Izquierda latinoamericana y cambio social
Manfredo Martínez

Sociedades del Siglo XXI

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La posibilidad de reunirse es secundario; lo que está en juego es la imposibilidad del goce pleno de los derechos humanos básicos.

La presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, se reunirá con el presidente López Obrador el próximo 15 de enero. Fotos: Cuartoscuro
La presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, se reunirá con el presidente López Obrador el próximo 15 de enero. Fotos: Cuartoscuro

Lectura: ( Palabras)

La presidenta electa de Honduras, Iris Xiomara Castro Sarmiento ha tenido en agenda previa a la asunción al poder, una reunión con el jefe de estado mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), programada para este 15 de enero en Ciudad de México, “nervio” de operaciones de la república mexicana.

La ex primera dama hondureña y el dignatario mexicano guardan al parecer sus propias simpatías desde inicios de este tercer milenio cuando empezaron a conocerse bajo la formalidad de la institucionalidad de las dos naciones y es evidente que buscan regenerar, más ahora en el contexto actual en donde al parecer los gobiernos progresistas de la región vuelven al ruedo de la dirección de los asuntos públicos –Chile, Perú y Honduras últimamente– precedidos por México en este último lustro.

Al parecer el contagio por coronavirus del mandatario norteamericano ha limitado la prevalencia y magnificación mediática de los dos personajes en los soportes de prensa de los dos países y aún más allá.

poder xiomara castro
Foto: Twitter/ @XiomaraCastroZ

Creo que la posibilidad de reunirse o no es un aspecto secundario, cuando lo que está en juego es la imposibilidad de los habitantes de nuestra región del goce pleno de los derechos humanos básicos; producto de la progresiva exclusión a la que se han visto sometidos ciudadanos de estas latitudes a raíz de erráticas y falta de integrales políticas públicas tendientes al desarrollo hacia adentro en nuestra geografía latina.

He ahí el informe “Privilegios que niegan derechos”, reeditado hace un lustro por la ONG de origen británico, Oxfam, en donde se remarca entre otras cosas que la desigualdad tiene su raíz en las relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres, expresada fundamentalmente en el control hegemónico de los hombres sobre las estructuras económicas y políticas, así como el control que ejercen sobre los cuerpos de las mujeres.

Al respecto, en el documento se subraya que “desde una mirada interseccional estas relaciones desiguales de poder están atravesadas por otras opresiones debido a procedencia geográfica, clase, color, sexualidad, etnia, entre otras” (2016; 96).

A mi parecer, el cambio político en la gestión de nuestros estados-naciones no solo es necesario, sino que es un imperativo categórico anclado en la naturaleza humana y en la evolución de las sociedades puesto que de esa forma se evita corroer los sistemas de gestión de la democracia. Es evidente –y lo vemos en el caso nicaragüense– que la falta de transparencia y legalidad en el arbitraje de torneos electorales convierte a las democracias en monólogos dictatoriales.

protestas poder nicaragua
Foto: AFP.

Y me pregunto yo, ¿por qué la falta de intervención de organismos claves como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para “corregir” estas desigualdades de apreciación de la democracia en el hermano país centroamericano?, evidentemente bajo el paraguas de una investigación pluralista y consensuada en donde se privilegie el derecho nacional sobre las visiones y codicias particulares.

En definitiva, pienso que el éxito de gestión de la entrante presidenta hondureña Iris Xiomara Castro Sarmiento, pasa por el saber dimensionar los intereses gravitantes en sus ejecutorias y en el saber desmarcarse de todos aquellos programas locales y actores individuales –entre ellos su pareja y expresidente “catracho” José Manuel Zelaya Rosales– tendientes a mantener vigente el statu quo, el cual es sin lugar a dudas el principal propulsor de ingentes masas humanas que buscan en el exilio, las oportunidades negadas en su propio territorio.

Posdata: Es de hacer notar que en esta relación bilateral entre ambos países hay dos mediadores de primera mano, bajo ingentes factores socio emocionales, que fortalecen la posibilidad de consolidar efectivas relaciones recíprocas entre México y Honduras.

El canciller mexicano Marcelo Ebrard Casaubón de vínculos nupciales con Rosalinda Bueso Asfura, exembajadora hondureña en la capital mexicana a finales de la primera década de este siglo. 

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