Expansión de la conciencia y crecimiento espiritual
Jutta Battenberg

Espiritualidad Sin Fronteras

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Tanto la expansión de la conciencia como el desarrollo espiritual depende del uso intencional de la libertad con la intencionalidad única de humanizarse cada día más.

Lectura: ( Palabras)

*Del curso de Existenciología de Jutta Battenberg

Todos los tiempo han tenido sus propios mitos y retos a resolver. Los mitos ayudan a explicar la realidad que se está viviendo con los elementos e ideas que rodean ese ambiente. Lo retos son los obstáculos que aparecen en el camino y que requieren ser superados para fluir en la existencia. Este fenómeno sucede tanto a nivel personal como comunitario.

Así, la humanidad ha ido evolucionando a lo largo de la historia, pero esta no ha sido solo cuestión de desarrollo de la inteligencia y el conocimiento, también ha intervenido el corazón, es decir, la parte afectiva del ser humano así como el reconocimiento del bien y del mal. A este movimiento, individual y comunitario le llamamos expansión de la conciencia y/o crecimiento espiritual, dos términos que si bien parecen casi sinónimos, son diferentes y conviene precisar.

La expansión de la conciencia corresponde a la parte moral, es decir, está relacionada con una comprensión cada vez más profunda e integral de la realidad que permite superar los límites egoístas establecidos por una persona o una cultura que suelen manifestarse como argumentos del bien o del mal independientemente de su veracidad objetiva.

Ciertamente la conciencia humana necesita partir de su entorno, del cual aprende lo correcto, lo pertinente, lo deseable. Sin embargo, este discurso siempre es limitado, pues se construye a partir de intereses personales o del grupo de referencia. Algunos son deliberadamente mal intencionados, otros simplemente son producto de la reducida comprensión que se tiene de la realidad y de una asociación perturbada con el bien.

La expansión de la conciencia, si bien es un movimiento natural, requiere romper constantemente las estructuras ideológicas que la conforman, pues siempre son limitadas, limitantes y preliminares. Sirven en su momento para dar estabilidad, pero requieren modificarse constantemente con la nueva información que se aprecia personal y comunitariamente.

El crecimiento espiritual, por su parte, está relacionado con el amor, es decir, con la capacidad de vincularse y relacionarse con el entorno. Ciertamente para comprenderlo a profundidad es necesario poner entre paréntesis el imaginario amoroso idealizado de nuestro tiempo que lo enmarca entre la pasión y el idealismo.

La capacidad de vinculación no se queda simplemente en una relación hedonista, donde ambas partes la pasan bien, sino que debe ampliar su comprensión para enfocarse en la responsabilidad que se tiene con el verdadero bienestar ajeno.

Así el crecimiento espiritual va reconociendo el funcionamiento armónico y perfecto de la creación, en donde cada especie existe para darle existencia al resto; en donde la forma que toma en un momento dado solo es temporal y que los elementos que le conforman toman una nueva apariencia cuando muere simbólicamente (a sus formas previas de entender el mundo) y cuando lo hace materialmente en esta dimensión.

El crecimiento espiritual también impulsa a una mayor la responsabilidad con la existencia, oportunidades y destino de su entorno físico (medio ambiente), simbólico (cultura), relacional (personas).

Tanto la expansión de la conciencia como el desarrollo espiritual depende del uso intencional de la libertad con la intencionalidad única de humanizarse cada día más.

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