Panaceas de la 4T buscan ser alternativa ante la crisis migratoria

Andrés Manuel López Obrador vuelve a proponerle a Joe Biden sus programas sociales insignia Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro como la panacea para frenar las migraciones masivas que buscan llegar a Estados Unidos.

FOTO: Cuartoscuro.
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Alejandro Ramos Magaña

Hábitat

Lectura: ( Palabras)

Dice el presidente Andrés Manuel López Obrador que ante fenómeno migratorio de Centroamérica, que se ha desbordado en México, se debe hacer algo diferente, “una política migratoria fincada en la cooperación para el desarrollo”.

Y para tal efecto, anunció que impulsará un Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica, y para ello le enviará la próxima semana una carta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para que apoye la iniciativa.

No cabe duda que hacen falta programas integrales de desarrollo económico para la región centroamericana, con proyecciones que permitan garantizar a mediano y largo plazo la inversión, el empleo y el bienestar en general en Guatemala, Honduras y El Salvador, principalmente.

Sin embargo, López Obrador vuelve a proponer sus programas sociales insignia Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro como la panacea para frenar las migraciones masivas que buscan llegar a Estados Unidos.

El presidente pone de ejemplo al estado de Chiapas, y argumenta que se están sembrando 200 mil hectáreas de árboles frutales y maderables, y se tienen 80 mil sembradores trabajando las tierras.

Y agrega que hay 30 mil jóvenes que estudian y laboran, gracias a la beca de 3 mil 748 pesos que reciben mensualmente, mientras se capacitan en centros de trabajo durante un año.

Pero en estos programas “estrella” del gobierno de la llamada 4T, enfrentan más problemas que alternativas de solución.

Veamos. Lo único que el presidente presume cada que aborda un tema ambiental o económico en conferencias o cumbres globales, es su programa Sembrando Vida en que paga mensualmente 4,500 pesos a los campesinos (de un universo de 430 mil) para que siembren árboles frutales y otras especies en sus tierras, pero López Obrador omite decir que muchos ejidatarios con tal de tener un ingreso seguro deforestan su terreno y plantan árboles que no son endémicos.

Además, este programa carece de planes de manejo, los controles son inexistentes, y ello ha provocado una desforestación de más de 73 mil hectáreas, según monitoreos satelitales que ha hecho The Word Resources Institute.

Investigadores de la UNAM han denunciado que la tala y el arrasamiento de vegetación se ha documentado en  los estados de Campeche, Yucatán, Veracruz, Tabasco, Chiapas, y Quintana Roo.

Algunos campesinos hasta han empleado maquinaria pesada para limpiar extensas superficies mayores a 200 hectáreas, para que cada propietario de la tierra justifique sus 2.5 hectáreas que les pide la Secretaría del Bienestar, como requisito para ingresar al programa donde deberán sembrar árboles frutales y maderables (caoba y cedro, caobilla, pino, principalmente). También se les piden fomentar los cultivos en ciclo corto. 

 A los ejidatarios se les impone el cultivo de especies de árboles maderables, cítricos y aguacates, entre otras, que son ajenas a la región. Y de acuerdo con los expertos esto agota la tierra rápidamente, pues se requiere de gran tecnificación para conservarla. Habrá tierras que demoren la producción por ser más secas, y otras su vida productiva termine en 5 o 6 años. 

Y muchas de las semillas y plántulas provienen de la empresa de Alfonso Romo, ex jefe de la Oficina de la Presidencia del gobierno de López Obrador. 

Este año la Secretaría del Bienestar ha ejercido un presupuesto de 28 mil 929 millones de pesos (el año pasado fue de 27, 694 mdp), lo que les permitirá llegar a 430 mil sembradores, y alcanzar un millón 75 mil hectáreas en dicho programa, con la siembra de mil 21 millones de plantas. 

Y en el caso de Jóvenes Construyendo el Futuro no se tienen mecanismos operativos, instrumentos metodológicos ni personal para evaluar si está siendo efectiva la capacitación laboral. En el mayor de los casos los jóvenes terminan su “capacitación” como mensajeros o haciendo tareas que no le ayudan a superarse.

Este año dicho programa tuvo un recorte del 17% de su presupuesto, ya que pasó de 24 mil 956 millones de pesos, que ejerció en 2020, a 20 mil 600 millones de pesos.

La visión de López Obrador se queda muy corta y no ofrece alternativas a largo plazo, pues “regalar” dinero público siempre desvía cualquier acción de asistencia social. El populismo no es alternativa; ojalá expertos en desarrollo económico propongan planes que sean medibles con instrumentos científicos y no sólo con el discurso simple que brinda alegres cifras de avances.

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