Available Rooms: una historia de espías
Antonio Tenorio

Innovación, Tecnología y Sociedad

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La reciente publicación de un libro, tan exhaustivo como incisivo, que explora las entrañas de este mastodonte digital, ha puesto al descubierto, justamente…

Imagen: e-Consulta.com.
Imagen: e-Consulta.com.

Lectura: ( Palabras)

No es una historia que tenga a Silicon Valley como escenario. Pero en más de un sentido pudiera serlo. Los componentes están ahí.

En 1996, un grupo de jóvenes aún sin graduarse de la Universidad tienen una idea brillante. Descubren un nicho y lo aprovecha.

El complemento de la idea es la para entonces ya franca expansión de lo digital. Al poco tiempo aquello es un éxito de proporciones inimaginables.

El lugar donde comienza esta historia es la Universidad de Twente, en la ciudad de Enschede, al noreste de los Países Bajos.

Ahí, en lo que fuera fundada en 1961 como una universidad tecnológica, un grupo de alumnos de ingeniería y gestión industrial, concibieron y lograron ver el nacimiento de lo que hoy conocemos como Booking.

Como pocas, la empresa fundada por este puñado de estudiantes es fiel testimonio de la velocidad y calado que los cambios en todos los órdenes que ha traído consigo la era digital.

Booking, edificio Holanda
Foto: Wikipedia.

En ningún otro lugar, si es que un sitio web es un lugar, se reserva tanto como en Booking. Un millón de reservas al día. Que significan 42 mil reservas por hora. Que a su vez son 12 reservas cada segundo.

Disponible en 40 idiomas, ofrece cerca de 900 mil posibilidades de alojamiento entre hoteles, apartamentos de renta temporal y otro tipo de propiedades en más de 220 países alrededor del mundo.

Una empresa hotelera que no tiene un solo hotel. Como tampoco tiene un solo auto esa empresa de renta de autos llamada Uber. O como también carece de equipo para producir ese emporio de la transmisión de contenidos en video You Tube

Así cuenta Geert-Jan Bruinsma, uno de sus fundadores, los fantasmagóricos inicios de este emporio, “no sabía en lo que quería convertirme, pero sí sabía otras dos cosas. Uno: mi propia empresa y dos: algo con Internet”.

En una noche del verano del 96, en una reunión de jóvenes, uno de ellos cuenta sus vacaciones fallidas. “Si hubiera visto fotos del camping de antemano, nunca habría ido”, cuenta el viajero frustrado. La idea sobreviene como un rayo de inmediato: un sitio de reservas por web que contenga fotos. El resto es historia.

Geert Jan Bruinsma
Geert Jan Bruinsma (Foto: Focus Cura).

En 2005, la empresa se ha consolidado y lucha con otros servicios similares por el predominio del mercado. Reservar en línea es ya una práctica habitual. El consorcio norteamericano Priceline compra Booking por 110 millones de euros.

Una vez que la venta se consumó, Bruinsma se fue. Seis años después, sin embargo, algo lo trajo de vuelta. No le faltaba el dinero, ni tampoco le interesaba dirigir la empresa.

Desde 2011, Bruinsma participa del trabajo del departamento de se dedica a dar mantenimiento, actualizar la página web de Booking, el corazón del gigante.

Allí, el trabajo de Bruinsma incluye una labor que demanda la experiencia de un cardiólogo experimentado: proteger al sitio de amenazas e infiltrados.  

La reciente publicación de un libro, tan exhaustivo como incisivo, que explora las entrañas de este mastodonte digital, ha puesto al descubierto, justamente, hasta qué punto los datos son el nuevo botín del espionaje de alta envergadura.

El adelanto del libro que presenta el diario neerlandés NRC, deja saber, así, que “a principios de 2016 un espía informático con estrechos vínculos con la inteligencia estadunidense irrumpió en los sistemas del sitio web de Booking”.

importancia motores de búsqueda
Imagen: Respiro Viajes.

¿El botín? Miles de detalles de reservas hechos por clientes que buscaban hospedarse en hoteles en países del Medio Oriente.

De acuerdo con la documentada crónica, “el espía fue desenmascarado gracias a una reserva que él mismo había hecho a través de Booking”.   

A diferencia de lo común que se ha vuelto la vulnerabilidad cibernética, resulta mucho menos frecuente: el espía fue identificado.

Ya desde las revelaciones de Edward Snowden, quien en 2013 reveló el modo en qué operaba el servicio de inteligencia británico, se sabía cuán apetecible era para el espionaje monitorear los viajes de diplomáticos y otros personajes clave.

No obstante ello, “Booking nunca antes se había enfrentado al espionaje… El consenso tácito entre los especialistas dentro de la empresa es: sospechábamos que los servicios de inteligencia estaban mirando, pero mientras no los viéramos, no nos preocuparíamos”.

Edward Snowden
Edward Snowden (Foto: ABC).

Esa vez fue distinto. La compañía decidió investigar, indagó internamente y luego, incluso, contrató una compañía de detectives en Estados Unidos. Eso sí, todo en el mayor secreto.

Finalmente, ¡bingo!, logran saber de quién se trata; por nombre y apellido. Se cuenta en la crónica:

“La investigación logra confirmar la identidad de Andrew utilizando su número de seguro social y una licencia de conducir antigua.

“Su primer nombre es Andrew, vive en la costa este de Estados Unidos y trabaja para una empresa de seguridad que realiza asignaciones para uno de los servicios de inteligencia estadounidenses. 

“Andrew se conecta durante el horario de oficina en los EE.UU., Según los especialistas, un fuerte indicio de que es un funcionario del Servicio Secreto”.

Confirmados los datos, dan con el teléfono. Le llaman. Contesta. Tiene un “característico acento tejano. Luego cuelga abruptamente”.

Decide salir del país por un tiempo. Abre Expedia.

Imagino yo.

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Una respuesta a “Available Rooms: una historia de espías”

  1. La realidad es que la cautela nunca sobra al ingresar datos personales en un sitio de internet, ya sea Amazon, Booking, o cualquier otro, eso que es fácil y accesible pudiera poner en riesgo la seguridad persona. La tuya es una historia de espía, pero podría ser la de u. robo de identidad

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