La belleza no es perfección, es la imperfección lo que la hace soportable.
La belleza no es perfección, es la imperfección lo que le da armonía, equilibrio y veracidad.
Alcanzar la belleza, en la palabra, el movimiento, el trazo, el sonido es la búsqueda de trastornar, sensibilizar y seducir a los sentidos.
Los sentidos que han conocido la belleza depositan en nuestra memoria la adicción por su presencia, entonces somos libres.
La belleza reúne lo terrible con los sublime, es la manifestación de la naturaleza humana, posee la tragedia de la contradicción.
La belleza no existe para que la amemos, existe para que la comprendamos y la hagamos parte de la esencia que nos explique a nosotros mismos.
El que no sabe apreciar a la belleza no sabe apreciar a la vida, a la naturaleza ni a la condición inconmensurable del Universo.
La belleza de un poema está en la síntesis exacta de la descripción, es la capacidad de sacar a la luz lo que estaba oculto.
La belleza no satisface la inmediatez de las modas o se trasforma con el tiempo, es la presencia eterna de una visión, de unas palabras, de un sonido.
Edipo arrancándose los ojos, Orestes sacrificando a su hija, la belleza sublima el dolor humano, nos obliga a entenderlo.
La contemplación de la belleza en un estado más allá de la productividad impuesta, es un estado improductivo, en diálogo con nuestro ser.
La belleza es el privilegio de quienes la persiguen, la procuran y la hacen suya.
Cada ser humano tiene acceso a la belleza, desde la observación de la naturaleza, de su cotidianeidad, su mirada en el espejo.
El arte es un camino a la belleza, el otro es el silencio, es la asimilación del presente, la paz del abandono.
La belleza es la gran exiliada del arte contemporáneo VIP porque exige una maestría que sacrifica las pretensiones ideológicas y demagógicas.
La belleza trasciende cualquier mensaje ideológico, el arte VIP condenado a su ideología carece de trascendencia y está imposibilitado para la belleza.
Sin belleza la sociedad entra en el marasmo de la insensibilidad, la indiferencia y la esclavitud intelectual.
La belleza nos liberará de la vulgaridad del utilitarismo progresista.
La belleza nos librará de la corrección política porque es incorrecta, prófuga de la facilidad de la buena intención sin fractura, ni maestría.
El arte VIP es la consecuencia de una sociedad anestesiada, víctima del autoengaño, impotente ante la belleza.
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.