*Interpretación libre del texto de Ronald Rohlheiser, En busca de la espiritualidad.
Lineamientos para una espiritualidad cristiana del siglo XXI, Lumen, Buenos Aires, 2003.
Prediquen la palabra de Dios dondequiera que vayan.
Incluso usen palabras, si es necesario.
San Francisco de Asís
La intuición de algo más del mundo percibido por los cinco sentidos en una constante en el mundo en general, muchas de las tradiciones lo han llamado Dios y alrededor de su interpretación establecen los criterios que norman su existencia.
En el cristianismo, la encarnación de la segunda persona de la Trinidad es el fundamento de su razón de ser. En efecto, la afirmación de la encarnación tuvo para los primeros seguidores de Jesús y para los creyentes actuales hondas consecuencias que, cuando se asumen profundamente, se perciben en su forma de vivir y relacionarse con los y lo demás.
Entre estos aspectos significativos están: la oración, el perdón de los pecados y la reconciliación, soltar el daño causado y recibido, la capacidad de reconocer el error, la importancia de la comunidad, la vivencia de Dios todo el tiempo.
La oración
La oración de petición por el bienestar ajeno es una práctica tradicional del cristiano. Si bien es cierto que no siempre se cumple aquello por lo que se pide, sí refleja el deseo del bienestar ajeno. La oración por uno mismo, cuando busca la humanización de uno mismo es más efectiva y tranquilizadora.
El perdón de los pecados y la reconciliación
Perdonar y reconciliar son dos momentos diferentes de una misma situación que hacen referencia a la relación con Dios por un lado y a la relación con los y las demás por el otro. Perdonar se refiere a eliminar las consecuencias en el presente por una falta cometida, propia o ajena; reconciliar significa restablecer la relación existente antes de la equivocación con Dios o con la comunidad.
Soltar el daño causado o recibido
Perdonar carece de sentido si se sigue atado al daño causado o recibido. Esto lejos de solapar implica responsabilidad además de restaurar en la manera de lo posible el mal cometido y/o valorar prioritariamente el presente sobre el perjuicio recibido con la certeza en la capacidad propia para detener nuevamente cualquier intento de agravio.
La capacidad de reconocer el error
El sentido profundo de reconocer la falta cometida está en comprender el daño causado, lamentarlo de corazón, restaurar en la medida de lo posible y estar alerta para evitar caer nuevamente.
La importancia de la comunidad
La comunidad es el medio por el cual Dios se expresa. Una comunidad formada por hombres y mujeres limitados, imperfectos, con defectos de carácter, capaces de las peores atrocidades en un momento dado, pero ávidos del mismo Misterio y mensajeros de su proyecto.
La vivencia de Dios todo el tiempo
Dios no solo se encuentra en los lugares sagrados ni en las experiencias cumbre. Está presente en la vida cotidiana, en el hogar, en el trabajo, en el transporte, en las tragedias, en las alegrías, siempre y en todo lugar como una fuerza que acompaña, sostiene, anima y orienta.