La forma inconsciente en que vivimos en este planeta nos muestra que somos como jugadores en esta temporada de tiempo lineal. ¿Sabes la ubicación y el nivel donde te encuentras en el juego de la vida?
Es interesante cómo es que, de alguna forma, ya sea explicado por la religión o por la ciencia, sabemos que todo el universo está conectado, aunque no lo vivamos así. Energía y frecuencias conectadas que nos permiten existir, crear y movernos en el espacio-tiempo dentro de nuestra ubicación en el sistema solar. Es aquí donde vamos creando las posibilidades de acuerdo a cómo vamos viviendo. Esto ya es explicado por la física cuántica, entre otras ciencias.
Un ejemplo claro para poder entender esta relación es la película de Matrix, que nos mostraba a principios de este siglo cómo es que vivimos en un sistema al cual accedemos desde la mente. Ahí donde se encuentran nuestras creencias, paradigmas, miedos, deseos, experiencias personales, aunado a todo aquello que recibimos de nuestros ancestros. Esta Matrix se va reprogramando consciente e inconscientemente de forma colectiva y desde cada experiencia individual. En pocas palabras, cada uno participamos de programas colectivos y los propios que hemos adquirido o vamos programando en el transcurso de nuestra vida.
Para entenderlo más fácilmente, podemos verlo como si estuviéramos en un videojuego en donde tenemos diferentes formas de avanzar y, a su vez, podemos crear nuevos caminos para ello. El gran reto que tenemos en este juego de la vida es que dejemos de creer que somos el personaje que está jugando dicho juego. “Me caigo, me atoro, me duele, no me gusta, la culpa es del otro, está difícil, quiero ser feliz…”, en fin, todas las situaciones que vivimos son parte de este juego que, de alguna manera, estamos experimentando desde un 95% de forma inconsciente. Es claro que si actuamos de la misma forma conseguiremos resultados iguales y nos quedaremos ciclados en el mismo nivel en donde se encuentra la casa del terror.
En este juego no nos hemos dado cuenta de que no somos el personaje, somos realmente los que tenemos el control. Somos quien puede decidir de forma consciente cómo manejar y programar al personaje. Ésta es la llave para entender, reprogramar y salir de la Matrix. Al tener un entendimiento de cómo es que funciona todo lo que nos rodea y cómo nuestra biología interactúa con ello, nos permite empezar a recorrer un juego de forma consciente y crear un nuevo destino.
Al descubrir que podemos tomar el control desde la conciencia, el ego, que se apropia del programa inconsciente, se convierte sólo en un compañero del juego que ya no se apropia del personaje. Es en ese momento cuando podemos “salir” del programa automático y tomar el control de forma consciente para reescribir uno nuevo. Para ello se requiere desarrollar un observador auto-referente que nos permita entender primero en dónde estamos ubicados de acuerdo a cómo es que estamos viviendo las experiencias que se nos presentan.
¿Me “gancho” con todo lo que no me gusta o no estoy de acuerdo? ¿Quiero tener siempre la razón? ¿Estoy normalmente llegando a los mismos resultados? ¿Vivo con el estrés o la ansiedad que me lo provoca? ¿Me convierto en “follower” de otros y me olvido de mí mismo? ¿Lo que siento y pienso es lo que determina si disfruto la experiencia que estoy viviendo? ¿Dejo que lo exterior sea la causa de lo que siento en mi interior o me convierto en el creador de la experiencia?
Lo interesante es que, aunque el juego es principalmente individual, durante el camino tenemos la oportunidad de pasar al siguiente nivel en equipo o acompañados de otros jugadores. Los amigos, la familia, la pareja, los compañeros de trabajo, nuestros compatriotas, en fin, cada forma de organización en la que participamos nos puede permitir pasar juntos a la siguiente prueba disfrutando el juego. El reto es que inconscientemente escogemos ser el “personaje” que sufre, sin darnos cuenta de que permitimos que el programa y el actuar de los demás decidan nuestra experiencia y destino.
Estamos en un momento donde tomar el control desde la conciencia nos puede llevar a crear un nuevo destino para nuestra vida y para aquellos que nos acompañan en esta experiencia. No se trata sólo de juntar “moneditas” en el juego, sino de que pasemos a los siguientes niveles donde accedemos a nuestros potenciales para continuar experimentándolo de una manera libre y consciente. Darnos cuenta de que venimos a disfrutar y aprender de esta experiencia en lo individual y junto a los que hemos escogido para jugarlo es un regalo.
El ego nos hace creer que llevamos mucho avanzado y nos perdemos de lo que estamos viviendo ahora.
Y tú, ¿estás listo para pasa al siguiente nivel o seguirás instalado en la casa del terror?
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