Edificios trasladados de lugar: algo recurrente en la historia
Pablo Viñamata

Citas desde Barcelona

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En numerosas ocasiones, edificios que no gustaban o que debido a su valor histórico se querían conservar, se optaba por trasladarlos de sitio. Muchas veces se realizaron estos traslados por cuestiones de urbanismo y otras por la megalomanía…

Traslado del edificio de la Telefónica Mexicana en Guadalajara en 1950 (Foto: Mural.com).
Traslado del edificio de la Telefónica Mexicana en Guadalajara en 1950 (Foto: Mural.com).

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A lo largo de la historia, siempre ha existido polémica con la arquitectura. Lo que para algunos era innovador y espectacular, para otros no era atractivo; pero con el paso de los años acababan formando parte del perfil de cada ciudad. Un caso muy famoso es la Torre Eiffel, construida para la Exposición Universal de 1889, por el ingeniero Gustave Eiffel; muy criticada en su momento ya que mucha gente consideraba que era un “monstruo de hierro” que no concordaba con la arquitectura monumental de la capital francesa. Pero con el paso de los años, el edificio se convirtió es un ícono de París y en uno de los monumentos más visitados del mundo.

En la ciudad de Barcelona sucedió con muchos edificios modernistas de arquitectos como Antoni Gaudí y Lluís Domènech i Montaner. Aunque muchos de los edificios modernistas fueron promovidos por la burguesía o los grandes industriales, hubo una fuerte oposición de algunos intelectuales o políticos que no veían con buenos ojos los cambios tan drásticos que promovía este estilo en la segunda mitad del siglo XIX, en plena Revolución industrial.

Los arquitectos modernistas querían basar su estilo en la naturaleza tanto en lo arquitectónico como en lo decorativo y alejarse de la arquitectura “deshumanizada” de la industrialización, aunque tomaron materiales que se habían empezado a utilizar gracias a ella, como el vidrio o el hierro. Pero lugares como La Pedrera y La Sagrada Familia fueron duramente criticadas en su momento, incluso esta última lo sigue siendo debido a que se inició como un edificio modernista, pero con el paso del tiempo ha tenido diversos arquitectos que han dejado su diferente impronta en el edificio, provocando críticas de algunas personas. Pero también estas dos obras de Gaudí se han convertido en lugares conocidos en todo el mundo y en íconos de la ciudad de Barcelona.

monumentos en Bucarest
Monasterio de Mihai Vodâ en Bucarest, (Foto: maps123.net).

En numerosas ocasiones, edificios que no gustaban o que debido a su valor histórico se querían conservar, se optaba por trasladarlos de sitio. Muchas veces se realizaron estos traslados por cuestiones de urbanismo y otras por la megalomanía de algunos dirigentes. En este segundo caso, se puede nombrar el radical plan urbanístico que hubo en Bucarest durante la década de 1980 por parte del gobierno de Nicolae Ceascescau. La ciudad, conocida como “El París de los Balcanes”, debido a sus edificios y amplias avenidas, vio cómo cambiaba toda la fisionomía a causa de los delirios del dictador.

Después de terremoto de Vrancea el 4 de marzo de 1977 en el que murieron más de 1,400 personas, muchos edificios del centro histórico de Bucarest quedaron destruidos; dejando sin hogar a más de 35.000 personas. Se empezó a idear un enorme barrio siguiendo las indicaciones del líder rumano; a muchas personas que vivían en esa zona las trasladaron a barrios de la periferia, mientras que sus antiguas casas eran derruidas para edificar residencias para los principales líderes del partido y para oficinas gubernamentales. Este nuevo distrito que recibió el nombre de “Centro Cívico”, tuvo como emblema el enorme “Palacio del Pueblo”, que tenía que albergar la sede del Partido Comunista de Rumania y la celebración de sus sesiones y congresos. En la actualidad es la sede del parlamento de Rumania y es el segundo edificio administrativo más grande del mundo, después de “El Pentágono”, en Washington DC.

La construcción de este nuevo distrito destruyó muchas iglesias, monasterios y sinagogas, además de muchos otros edificios de gran valor artístico. Aunque hubo algunas que se salvaron, siendo trasladadas detrás de las nuevas edificaciones, como el Monasterio de Mihai Vodâ que data de finales del siglo XVI. Dicho edificio fue elevado sobre unos bloques de hormigón que se movían sobre unos rieles, para así ser movido casi 300 metros. Este mismo sistema se utilizó para mover un bloque de pisos que cortaba el paso a la prolongación que se realizaba a la Avenida Transilvania, una de las principales arterias de la ciudad de Alba Iulia, en Transilvania. Se decidió dividir el edificio en dos partes y trasladarlos a dos lados opuestos cada uno, dejando finalmente un espacio de 56 metros para que pudiera pasar el nuevo tramo de la arteria. Fue un proceso realizado en apenas unas horas.

Alba Iulia, rumania
La separación de un edificio en la ciudad rumana de Alba Iulia (Foto: fotoscuriosas.org).

En México, por cuestiones de urbanismo también se han realizado traslados de edificios. En la Ciudad de México hay un caso conocido en la Casa de la Cultura de Tlalpan, inaugurada en 1988 y diseñada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. La fachada pertenece a la antigua casa de las Bombas de la Colonia Condesa, construida en 1907 y demolida en 1975; pero la fachada fue trasladada piedra por piedra a Tlalpan y cuando se planeó el centro cultural se añadió a éste.

Otro caso curioso sucedió el 24 de octubre de 1950 en Guadalajara cuando se hizo desplazar el edificio de la Telefónica Mexicana unos metros. Situado en el centro de la capital jalisciense en la Avenida Benito Juárez con la esquina de la calle Donato Guerra, este edificio no fue demolido cuando se ampliaron y unieron diversas calles y vías a finales de los años 20. La compañía se negó a construir otra sede debido a su alto coste. Finalmente, para que la Avenida de Benito Juárez pudiera ampliarse definitivamente, al rector de la Universidad de Guadalajara y miembro de Planeación del gobierno, el ingeniero Jorge Matute Remus, se le ocurrió la idea de mover de sitio el inmueble. Cosa que sucedió el 24 de octubre de 1950, cuando el edificio fue desplazado 12 metros a un lado y así la avenida pudo prolongarse en línea recta. La gente siguió trabajando dentro del edificio sin notar apenas movimiento, las comunicaciones telefónicas no se interrumpieron y el ingeniero pidió a su mujer y a su hijo permanecer dentro durante el traslado. Esta acción duro cuatro días, los cimientos se abrigaron con casquetes de concreto y estos se pusieron sobre unos rieles, para ser empujados con el apoyo de unos gatos hidráulicos. El ingeniero Matute Remus tiene dedicada una estatua donde simula empujar este edificio. En 1953 fue electo presidente municipal de Guadalajara.

Estatua del ingeniero Matute Remus
Estatua del ingeniero Matute Remus, en el edificio de la Telefónica en Guadalajara (Foto: Wikipedia).

En Barcelona hay un caso parecido con uno de sus edificios del Barrio Gótico, la Casa Padellàs, que alberga el Museo de Historia de Barcelona (MUHBA). Una construcción de principios de siglo XVI, que debe su nombre a la familia que la adquirió durante el siglo XVIII.

En 1908 se iniciaron las obras de la Vía Layetana, que quería enlazar el relativamente nuevo barrio del Ensanche o Eixample con el puerto de la ciudad. Una calle amplia que permitiese una comunicación rápida y controlar las revueltas que había en las estrechas calles del centro de la ciudad. Esta reforma estaba promovida por el empresario Francesc Cambó, líder de la Lliga Regionalista y diputado en el Congreso. Fue una reforma a gran escala ya que provocó la destrucción de diversas construcciones y edificios religiosos medievales. Algunos edificios se movieron de lugar piedra a piedra, como es el caso de la Casa Padellàs, que se trasladó hasta el interior del Barrio Gótico en la Plaza del Rey en 1931.

Cambó pidió al arquitecto Adolf Florensa, la construcción de un gran edificio que sirviese tanto de vivienda como de oficinas. Finalizado en 1923 y con un gran jardín en la azotea, en la parte posterior daba a la calle Mercaders, en donde tenía la sede el sindicato anarquista de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT). Cambó consiguió que se modificara la calle, para así alejar la sede del sindicato de cerca de su casa y movió de lugar la Casa Padellàs, ya que era de importancia artística e histórica y no se podía derruir; se dice que albergó la primera imprenta de Barcelona. Es por eso que se trasladó a más de 300 metros dentro del Barrio Gótico. Cuando se inició la edificación de la casa en su nuevo lugar se encontraron numerosas ruinas romanas. Hay que decir que cuando estalló la Guerra Civil, la CNT ocupó la residencia de Cambó.

Casa Padellàs
Casa Padellàs de Barcelona (Foto: La Vanguardia).

A parte del traslado de la Casa Padellàs, durante finales de siglo XIX y el inicio del siglo XX, en el Barrio Gótico de la capital catalana se restauraron muchos edificios añadiendo elementos neogóticos, como la fachada actual de la catedral de la ciudad. Era una manera de planear una ciudad atractiva para el turismo y, además, la burguesía se sentía representada así por el estilo esplendoroso del gótico catalán.

La arquitectura siempre ha sido algo que despierta polémica. Lo que para muchos es algo bonito o innovador, para otros puede ser algo feo; o lo que para algunos es algo con valor, para otros no posee algún valor artístico o cultural. En muchos otros casos, se trasladaban edificios de lugar por cuestiones económicas o urbanísticas e incluso por decisiones políticas. Pero muchas veces estos cambios enriquecían el paisaje citadino, convirtiéndose en lugares para visitar y contemplar, y así descubrir los secretos que guardan dentro en cada uno de sus rincones.

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