Cada 30 de abril celebramos el Día de las Niñas y los Niños en México, instaurado desde 1924 cuando se suscribió la Declaración de Ginebra. Esta fecha se ha vuelto significativa para los pequeños al darles visibilidad y otorgarles voz.
Dicho instrumento internacional estaría seguido por la actual Convención de la ONU sobre los Derechos de los Niños de 1989, en la que se reconoce que los menores de 18 años tienen una serie de prerrogativas como la educación, el esparcimiento, el acceso a la información, o la protección de su privacidad.
Sus derechos se extienden al entorno digital, dada la intensa actividad que este sector poblacional lleva a cabo en este espacio. En 2019, a nivel global, uno de cada tres menores de 18 años utilizaba Internet, según el informe “Growing up in a connected world” de UNICEF.
En nuestro país, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019 del INEGI, de las 80 millones 626 mil 159 personas usuarias de la red, el 24.9% tiene entre 6 y 17 años (20 millones 094 mil 991).
Si bien las tecnologías de la información y comunicación (TIC) amplían las oportunidades de desarrollo de las niñas y los niños; cuando no se adoptan los cuidados suficientes en su uso, los puede colocar en situación de peligro o violencia.
Uno de los riesgos a los que se enfrentan los menores en el mundo online es el cyberbullying o ciberacoso, que implica sufrir burlas, humillaciones, amenazas u hostigamiento, y cuya afectación llega a ser de tal magnitud que orilla a la depresión o, incluso, al suicido.
Otra forma de infringirles daños graves es a través del grooming, que son estrategias de engaño que una persona adulta emplea para ganarse la confianza de las chicas y los chicos, a través de las TIC, creando perfiles falsos o fingiendo ser alguien más para entablar una amistad, y luego abusar de ellos o explotarlos sexualmente.
El Informe Global sobre la Trata de Personas 2020 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito detalla que, a nivel mundial, los traficantes han adaptado sus métodos de identificación de objetivos específicos con ayuda de Internet, siendo parte de ellos, los menores de edad. Así, en la región de Norteamérica, incluyendo a México, de 6 mil 183 víctimas de trata con fines de explotación sexual detectadas, el 29% (mil 793) son niñas y niños.
La Guardia Nacional reportó que, en 2020, México ocupó el noveno lugar mundial en el tráfico y almacenamiento de pornografía infantil, cuya incidencia aumentó en un 16% respecto de 2019.
Ante los peligros que existen en la red, las pequeñas y los pequeños navegantes digitales tienen derecho a estar y sentirse seguros en ella. La prevención es esencial para lograrlo.
Es necesario que tanto ellos como sus familias, sepan cómo proteger su información personal, que conozcan cómo usar mejor las TIC, que aprendan a tener hábitos saludables en el uso de Internet; y que la comunicación con sus mamás, papás y su círculo afectivo sea abierta, constante y basada en la confianza donde puedan expresarse con libertad.
El doctor Karl Menninger decía que “lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad”. Si aspiramos a edificar mejores sociedades, debemos garantizar que disfruten su infancia sin que nadie interfiera de ningún modo y desde ningún espacio, sea presencial o digital, a este propósito.
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