Dos Bocas… y más, el retroceso ambiental

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, no debe pasar de largo una de las políticas desastrosas del presidente Andrés Manuel López Obrador, su obra insignia de la refinería de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco.

Fotografía: Cuartoscuro.
Fotografía: Cuartoscuro.

Alejandro Ramos Magaña

Hábitat

Lectura: ( Palabras)

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, no debe pasar de largo una de las políticas desastrosas del presidente Andrés Manuel López Obrador, su obra insignia de la refinería de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco.

Este proyecto de Dos Bocas, rebasado por las tendencias mundiales de transitar a las energías renovables, violó desde el inicio de su construcción, —hace más de dos años—, la normatividad ambiental, pues los trabajos empezaron sin contar con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) y los estudios de Riesgo Ambiental. Y tampoco se conoció el proyecto Ejecutivo, el cual es fundamental para después realizar dichos estudios ambientales que marca la ley.

Y dado que se van a manejar sustancias peligrosas, el Estudio de Riesgo Ambiental era indispensable antes de iniciar las obras, y este trabajo junto con la MÍA requieren de entre 6 meses a un año para su elaboración. O sea, lo que se hizo después ha sido totalmente irregular.

El mensaje que envió el presidente a los mexicanos fue el de abuso de poder y de violentar el Estado de Derecho, pues primero iniciaron los trabajos de construcción y después ajustaron a su modo los requisitos que marca la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente,

Rocío Nahle, secretaria de Energía, con enjundia promueve la refinería y hasta la enmarca como el proyecto insignia de soberanía y sustentabilidad. Pero ella como autoridad tampoco puso a consideración el proyecto a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (el cual la normatividad indica que debe publicarse en l Gaceta Ecológica de la Semarnat para conocimiento de la opinión pública).

La opacidad, la ilegalidad y el abuso de poder envuelven a la obra de la llamada 4T, y hasta los expertos en materia ambiental, energía y desarrollo urbano, será altamente vulnerable a las inundaciones por los fenómenos meteorológicos de frentes fríos y huracanes.

Además, en el polígono de la obra se destruyeron 300 hectáreas de manglar y junto con éste, toda la fauna que ahí habita como moluscos, plantas, aves y otras especies endémicas.

Y otro escenario a considerar es que la refinería colinda con los pantanos de Centla y de la Reserva Ecológica Río Playa. Biólogos del Instituto de Ecología de la UNAM me comentan que en estas zonas aún se encuentran cocodrilos, manatíes, tortuga blanca (en riesgo de extinción), entre otras.

De acuerdo a la ley en la materia destruir un manglar está prohibido y podría haber sido motivo para suspender la obra.

Es de conocimiento público que la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales —cuyas autoridades nadan de “muertito”—, sólo autorizó el proyecto de ampliación del puerto de Dos Bocas, Paraíso, para aumentar el volumen y profundidad del dragado, y en ese momento de iniciar obras no tenían ningún permiso más.

Obviamente el abuso de poder, y quien lo ejerce, no habla de esto. Sólo el discurso oficial se centra en que la obra terminará en 2022, creará 100 mil empleos directos e indirectos, y que tendrá capacidad para procesar 340 mil barriles diarios de petróleo tipo Maya de 22 grados API.

El gobierno de López Obrador no tienen nada que decir en favor del ambiente, cuando Dos Bocas no sólo viola normatividades ambientales mexicanas, sino también acuerdos internacionales para conservar la biodiversidad.

Y la refinería le costará a los mexicanos más de 9 mil millones de dólares. El gran absurdo cuando tenemos un desastre económico y ambiental.

Queda claro que a este gobierno de la 4T no le interesa el tema de conservación de la biodiversidad. Hasta la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente la desmanteló, y hoy no tienen ni personal ni recursos para la inspección y vigilancia. Lo mismo ha hecho con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). Y qué decir de la Comisión Nacional para el Uso y Aprovechamiento de la Biodiversidad (Conabio), referente mundial, y que López Obrador ordenó a sus obedientes legisladores de Morena desaparecer el fideicomiso que la sostenía.

Hechos condenables que exigen justicia contra quienes no saben de gobernanza y sólo balcanizan al país.

Nada que celebrar este 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente.

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