Ahora, imagina un mundo donde ya no existe una división
entre lo que tienes que hacer y lo que quieres hacer…
Ésta es la promesa y la visión que un buen diseño de gamificación puede crear.
Yu-kay Chou.
Cerré mi artículo anterior con una pregunta a la que le he estado dando vueltas en los últimos días: ¿cómo puede la ludificación (o gamificación) ayudarnos a construir mejores espacios virtuales de trabajo y colaboración? Entiendo por ludificación a la aplicación de técnicas y mecánicas del mundo de los juegos para potenciar el desempeño de las personas en otros entornos de solución de problemas y de colaboración.
Invité a algunas de las personas de mi equipo de trabajo que son más jóvenes y aficionadas a los videojuegos, para que me ayudaran a responder a esa pregunta. La conversación generó muchas ideas y concluyó en que la ludificación puede ser una herramienta muy poderosa para provocar comportamientos adecuados en los individuos, en los equipos de trabajo y en toda la organización. Algunos ejemplos son:
⋅ Enfocarnos en el logro de objetivos.
⋅ Desarrollar estrategias para resolver problemas.
⋅ Construir alianzas.
⋅ Desarrollar el sentido de pertenencia y fortalecer las redes de colaboración.

Enfocarnos en el logro de objetivos
El objetivo final de Link es salvar al reino de Hyrule del malvado Ganon y con ello, a la princesa Zelda. El objetivo final de Lara Croft es evitar que poderosos artefactos antiguos y mágicos caigan en las manos equivocadas. Como Link y Lara, todos tenemos un objetivo principal al que queremos llegar a largo plazo y que sirve a un propósito mayor dentro de la organización. Pero como ellos, tenemos que pasar por pequeños logros y fracasos a diario para conquistar a nuestros propios dragones laborales.
Si aplicamos esta lógica al trabajo y la hacemos visible a través de, por ejemplo, un sistema de puntos que sumes con cada pequeño avance, podemos:
⋅ Fomentar una competencia sana. No es necesario competir con otros, a veces, el mayor dragón a vencer está en nosotros.
⋅ Dar relevancia a los objetivos personales, y ponerlos en contexto dentro de la organización.
⋅ Promover la colaboración a través de objetivos comunes a toda la organización o a equipos de trabajo.
Desarrollar estrategias para resolver problemas
A medida que trabajamos, es posible perdernos en la urgencia de ejecutar tareas y entregar proyectos a tiempo. Esta dinámica puede desdibujar poco a poco la estrategia con la que iniciamos un trabajo o un equipo.
¿Cuándo fue la última vez que revisaste los roles de tu equipo de trabajo? Los jugadores de Overwatch, por ejemplo, lo hacen a diario. Saben bien quiénes en su equipo funcionan mejor en el rol de tanque (defensa), apoyo (curación del equipo) o daño (ataque).
La ludificación del trabajo nos permitiría identificar las fortalezas de cada miembro de la organización y aprovecharlas al máximo con una estrategia dirigida y bien establecida.
Construir alianzas
A veces, en las organizaciones nos encerramos en nosotros mismos (o en nuestros equipos más cercanos) y tratamos de resolver solos nuestros problemas. Otras áreas o personas que en el fondo buscan lo mismo que nosotros pueden parecernos ajenos u hostiles, por lo que evitamos colaborar con ellos. Por ejemplo, a las áreas normativas y operativas les cuesta trabajo, muchas veces, identificarse con un propósito común.
En el mundo gamer, por el contrario, aliarte con otros jugadores puede ser la mejor estrategia para acabar con los enemigos del juego.
¿Qué pasaría si aplicamos esta lógica al trabajo? Por ejemplo, alguien que trabaja en finanzas, enfocado en velar por los presupuestos de la empresa, podría ser más sensible a las necesidades de quienes usan los recursos si se enfocara en una meta común. O alguien de un área jurídica, si conectara con las necesidades de quien tiene la presión de generar productos más competitivos, podría ser flexible y estar más dispuesto a asumir algunos riesgos.
Las combinaciones son infinitas, las alianzas se pueden fortalecer entre sí y a la empresa como un todo.

Desarrollar el sentido de pertenencia y fortalecer las redes de colaboración
Uno de los aspectos más sorprendentes de los videojuegos en línea es el fuerte sentido de comunidad entre los jugadores. Basta con buscar en Youtube el nombre de algún juego para darte cuenta de que las personas crean equipos y se encuentran a diario en la nube para disfrutar de una buena partida.
Y esta comunidad se extiende a muchas herramientas, todas interconectadas con un único objetivo: jugar en equipo y ganar. Como en Discord, en donde puedes unirte a un servidor con foros de discusión e intercambio de ideas o estrategias. O Twitch, en la que un jugador puede transmitir en vivo su partida, a veces planeada, a veces improvisada, pero siempre con miles de personas que observan y participan.
Estas herramientas crean un sistema complejo de comunicación que promueve el sentido de pertenencia y una colaboración más intensa y espontánea. Esto nos hace mucha falta en la oficina virtual: ¿Por qué limitarnos a incontables sesiones de Zoom y cadenas de mensajes en el chat y correo electrónico?
Imagínate un espacio virtual en el que puedas conectarte y encontrar a tus colegas, donde puedan conversar, trabajar y enterarse de los proyectos de cada quien. Podemos trascender los canales tradicionales de comunicación y construir otras conexiones entre las personas.
Ya existen muchas organizaciones que han ludificado sus espacios de trabajo, así como una amplia gama de aplicaciones que ayudan a hacerlo. Tal vez la ludificación no se ha extendido más por la creencia de que el trabajo es algo serio, en lo que el juego no tiene cabida. Aunque ya quisiéramos ver el promedio en los niveles de atención y energía entre quienes trabajan en una empresa y los propios de un jugador. Tenemos un largo camino por delante, pero igual que los grandes héroes hechos de pixeles, debemos empezar ahora, para que poco a poco volvamos a disfrutar y abonar puntos al marcador de nuestra salud física, emocional y laboral.