Uno pensaría que como raza humana conforme seguimos evolucionando, debiésemos ser capaces con nuestra inteligencia, voluntad y recursos, de resolver muchos de los problemas que nos aquejan y que hacen que la vida en este mundo no sea la idónea para el sano desarrollo de todos sus habitantes.
Cuando uno observa la desigualdad que existe entre las personas dentro de un país, o la desigualdad entre países, es doloroso ver lo mucho que nos queda por hacer en este frente, ya que la brecha sigue siendo amplísima, y esto a pesar de que ha habido avances en las últimas décadas, donde cientos de millones de personas han salido de la pobreza extrema. En relación con este tema, estuve revisando el reporte mundial sobre la desigualdad 2022- “World Inequality report 2022” publicado por World Inequality Lab, y debo decir que las cifras que ahí se presentan, aunque no me eran del todo desconocidas, me siguen impactando muy fuertemente, y me hacen pensar cómo es posible que, como humanidad, hayamos sido capaces de llegar a esto.

Esta gráfica muestra la desigualdad que existe a nivel de ingreso anual y patrimonio, entre los grupos de personas que representan ya sea al 1 y 10% de adultos más ricos del mundo, al 40% de aquellos que están en medio y asimismo al 50% de la población de menores ingresos.
Estos datos son brutales, ya que tan solo el 1% de la población mundial adulta (51 millones de personas) concentran el 19% de los ingresos y casi el 38% del patrimonio mundial, mientras que el 50% de la población adulta, es decir 2,500 millones de personas tiene sólo el 9% de los ingresos y peor aún tan sólo el 2% del patrimonio[1].

Tristemente esta situación de desigualdad es una constante a nivel global, ya que, aunque existen algunas regiones del globo, tales como Europa, que han sido capaces de disminuir un poco la brecha, existen otras regiones como Latinoamérica, África y Oriente Medio, que presentan peores cifras. En Europa el 10% mas afluente, concentra el 58% del patrimonio, mientras que en Latinoamérica este grupo detenta cerca del 78%.

Las cifras anteriores debieran llevarnos a una reflexión profunda, sobre lo absurdo de esta situación, y sobre el esfuerzo renovado que debiésemos emprender como sociedades para revertir esta tendencia y buscar un desarrollo entre países y personas dentro de un mismo país, mucho más armónico y equilibrado.
A pesar de los avances que se han dado en este frente, la recién vivida pandemia COVID-19, no vino sino a exacerbar esta desigualdad, ya que se calcula que cerca de 100 millones de personas volvieron a cruzar el umbral de la pobreza extrema, que hoy abarca a cerca de 700 millones de personas en el mundo.
Sin duda debe haber algo que podamos hacer como sociedad para transitar hacia un sistema de mayor justicia e igualdad, y que nos aleje de la indiferencia; en el reporte se discuten algunas medidas que pueden seguir los países y la comunidad internacional para ser buscar cerrar esta brecha a lo largo de unas décadas.
Hay una frase lapidaria en el reporte, que dice que la desigualdad es una decisión política y no está relacionada con el nivel de ingresos, es decir hay países ricos como los EE.UU. con muy alta desigualdad, al mismo tiempo que hay países de menores ingresos en Europa, pero con menor desigualdad. Al final la desigualdad está altamente influenciada por las decisiones de política pública, y donde la sociedad debe acordar el nivel de transferencias e inversiones en apoyo de sus habitantes más necesitados. Cuando uno piensa en las razones por las cuales Europa y en especial los países nórdicos han cerrado esta brecha sin duda está relacionado con el concepto de un estado benefactor que busca otorgar a sus habitantes un piso más parejo en temas de seguridad social, salud y educación, entre otros.
Es sabido que una de las primeras medidas que vienen a la mente para reducir la desigualdad son aquellas relacionadas con la política fiscal, y donde es posible a través de mayores impuestos a los que ganan más, ya sea por impuestos sobre propiedades, ganancias de capital, dividendos o impuesto a las herencias, buscar que el estado recaude más para poder redistribuir. Impuestos progresivos a las personas que tengan mayor patrimonio, sin duda puede ayudar a llenar los cofres del estado y propiciar con eficiencia, transparencia y sin corrupción una mejor redistribución. Como ya comentamos, muchos países especialmente europeos han transitado por este camino con éxito.
Otra medida que se comenta es la de elevar los impuestos corporativos, ya que estos han venido disminuyendo en forma importante a lo largo de las últimas décadas; tan sólo de 1985 al 2018 la tasa de impuestos corporativa globalmente bajo de niveles del 49% al 24%. Esto sin duda ha puesto mayor presión sobre los gobiernos y su capacidad redistributiva, máxime sobre aquellas regiones o países que de por si tienen tasas de recaudación bajas; solo como ejemplo en los países ricos cerca del 30-50% del ingreso nacional proviene de impuestos, mientras que en países en desarrollo ronda 15-30% y puede ser menor del 10% en países pobres.
En junio de 2021, cerca de 130 países acordaron imponer un impuesto del 15% a las utilidades generadas por empresas multinacionales, lo cuál es una medida para evitar que por diferencias en tasas impositivas las empresas no paguen impuestos o paguen muy poco al estar domiciliadas en paraísos fiscales o países de muy baja tributación, esta medida aunque puede ser insuficiente, al menos establece un impuesto mínimo, que aunque es menor a la tasa corporativa, representa un primer paso en la dirección correcta.
Otro asunto para combatir es la evasión fiscal, la cual ocurre comúnmente entre los miembros de la población de mayores ingresos, quienes buscan a través de estrategias fiscales, paraísos offshore, etc. reducir su carga impositiva. Se menciona que la creación de FATCA por parte de EE.UU. ha propiciado la obligatoriedad de la entrega de información por parte de los bancos sobre sus clientes, lo cual sienta precedentes para disminuir este tipo de fenómenos. Se habla de la conveniencia de crear un sistema global de registro de activos que permita conocer al beneficiario y último propietario de activos ya sea financieros o reales a nivel global.
Después de leer este reporte, y ver la durísima realidad en la que vive la mayor parte de la humanidad, debo confesar que estuve a punto de tomarme un antidepresivo, pero prefiero ser optimista y pensar que la humanidad es capaz de combatir este mal. Europa nos ha enseñado que los sistemas políticos socialdemócratas, han sido capaces de reducir la brecha y poner un piso algo más parejo, y creo que todos y en especial México y Latinoamérica debemos transitar hacia dicho modelo.
[1] Patrimonio incluye la suma de los activos financieros (acciones y bonos) asi como no financieros (propiedades), netos de deuda, propiedad de los individuos
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