¿Te has dado cuenta de que las generaciones actuales se comportan de manera muy distinta a otras generaciones?, por ejemplo, los adultos de 50 perciben las cosas de forma diferente a como las perciben los jóvenes de 20 o los niños de 10 años. La razón de esto, de acuerdo a uno de los teóricos de la comunicación de los años 60, se debe a los medios que nos rodean. Y cuando hablo de medios quizá se piense en celulares, la televisión, computadora, redes sociales, etc., pero estos no son los únicos medios que tenemos. Como lo señala esta gran figura de la comunicación, Marshall McLuhan, los medios son toda extensión que nos ayuda a relacionarnos con el mundo, es decir, prácticamente todo lo que usamos para percibir el mundo es un medio, por ejemplo, la electricidad, quizá no te habías dado cuenta pero ésta nos permite captar mucha información como, la posibilidad de ver un juego por la noche supone la presencia de la luz para que el equipo pueda moverse adecuadamente y para que el espectador capte lo que sucede en el mismo.

Si nos damos cuenta, con la luz encendida aparece un mundo que desaparece al apagarla.^[1] Sin ella, seguramente permaneceríamos pasivos por la noche en casa, pues no habría posibilidad de actuar en la oscuridad. La electricidad ha permitido, además, el desarrollo de otros medios al servicio del hombre, por ejemplo, el trasporte, ya que a partir de él podemos llegar a lugares nunca antes pensados. El transporte también ayuda a la descentralización, el hombre ya no tiene que estar en un sólo lugar, en una sola comunidad, sino que puede moverse a través del territorio, separándose de la comunidad a la vez que fortalece su individualidad, su ego. Pensemos cómo se vivía antes sin esta posibilidad, sin luz, sin transporte, en un mundo muy limitado seguramente. Esto, por otra parte, provoca aceleración, gracias a la posibilidad de llegar a muchas partes en un tiempo corto a través del Internet; de acuerdo a McLuhan, esto lleva al hombre a la pérdida de sí mismo porque no tiene tiempo de centrarse dada la rapidez con la que se mueve. De ahí que M. McLuhan señale:

“la presente aceleración no es una lenta explosión hacia afuera, desde el centro hasta los márgenes, sino una implosión instantánea y una fusión mutua del espacio y de las funciones.^[2]

Pero, además, es importante señalar que el auto, el ferrocarril, así como cada uno de los vehículos que utilizamos para transportarnos, no son lo que provoca directamente un cambio en las personas y en las sociedades, sino todo aquello que existe por el automóvil: las carreteras, las fábricas, las gasolineras; todo aquello que surge como consecuencia del transporte y que a su vez transforma la vida de la gente, ya que todo este movimiento genera aceleración y una nueva manera de captar la realidad.

Así, aun sin quererlo, somos afectados de manera importante por ellos, puesto que nuestra vida y nuestra manera de pensar no sería la misma si éstos no existieran. Si alguien no quisiera ser afectado por estos cambios, por estos medios, tendría que dejar todo lugar en el que ellos existiesen pues, como acabamos de ver, la sola presencia de estos nos llevan a percibir de manera distinta las cosas. Pensemos, ¿sería posible volver a la época en la que no existía la aceleración?, ¿lo preferiríamos?, ¿qué tipo de personas seríamos y cómo realizaríamos las cosas?

Esto es precisamente lo que les pasa a las nuevas generaciones, cada objeto nuevo que surge, cada tecnología, provoca cambios en diferentes aspectos de la vida y nos lleva a modificar la manera de hacer las cosas, la manera de pensar, la manera de ser de cada uno. Es injusto incluso pensar que los chicos de hoy no son como los de antes, ¡esto es un hecho! Y qué bueno que es así, la humanidad debe desarrollarse, evolucionar y el avance de los medios nos ayuda a transformarnos, quizá a veces de manera negativa pero esto no debe implicar que busquemos un retroceso en la humanidad, sino reflexionar en la manera cómo utilizamos los medios que tenemos, para qué los tenemos y si realmente son necesarios para mejorar nuestra vida, y si no es así, simplemente hay que dejarlos de lado y buscar nuevas posibilidades para crecer como persona y que la aceleración no nos lleve a perder lo más importante que tenemos, al ser humano.

[1] McLuhan Marshall, Comprender los medios de comunicación: las extensiones del ser humano, Paidós, España, 2009, p. 158.

[2] Ibid., p. 120.

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