En dirección totalmente contraria al Acuerdo de París
Alejandro Ramos Magaña
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López Obrador prefiere seguir por la ruta del retroceso ambiental, sin impulsar planes y políticas para reducir las emisiones de Gases Efecto Invernadero, antepone…

Foto: Agenda Viral.
Foto: Agenda Viral.

Lectura: ( Palabras)

El 22 de abril pasado, justo en el Día Internacional de la Madre Tierra, un grupo de investigadores del Instituto de Geofísica y de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM escalaron el glaciar Ayoloco, a 4 mil 626 metros sobre el nivel del mar, en el costado poniente del Iztaccíhuatl, y su misión no era de celebración, todo lo contrario. Su ascenso era para declarar extinto al glaciar mexicano.

Una placa firmada por la UNAM selló su desaparición por el calentamiento global; no hay duda de que las actividades humanas aceleraron este proceso.

El mensaje en la placa es duro, contundente y trascenderá siglos: “A las generaciones futuras: Aquí existió el glaciar Ayoloco y retrocedió hasta desaparecer en 2018. En las próximas décadas los glaciares mexicanos desaparecerán irremediablemente. Esta placa es para dejar constancia de que sabíamos lo que estaba sucediendo y lo que era necesario hacer. Solo ustedes sabrán si lo hicimos”.

glaciar Ayoloco del Iztaccíhuatl
Glaciar extinto Ayoloco del Iztaccíhuatl (Imagen: Telediario MX).

Uno de los geólogos más prestigiados de México, Federico Mooser, me dijo –en una de las tantas entrevistas que le he realizado– que perder un glaciar implica una alteración en el clima, con temperaturas más altas, menos lluvias, aumento de suelo erosionado y la pérdida de fuentes de agua.

Este suceso histórico, y lamentable, del glaciar de Ayoloco, se suma a los fenómenos que hoy siguen enviando señales de los daños –acumulados–, que se le han hecho planeta: temperaturas altas extremas, sequías, deforestación, pérdidas de suelo productivo, constantes incendios forestales, huracanes que baten récords por su fuerza y destrucción. La biodiversidad del planeta altamente amenazada, y con ello se multiplican las enfermedades infecciosas que transmiten animales a humanos.

Y también la extinción de este glaciar es una fuerte llamada de atención a los gobiernos, a los tomadores de decisiones.

En el caso de México, la administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador ha demostrado que no es prioridad el cambio climático en su gobierno.

Glaciar extinto Ayoloco del Iztaccíhuatl (Foto: iAgua).

El presidente cuando ha participado en las cumbres de jefes de Estado muestra su total indiferencia al tema, ni le entiende y no le interesa, por eso desmanteló presupuestalmente y de capital humano a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y otros organismos afines. Hasta decretó una reducción presupuestal, desde 2019, para mitigación y adaptación de los efectos del cambio climático entre el 36 y 40%, respecto al de 2018.

Los tres secretarios (en tres años de gobierno federal) que han pasado por la dependencia lo han hecho en la oscuridad, no hay huella, no hay marca de proyectos de sustentabilidad al menos para el 2030, cuando México se comprometió en el Acuerdo de París (2015) a reducir el 22% de los Gases Efecto Invernadero (GEI). Al cierre del gobierno de Enrique Peña Nieto, en 2018, se reportó una disminución del 17% de los GEI, pero ahora los expertos señalan un grave estancamiento, que pude llegar a tirar ese 17% y no cumplir la meta. Aunque tal vez el presidente tenga “otros datos” y de la nada coloque a México a la cabeza de los 194 países que firmaron el Acuerdo París. 

Otro de los compromisos que se proyectaron con Peña Nieto era de que México en el 2024 debería producir el 35% de energía eléctrica con fuentes renovables, pero el presidente bloqueó la iniciativa que impulsaban empresas privadas.

AMLO en contra de energías limpias
Imagen: El CEO.

López Obrador prefiere seguir por la ruta del retroceso ambiental, sin impulsar planes y políticas para reducir las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI), antepone generar energía eléctrica con uso del carbón y combustóleo (altamente contaminante), ha ordenado limitar la inversión privada en energías renovables, no hay políticas de transición energética. Y en dirección contraria a cumplir con acuerdos internacionales promovió la construcción de una termoeléctrica (con gas y combustóleo), en Huexca, Morelos, y la refinería de Dos Bocas, Tabasco, no sólo para seguir explotando los combustibles fósiles generadores de los GEI, sino también y, de paso, se destruyeron manglares para abrirle paso a su obra insignia sexenal.

Lo único que el presidente presume cada que aborda un tema ambiental en conferencias o cumbres globales, es su programa Sembrando Vida en que paga mensualmente 4,500 a los campesinos (de un universo de 420 mil) para que siembren árboles frutales y otras especies en sus tierras, pero omite decir que muchos ejidatarios con tal de tener un ingreso seguro deforestan su terreno y plantan árboles que no son endémicos. Además, este programa carece de planes de manejo, los controles son inexistentes, y ello ha provocado una desforestación de más de 73 mil hectáreas, según monitoreos satelitales que ha hecho The Word Resources Institute.

Otro de los pasivos es la falta de actualización del inventario de emisiones de los GEI (bióxido de carbono, metano, carbón negro, entre otros), y por sector productor de emisiones (generación de energía eléctrica, operación de refinerías, transporte, industria, manejo de desechos sólidos urbanos, deforestación, erosión de suelos, entre otros).

AMLO Sembrando Vida

Esta semana María Luisa Albores, titular de la Semarnat, anunció que en dos meses se publicará el Programa Especial de Cambio Climático (PECC) 2021-2024, donde se continuará trabajando con los gobiernos estatales y se impulsará la participación de los municipios.

Sin duda un proyecto limitado, sólo para complacer a un gobierno, y se omite la meta del 2030, y la tendencia oficial es dar paso a las energías altamente contaminantes.

Un reporte de Iniciativa Climática de México, que preside el científico Adrián Fernández, indica que México reportó en emisiones a la atmósfera, en 2013, un total de 665 millones de toneladas de bióxido de carbono y se estimó que las emisiones crecerían hasta 973 millones de toneladas en el 2030, en caso de no aplicar programas sustentables. “Si México cumple la meta de reducción ofrecida de 22%, nuestras emisiones totales no debieran pasar de 762 millones de toneladas en 2030”, pero hasta ahora las emisiones del país alcanzan las 991 toneladas de CO₂, y la tendencia es de incremento sostenido. Situación grave.

energía con uso de carbón
Foto: Expansión.

Sin duda la política energética de López Obrador retrocede y estanca el combate al cambio climático, no están cumpliendo con la Estrategia Nacional de Cambio Climático ni con la Ley de Transición Energética.

El presidente omite que el país es altamente vulnerable al calentamiento global. Al tiempo la evaluación histórica.

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