La atención pública en México está comprensiblemente centrada en los fenómenos políticos, previos a los procesos electorales de 2024 que marcarán, en buena medida, el destino del país. Lo mismo sucede en otros países en los que la atención también está concentrada en los procesos electorales, como es el caso de los Estados Unidos y otros países en Europa.
Sin embargo, esta coyuntura no nos puede hacer perder de vista los problemas de fondo que enfrenta la humanidad en su conjunto y desde luego nuestras propias naciones, en forma cada vez más apremiante y que no están debidamente atendidos.
Menciono solamente dos de ellos, la imparable destrucción de la naturaleza por la acción humana, que comprende el cambio climático, la creciente destrucción de la biodiversidad, la degradación de los ecosistemas, la cada vez mayor contaminación, con todas sus consecuencias en todos y cada uno de los aspectos de la vida social e individual en todo el mundo, entre otros aspectos, y que cada vez más pone en peligro el futuro de la humanidad. El segundo aspecto que debo mencionar son los nuevos retos que nos plantean diversos avances tecnológicos como la Inteligencia Artificial y su impacto en la sociedad y en la política.
En cuanto al primer tema, la comunidad internacional organizada ha reaccionado desde hace tiempo ante el grave problema de la destrucción de la naturaleza y el cambio climático. Entre las medidas más importantes esta la Agenda 2030 de Naciones Unidas, el Acuerdo de París de 2015 y sus posteriores determinaciones, y más recientemente el Marco Kunming-Montreal de protección de la biodiversidad, el llamado tratado de Alta Mar, para la preservación de la vida biológica en los océanos fuera de las jurisdicciones nacionales y la protección de los recursos genéticos marinos o bien el Desafío del Agua Dulce para la preservación de ríos y lagos a nivel mundial. Sin embargo, es claro que todos estos esfuerzos no han sido suficientes para detener la acelerada destrucción del planeta. De hecho, cada día hay mayor evidencia de los desastrosos efectos del cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos y el creciente el stress hídrico. Al respecto, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en los próximos cinco años, las temperaturas mundiales batirán récords. El cambio climático esta generando ya consecuencias negativas en todos los aspectos de la vida social, política y económica en todo el mundo.
La causa principal de esta destrucción es la acción humana. Esto es, los esquemas de crecimiento económico depredadores y destructores que se han utilizado principalmente desde los siglos XVIII y XIX. Los intereses generados por estos esquemas económicos depredadores defienden sus beneficios particulares a costa del creciente riesgo para la humanidad entera. Los efectos del calentamiento global se dejan sentir en todo el mundo de forma cada vez más extrema. Buena parte de este fenómeno esta directamente causado por la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI), lo cual exige acelerar la transición energética hacia fuentes limpias, pero, buena parte de los gobiernos nacionales de países tanto desarrollados como de economías emergentes están capturados por los intereses de la industria petrolera y del gas. Es un claro ejemplo de la prevalencia de los intereses particulares sobre el interés general a nivel global y nacional.
Al referirnos al populismo, y las actitudes demagógicas, irracionales y anticientíficas, consideremos el posible empoderamiento de los republicanos en las próximas elecciones en los Estados Unidos y los efectos devastadores que eso podría tener sobre la naturaleza y el ambiente, a nivel mundial, derivado de los vínculos de ese partido con las empresas petroleras y con otros intereses corporativos.
En suma, es muy importante que la sociedad civil y la comunidad científica se hagan escuchar y presionen la toma de decisiones para detener este vertiginoso proceso de destrucción. También, es necesaria una mayor acción de los organismos internacionales en la materia. De igual forma, hay que fortalecer las actividades de difusión y divulgación
México es un país particularmente afectado por estos fenómenos. Por citar sólo algunos ejemplos de esta problemática, de acuerdo a la CONABIO más de 41,459 especies de plantas y animales están en peligro de extinción. El país ha perdido alrededor del 50% de los ecosistemas naturales debido al deterioro de los hábitats por el cambio del uso del suelo al pasar de ecosistemas naturales como bosques, selvas, pastizales para dar paso al desarrollo de actividades agrícolas, ganaderas, industriales, turísticas, petroleras y mineras, entre otras. Asimismo, nuestro país experimenta una pérdida significativa de cobertura forestal, con una tasa bruta anual de 250 a 260 mil hectáreas y una tasa neta de 127,000 hectáreas. Asimismo, diversos estudios e investigaciones señalan que México es el país con mayor nivel de calentamiento global en el mundo en los últimos cinco años. De igual forma, se sostiene que la meta global del Acuerdo de París de no rebasar el incremento de temperatura de 1.5°C durante el siglo XXI, medido desde la época preindustrial, en México se sobrepasó desde hace ya algunos años. Además, información reciente señala que la temperatura máxima del planeta no se registra en el Valle de la Muerte, en California (57.1°C) sino en el Desierto de Sonora al igual que en el Desierto de Lut en Irán. Así, recientemente, científicos de la NASA también han observado que México es el país que más rápido se ha calentado en el mundo como consecuencia de la crisis climática. Según Richard Stone, de la revista Science, con nuevos instrumentos especializados se registraron temperaturas de 80.8°C convirtiendo al Desierto de Sonora en el lugar más cálido del planeta, junto con el Desierto de Lut, al sureste de Irán. Si bien todavía es necesario efectuar mucha investigación sobre este fenómeno, es necesario tomar clara conciencia de la realidad que vive el país.
Debe precisarse que el objetivo debe ser desvincular el progreso y el bienestar de la destrucción de la naturaleza.
Otro de los temas de atención general son las implicaciones sociales y políticas del vertiginoso proceso de innovación científica y tecnológica. Vivimos la Cuarta Revolución Industrial, que se caracteriza, entre otros avances por la Inteligencia Artificial, el Internet de las cosas, el Big Data, los sistemas cuánticos de procesamiento de información, la producción automatizada entre otros aspectos. Sin duda, los vertiginosos avances científicos y tecnológicos han marcado un notable progreso para la humanidad. Gracias a la tecnología el ser humano ha logrado un notable incremento de su nivel de vida, mayor longevidad y bienestar. Nunca antes tanta gente había salido de la pobreza, como es el caso principalmente de los países del Asía-Pacifico. Pero estos avances, no han llegado a toda la población planetaria.
De los poco más de 8 mil millones de personas que tiene el planeta, casi 4 mil millones, cerca de la mitad de la población mundial padece hambre, pobreza, los devastadores efectos del cambio climático, crisis alimentarias, de salud, guerras, y conflictos bélicos internos, y sobre todo creciente desigualdad, fenómeno que afecta tanto a países con economías desarrolladas como emergentes. Esta situación afecta la solución de los problemas de fondo, y propicia los populismos y los esquemas autoritarios de gobiernos. Esto, hace temer la emergencia de nuevas dictaduras, que se suman a las antiguas tiranías corruptas e incompetentes que han prevalecido en varios países y el riesgo de que puedan utilizar los instrumentos de la Inteligencia Artificial como mecanismos de control político. Actualmente, la información que tienen las grandes empresas tecnológicas de los usuarios de las redes les permite tener un amplio perfil de los mismos. Cada vez más esta información es susceptible de utilizarse para fines de manipulación política. En años recientes ha sido común evocar la novela ‘1984’ de George Orwell sobre la pesadilla del ‘Big Brother’, el Estado que controla la mente de los gobernados, garantizando así su sumisión. Orwell escribió esta novela a finales de los años cuarenta del siglo XX, en la que trazó los riesgos de una dictadura moderna, el nazi-fascismo había sido derrotado, pero la sombra del comunismo estalinista amenazaba a Europa y al mundo. Por cierto, el término del gran hermano, el gobierno totalitario, el ‘big brother’ fue utilizado años después por la televisión comercial para un ‘reality show’ replicado en varios países, que es una cerrada competencia de vulgaridad y estulticia, de ahí su éxito comercial. La novela se desarrolla en 1984 y los años subsecuentes en lo que fue Londres, que es parte integrante de un inmenso Estado colectivista, que es Oceanía. La sociedad está dividida en tres grupos, los miembros externos del Partido Único, los miembros del Consejo dirigente, que es el circulo interno del partido y la enorme masa de gente, a la que el partido mantiene pobre y entretenida, los proletarios, para que no puedan ni quieran rebelarse.
Esto es, recientemente se ha generalizado la discusión de la ética en el uso y desarrollo de la Inteligencia Artificial, ante el peligro de que la información que se tiene sobre las personas pueda ser utilizada para la manipulación por parte de los grupos poderosos, en particular de los gobiernos de los Estados autoritarios.
En suma, si bien la realidad inmediata nos convoca a participar las decisiones políticas, esto no nos debe hacer olvidar algunos de los problemas de fondo que enfrenta tanto la sociedad internacional como el país, como son la necesidad urgente de proteger la naturaleza y el ambiente, así como la mejor forma de afrontar los retos éticos que nos plantean los vertiginosos avances tecnológicos como la Inteligencia Artificial. Es determinante respetar los límites naturales del planeta para lograr preservar la vida humana, en condiciones de dignidad para todos, sin que nadie se quede atrás, en el marco de un Estado democrático de Derecho. Debemos, hoy más que nunca, defender la libertad y la dignidad de la persona humana.
El contenido presentado en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente representa la opinión del grupo editorial de Voces México.
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