo puedan avalar.
Así, las neurociencias en general estudian de forma integral el aspecto celular, funcional, evolutivo, computacional, molecular, celular y médico del sistema nervioso y en muchos casos aparecen sus aplicaciones a diferentes áreas humanas como los procesos de enseñanza-aprendizaje o en relaciones humanas.
La neurofisiología, por su lado se especializa en el funcionamiento de todo el sistema nervioso. Su estudio médico suele inclinarse principal que no exclusivamente en el aspecto fisiopatológico de los síndromes del sistema nervioso central y periférico.
Por último, la neurobiología se encarga de la investigación específica de las células del sistema nervioso para comprender su organización y circuitos funcionales para procesar información bases para el comportamiento humano.
Todas estas ramas están enfocadas en estudiar el cerebro, el sistema nervioso y los comportamientos humanos, entonces cabe precisar que:
- Los comportamientos humanos se derivan por el condicionamiento biológico.
- Los comportamientos humanos se derivan por el condicionamiento mental y social que crean los mismos seres humanos, en sus espacios, sus tiempos y las personas con las que interactúan.
Por lo tanto, el comportamiento humano depende, indiscutiblemente, de ideas que se hayan construido en su ambiente social, el cual siempre es modificable gracias a la plasticidad cerebral que consiste en la capacidad que tiene el cerebro para recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones, en donde la voluntad personal cobra un papel fundamental para impulsar esta facultad hacia una mejor condición de existencia.
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