El pasado 26 de abril la Cámara de Diputados aprobó la desaparición del INSABI y al parecer traspasó de sus funciones y de su presupuesto al IMSS, no sabemos si al IMSS o al IMSS Bienestar, digo no sabemos porque el proyecto de ley no se conoce aun después de ser aprobado, al parecer no lo conocen ni siquiera los diputados que la aprobaron en la sesión plenaria.

Utilizando la figura legislativa de obvia y urgente resolución, se aprobaron 19 proyectos de ley que entre otros se incluía la ley que comentamos, otra que desaparece el CONACyT y crea un nuevo organismo, la desaparición de una financiera rural y otras. Expertos comentan que todas las leyes pueden ser atacadas, por la forma que fueron aprobadas y emitidas por la cámara. La disciplina de los miembros de MORENA, PT y Partido Verde, permitió que sucediera no sólo sin haber estudiado los contenidos sino incluso sin haberlas leído.

Esta nota debía haberla terminado el día 27, pero diversas razones me lo impidieron, lo que me permite incluir un comentario sobre el escandalo legislativo que se suscitó con la aprobación de estas mismas leyes en la Cámara de Senadores; también fueron procesadas con la fórmula de obvia y urgente resolución, con lo que no fueron turnadas a las comisiones correspondientes, no tuvieron las dos lecturas reglamentarias en el pleno, sino que no tuvieron ninguna.

Por la tarde, la oposición había tomado la tribuna de la cámara, por lo que los miembros de la 4T sesionaron en una sede alterna, que no fue otra que los patios de la antigua Cámara. Antes de que esto sucediera los senadores fueron recibidos por el titular del Poder Ejecutivo, no sabemos si para instruirlos, alentarlos, arengarlos o felicitarlos, los senadores se trasladaron a la sede alterna y en una sentada, nunca mejor dicho, aprobaron las 20  leyes que había mandado el Ejecutivo. No sabemos si esto es bueno o es malo, o si todo es malo o todo es bueno, porque no son conocidas al detalle, ni por los diputados y senadores que las aprobaron: pero esto fue interpretado como un logro del señor Presidente. No sabemos si la oposición u otras instancias reclamaran ante el Poder Judicial la falta de apego a los reglamentos para que hayan sido aprobadas.

La semana próxima prometo comentar la ley que transforma el CONACyT en otro organismo, una vez que haya yo obtenido mayor información.

Hablar de la desaparición del INSABI es menos complicado, porque lo que se hace es ceder competencias al IMSS, no sabemos que tanto de los presupuestos del INSABI, serán también transferidos, ni como quedarán las finanzas en salud de los estados que no han aceptado pasar a IMSS Bienestar, ni tampoco las de los estados en los que aun no se ha instalado el servicio del organismo paralelo del IMSS. Lo tendremos que ir observando conforme pase el tiempo. Hay que insistir que la transferencia de responsabilidades se hace a IMSS Bienestar y no al IMSS vamos a llamar tradicional, insisto en esto porque existe una confusión incluso en las altas esferas gubernamentales, el secretario de gobernación ha expresado comentarios en que se confunde o sus dichos pueden prestarse a confusión, por ejemplo habla de la gratuidad absoluta del IMSS (tradicional), lo cual es impreciso, toda vez que el sustento financiero, cuando menos fundamental, está basado en las cuotas obrero patronales que son complementadas por cuotas gubernamentales, lo mismo sucede en instituciones como el ISSSTE, PEMEX, SEDENA, Marina, etc.

El INSABI una vez liquidado transfiere sus competencias y responsabilidades al IMSS Bienestar, que es una parte del IMSS que se gestiona o administra de manera independiente de su central el IMSS. El presupuesto del IMSS Bienestar hasta ahora, es limitado y requiere de un gran reforzamiento de los fondos provenientes del INSABI y otras también de origen federal. No parece que los enfermos no derechohabientes entren a los canales de atención de los que sí son derechohabientes, de ser así tendríamos un gran organismo incapaz de atender las necesidades de ambos grupos. De tal manera que el traspaso, al IMSS Bienestar, de todas las competencias para atender a toda la población que no tiene acceso a la seguridad social, es una nueva apuesta, que esperamos que esta vez sí resulte acertada, pero que surge con pocos recursos humanos, materiales y financieros y quizá de planeación para enfrentar el reto.

Creo que los amigos o asesores médicos del señor Presidente, que le aconsejan emitir declaraciones o le permiten dar algunas opiniones, lo hacen muy mal. No me refiero a los médicos que lo tratan, que lo mantienen muy bien, a pesar de que parece ser un paciente no muy apegado a las indicaciones terapéuticas. Me refiero a los que le han aconsejado emitir que nuestro sistema de salud podrá ser equiparado al de Dinamarca en muy corto tiempo, antes que el señor Presidente culminé su mandato.  

Dinamarca es un país del norte de Europa que forma parte de la Unión Europea, que tiene como sistema de gobierno una monarquía parlamentaria, muy estable desde hace muchos años, es un país que tiene una superficie de 43,094 kilómetros cuadrados, frente a los los 2,000,000 de México, Dinamarca tiene una población de 5.8 millones y México de 130,000,000; además esta población se mantiene muy estable, de 1960 a la fecha se ha incrementado en 1.2 millones. Dinamarca es un país ampliamente comunicado y México tiene muchas poblaciones de menos de 2,500 habitantes de difícil acceso, todo esto marca unas diferencias importantes que no son fáciles de soslayar, sus recursos físicos para la atención a la salud, han sido resueltos desde hace mucho tiempo y solo requieren de mantenimiento y adaptaciones, los recursos humanos son cubiertos de manera autónoma y cuando rebasan las condiciones propias, como pagan mejores salarios, los obtienen de los países vecinos.

Pero la diferencia fundamental y quizá por ahora inalcanzable, trato de mostrárselas en las tablas que les anexo. Mientras en 2021 Dinamarca destinó 5,323 euros por habitantes, en México apenas fueron 246. En las tablas muestro cómo hay países que invierten por habitante, cantidades aún mayores que Dinamarca como Suiza, y otros que lo hacen de forma similar como Alemania o Francia. También muestro como en Latinoamérica hay países con una inversión mayor como Chile; Colombia o Brasil; aunque también hay países con una inversión menor como Nicaragua, Argentina o Venezuela. Al actual gobierno no le gusta utilizar el PIB para hacer comparaciones, pero en las mismas tablas les muestro como en México desde 2010 a la fecha no hemos alcanzado el 3%. En la última de las imágenes muestro como Dinamarca invierte el 10% de su PIB en salud, Alemania el 11.7 y nosotros apenas el 2.66.

Requerimos una planeación que vaya permitiendo un incremento progresivo en la inversión en Salud, en tanto se deben optimizar los recursos sin ejercicios estruendosos o nacionalistas.

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