Ante la presentación del Informe Regional de Desarrollo Humano por parte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Observatorio del Colegio de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana y la Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida se dieron a la tarea de analizar sus conclusiones. A continuación, algunas de sus principales reflexiones.
Es una realidad evidente que Latinoamérica se caracteriza por los grandes contrastes. La opulencia y la prosperidad cohabitan con la fragilidad y la miseria más degradante. La lista de desigualdades es amplia y bien conocida. Hay rasgos muy notables que distinguen también a la región como su inestable y bajo crecimiento, resultado de una muy baja productividad.
En esencia, el Informe Regional de Desarrollo Humano sostiene que Latinoamérica se encuentra en una trampa, cuyos rasgos principales son la enorme desigualdad social y el bajo crecimiento económico. Estos dos rasgos se alimentan simultáneamente conteniendo el potencial avance en todas las aristas del desarrollo humano. Es fundamental comprender la naturaleza de esta trampa para avanzar en ideas tendientes a liberar a Latinoamérica de la lacerante desigualdad y el bajo crecimiento.
El Colegio de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana coincide en que Latinoamérica ha caído en una suerte de arenas movedizas del desarrollo; lo cual se sostiene al comprobar que, a pesar de décadas de crecimiento económico ‒mismo que retrocederá como consecuencia de la pandemia de COVID-19‒, dos características de la región permanecen: la alta desigualdad y el bajo crecimiento.
La Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida reconoce la abundante investigación disponible que demuestra la corelación entre la alta desigualdad y el bajo crecimiento.
El Informe Regional de Desarrollo Humano presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo propone una conversación para explorar la complejidad de las interacciones entre algunos de los factores que contribuyen a la perpetuación de esta trampa. Destacadamente este informe se enfoca en aspectos críticos como: la concentración de poder; la violencia en todas sus formas (política, criminal y social); los sistemas de protección social; y los marcos regulatorios de los mercados laborales que introducen distorsiones a la economía.
La Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida destaca el impacto que las percepciones de desigualdad y justicia tienen en el nivel de satisfacción social y bienestar subjetivo de la población.
EN PERSPECTIVA, podemos establecer que la interacción entre la alta desigual y el bajo crecimiento están determinados por la debilidad institucional y la inefectiva gobernanza, situación que no es casual sino producto del deseo consciente de las oligarquías locales de coexistir con un Estado de derecho e instituciones débiles que fácilmente pueden someter a sus intereses en todos los ámbitos. El resultado es una serie de políticas públicas fragmentadas, con perspectiva de corto plazo, que no están orientadas a procurar el bienestar de la población sino a profundizar las distorsiones existentes en beneficio de la oligarquía reinante en la región.
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