No importa si eres cristiano o no, la Navidad es una temporada que se vive a nivel global y que al final se convierte en una época de reflexión profunda para todos. ¿Realmente aprovechamos estos tiempos para estar en armonía con nuestra vida?
Uno de los retos que tenemos en la historia de la humanidad es romper con los paradigmas que hemos creado desde el inicio de nuestra existencia. Algunos adquiridos con nuestro esfuerzo por sobrevivir, otros por los miedos que hemos recibido generacionalmente y a ellos se suman los de cada experiencia vivida.
El hecho es que no hemos entendido que este juego de la vida no se trata de creer que tenemos un motivo por el cual estamos aquí, sino de entender que la vida es completa en sí misma. La vida nos permite experimentar cada instante consciente o inconscientemente, por lo que podemos decidir ser parte de todo lo que sucede o simplemente sobrevivir.
Esta temporada navideña es un regalo para poder observarnos y reflexionar acerca de dónde estamos. Una gran parte del mundo se detiene y esto nos brinda un espacio para aprender. La oportunidad que tenemos en esta época no es únicamente enfrascarnos en posadas, fiestas y vacaciones, sino adentrarnos a una experiencia de reflexión. No me refiero al tema religioso, ya que esa es una decisión personal, la invitación es a revisar nuestra vida dándole valor al sentido humano.

No se trata de ser el Grinch de la temporada pero, ¿en qué momento nos alejamos de la realidad para escondernos en las posadas y fiestas navideñas? ¿Creemos que esto nos liberará de lo que vivimos en el 2021 y lo que viene para el 2022? ¿Por qué año tras año nos sucede lo mismo y terminamos con un inicio de año lleno de deseos por lograr?
Los seres humanos tenemos una tarea pendiente: descubrir el poder de nuestra conciencia que eso cambia por completo el resultado. Esto no se trata de un futuro sino de un presente que se integra al sentido más amplio de la vida que es vivirla. Al hacerlo de esta forma nos hacemos parte de todo lo que sucede y fluimos en ello sin rechazar lo que no nos gusta ni desear lo que no hemos obtenido.
En esta temporada nos enfrentamos a nuestras creencias, verdades, miedos y experiencias que nos muestran quiénes somos. Se presentan retos en las relaciones familiares y de amistades a tal grado que han llegado a separar a los participantes. Mientras unos pocos están viendo como dar algo a quien lo necesita en esta época, otros muchos se desviven por diseñar o acudir a las reuniones sociales para distraerse y hacerles sentir que todo está bien en sus vidas. Al final no hay una forma de vivirlo correctamente pero el resultado dependerá de cómo lo decidamos experimentar.

El poder que tenemos como humanidad es el decidir conscientemente lo que más nos conviene para evolucionar y construir un mejor lugar para todos. No se trata de dejar de hacer posadas o cenas, más bien de vivirlas conscientemente abrazando nuestra vida y las experiencias que ésta nos presenta. Entender que no es un tiempo de paz, sino que es un tiempo para que recordemos que siempre podemos estar en paz. No es un tiempo de amor, sino que aprendamos a vivir en el amor.
Aprovechemos esta época para reflexionar y observarnos en autoreferencia. Dejando a un lado lo que creemos de los demás y enfocarnos en ver cómo nos sentimos respecto a nuestras vidas. ¿Estamos realmente en paz? ¿Qué miedos nos asaltan respecto al mañana? ¿Qué estamos cargando del pasado? ¿Me encuentro haciendo lo que más me gusta? No importa las respuestas que podamos tener, al final lo que importa es que nos estamos enfrentando con nuestros propios pensamientos que pudieran ser los que nos limitan para obtener una mejor experiencia de vida. Darnos cuenta de esto nos permite saber en dónde estamos ubicados en este momento y desde ahí podemos tomar decisiones conscientes para explorar nuevos caminos.
Vivamos esta temporada como un renacimiento de uno mismo. Seamos creyentes cristianos o no, tenemos frente a nosotros un claro ejemplo de liderazgo; que acompañado de doce apóstoles es considerado hoy el líder que más seguidores ha tenido en la historia de la humanidad. Esto lo logró entregándose a la vida con la mayor conciencia que podemos experimentar; sabiendo que Todos Somos Uno. ¿Te animas a vivir una navidad diferente?
Excelente artículo, creo que da justo blanco mediante una perspectiva que parte de dentro del ser humano y no desde el exterior, libera de la idea de lo efímero y se concentra en la realidad de lo cotidiano.