¿QUO VADIS? El reciente encuentro Xi-Biden: condiciones y resultados
Enrique Dussel Peters

Desde la Socioeconomía

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El encuentro entre mandatarios no permitió acuerdos o compromisos específicos: se trató de definir prioridades y límites del diálogo bilateral. Las expectativas de…

Imagen: Bolsamania.
Imagen: Bolsamania.

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Acaba de realizarse el lunes 15/11/2021 ‒martes en Pekín‒ el tercer encuentro (virtual) entre los presidentes de las principales dos potencias globales: Xi Jinping y Biden.

La buena noticia: se reunieron y mantienen un diálogo directo y abierto, preocupados ambos ante posibles males entendidos o escalar la confrontación bilateral entre “el viejo y nuevo rico de la aldea global” en múltiples ámbitos, incluso el militar.

La mala noticia: no llegaron a acuerdos concretos y específicos en tema alguno.

El contexto no es irrelevante. Ambos presidentes llegaron a este encuentro fortalecidos por respectivas dinámicas domésticas.

Biden logró aprobar y firmar su Ley sobre Infraestructura el mismo día del encuentro con Xi: un billón de dólares en infraestructura y particularmente con miras hacia China. Estados Unidos busca “administrar la competencia” con China y “aventajar a China en el largo plazo” según documentos anteriores al encuentro entre ambos presidentes. Xi Jinping, de igual forma, también recibió un fuerte espaldarazo reciente: la sexta plenaria del XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCC) culminó el 11/11/2011 y no sólo destacó la continuación de la política de “Un país, dos sistemas” y la promoción de la reunificación nacional ‒Hong Kong y Macao serán gobernados por “patriotas”‒, sino que particularmente la relevancia del propio Xi en el PCC, su planteamiento de China en la “Nueva Era”, lo realzan al nivel del pensamiento de Mao Zedong y Deng Xiaoping, con lo que obtiene todos los requisitos para ser reelegido en 2022 por otros cinco años.

encuentro virtual Xi Jinping y Joe Biden
Foto: El Periódico.

Desde esta perspectiva, y ante presiones nacionalistas en Estados Unidos y en China, cualquier encuentro es un buen encuentro para las relaciones diplomáticas y socioeconómicas globales.

Ambas potencias tienen un grupo de temas en el “tintero”, tanto el futuro de Taiwán y la creciente militarización del Mar del Sur de China, el que Estados Unidos hubiera prometido proveer submarinos a propulsión nuclear a Australia, así como críticas de Biden a los derechos humanos de China en Hong Kong y otros territorios chinos. El incumplimiento de las importaciones chinas acordadas en enero de 2020 pudiera ser un tema importante ante su próxima evaluación en enero de 2022.

El encuentro entre mandatarios ‒y seguramente se darán a conocer detalles y hasta el encuentro en su totalidad en el futuro‒ no permitió acuerdos o compromisos específicos: se trató de definir prioridades y límites del diálogo bilateral.

Las expectativas de avances en temas comunes ‒como el medio ambiente‒ no se han materializado como lo reflejaron los resultados de la reciente COP26.

Los resultados preliminares ‒en las siguientes semanas seguramente se harán públicos otros detalles‒ destacan que el encuentro de casi 4 horas no logró resultados concretos, sino que fue sobre todo una “pelea de sombras”: Biden destacó aspectos sobre Taiwán, derechos humanos y temas comerciales bilaterales, mientras que Xi  insistió en la política de Una China ‒incluyendo a Taiwán‒ y una relación ganar-ganar para ambas potencias; sobre Taiwán señaló que sería “jugar con fuego” y que no es un tema a debate con Estados Unidos u otros países.

Biden y Xi Jinping
Foto: La Opinión.
reunión virtual de 3 horas Xi Jinping y Biden
Foto: Antena 3.

La relación ‒y en continuación por la estrategia de Trump‒ seguramente se concentrará en el corto plazo en temas estrictamente comerciales: ambos países acordaron en enero de 2020 una “tregua comercial” en la que China incrementaría significativamente sus importaciones desde Estados Unidos durante dos años (hasta enero de 2022) y en aras de reducir significativamente el déficit comercial de Estados Unidos con China. Por el momento ‒y parte de la discusión‒ China se encuentra en un 40% por debajo de sus compromisos, según recientes estudios. El tema seguramente será el aspecto principal en la relación bilateral en el corto plazo a inicios de 2022: más allá de la pandemia global, Estados Unidos buscará presionar a China al respecto. China podrá justificar su incumplimiento ante los efectos globales del COVID-19 y seguramente buscará incrementar sus compras agrícolas y de aviones, entre otros, en el corto plazo.

El tema es crucial para terceros países: como hemos insistido en esta columna es fundamental que terceros países en América Latina y el Caribe, incluyendo México, definan una estrategia en esta nueva relación triangular en la tercera década del siglo XXI y creen o refuercen a las instituciones especializadas sobre Estados Unidos y China en los sectores público, privado y académico, entre otros.

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