“Hablé por teléfono para felicitar a la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro. Es un gusto poder trabajar en coordinación con una mujer perseverante y defensora de causas justas”, explicó este lunes el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en comentarios generados desde la capital del país norteamericano. Es de hacer notar que tanto la futura gobernante hondureña como el dignatario mexicano hablan bajo una misma lógica política de progresismo y de “tender” puentes desde la periferia para incorporar al goce del desarrollo a aquellas poblaciones tradicionalmente marginadas.
No cabe duda de que México es un socio elemental en la gestión de la presidenta electa Xiomara Castro, en tanto es un país con el cual se mantienen profundos lazos geográficos, históricos, sociales y culturales, así como una imbricación semiológica, ya que siempre se ha visto a México desde el imaginario popular del país centroamericano como “el hermano mayor”. Si bien es cierto que las diferencias afloran cuando hay filosofías políticas antagónicas, no es menos cierto que siempre se sostienen vínculos de hermanamiento en procura de generar un bienestar con el apoyo internacional al desarrollo proveniente desde la República mexicana, y en correspondencia con el “voto” de confianza desde Honduras cuando México postula a integrar y liderar instancias internacionales como, por ejemplo, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas del cual se constituyó en presidente recientemente en noviembre.

Ahora bien, en el contexto de estas interrelaciones políticas, me parece que un aspecto central que debe primar en las relaciones internacionales es la consolidación de robustas instituciones sanitarias que respondan en tiempo y forma a las necesidades de la población. Lastimosamente hemos observado cómo la pandemia de la COVID-19 ha “desnudado” las carencias de nuestra región y del mundo en materia de prevención ante lo imprevisible. Vemos con preocupación cómo la nueva cepa Ómicron ya ha sido diagnosticada en la mutación del virus SARS-CoV-2 en varios países y de ahí la recomendación de la comunidad médico-científica a escala global de aplicar una tercera dosis para disponer de “más defensas” ante el enemigo invisible.
No obstante, a mi parecer siempre es importante la propia responsabilidad así como una gestión ética y autónoma en la contención sostenida de la pandemia. Pienso que no se puede hablar de un triunfo definitivo de la dolorosa pandemia actual mientras haya un síndrome de negacionismo de la misma e ignorancia de los protocolos de prevención indicados, aunado a la falta de verdaderas políticas públicas que antepongan el derecho humano a la salud como una necesidad impostergable para construir verdaderos Estados de Derecho.

Es aquí fundamental remarcar que esta parálisis de las normales actividades de nuestras sociedades, deben darnos las herramientas de análisis para comprender que siempre es necesario ahondar en la capacidad preventiva de los asuntos socio-estatales en sus diversas manifestaciones y temáticas, en tanto la complejidad es una norma en todas las sociedades.
En definitiva, el cierre de este 2021 es un eslabón más que la humanidad ha podido sortear de manera agridulce, pues resulta necesario ampliar siempre las interconexiones y el encuentro con el “otro” para responder integralmente a los más variados asuntos que nos afectan. Tengamos fe que el 2022 nos hará comportarnos en nuestras mejores versiones de seres humanos en el sentido de empatizar y poner atención en que las comunidades se construyen en el intercambio de experiencias con “el otro”.

Posdata: Xiomara Castro postuló en 2013, 2017 y 2021, como aspirante a la presidencia de Honduras. La agenda migratoria copa sin lugar a dudas el diálogo México-hondureño, de ahí que el reciente 1º de diciembre, Estados Unidos y México anunciaron la implementación del programa “Sembrando Oportunidades”, para atacar las causales de la ingente emigración de ciudadanos, principalmente del triángulo norte-centroamericano.
Por otra parte, y con respecto a la contingencia sanitaria global de la COVID-19, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se señalaba este 14 de diciembre que “la variante Ómicron del coronavirus se expande a un ritmo que no habíamos visto en ninguna de las cepas anteriores”. En ese contexto, el máximo jerarca de esa instancia especializada de la ONU, Tedros Ghebreyesus, alertó que “ya son 77 países que han notificado casos de Ómicron, y la realidad es que Ómicron está probablemente en la mayoría de los países, aunque aún no se haya detectado”. La OMS monitorea oficialmente las siguientes cinco “variantes de preocupación” del SARS-CoV-2: Alpha, Beta, Gamma, Delta y Ómicron.