Todo hombre vive su propia vida y muere su muerte propia.
Rainer Maria Rilke.
El pasado jueves 18 de marzo fue aprobada definitivamente la Ley de Eutanasia, convirtiéndose España en el quinto del mundo en permitir esta práctica. Sólo las formaciones conservadoras PP y VOX se opusieron. En cambio, el agonizante partido de centro-derecha, Ciudadanos, participó activamente en la elaboración de la ley. Por ende, la formación naranja apoyó esta norma. Se presupone que las formaciones conservadoras contrarias a esta ley recurrirán ante el Tribunal Constitucional esta decisión.
La ley establece que la eutanasia tiene que ser exigida por el paciente que deberá tener la mayoría de edad y estar en plenitud de facultades mentales. Además, deberá sufrir una enfermedad grave, irreversible o crónica. El paciente deberá presentar su solicitud hasta en cuatro ocasiones, en un proceso que durará 40-50 días, y deberá ser revisado por dos médicos y un comité de garantías. Aquellos pacientes que no puedan expresar su voluntad, pero que hayan dejado un testamento vital también podrán optar a la eutanasia. Las gestiones se realizarían a través del representante que haya designado en el mencionado testamento. Si el interesado decide dar marcha atrás en cualquier momento del proceso, éste quedará anulado.
Esta ley es la consecución de un derecho por el que se ha luchado durante décadas desde las asociaciones por una muerte digna, así como por parte de numerosos enfermos. La sociedad española, concientizada por los trágicos casos de Ramón Sampedro y María José Carrasco, ayudados por sus respectivas parejas a terminar con sus vidas, ya que ellos no podían hacerlo por sí mismos, apoya ampliamente la eutanasia. De igual manera, una encuesta entre las principales asociaciones de médicos de España mostraba que existe un amplio apoyo entre los galenos a esta legislación. No obstante, el Partido Popular (PP) acusa al gobierno de buscar reducir con la eutanasia el número de personas dependientes a fin de economizar dinero a la Seguridad Social, mientras que VOX asevera que el gobierno busca equilibrar las cifras demográficas ante los bajos índices de natalidad.
En el fondo, lo que les molesta a este partido y a sus aliados de VOX, al igual que en el caso del aborto, el divorcio o el matrimonio homosexual es que las personas elijan libremente qué hacer con sus vidas o con su muerte. Negarle la eutanasia a una persona que sufre y desea morir, por otra parte, es un simple acto de sadismo.

Yo tuve la desgracia de ver el lento languidecer de mi tía segunda, enferma de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica, antiguamente conocida como la enfermedad de Lou Gehrig). Cada día, una parte de su cuerpo se apagaba. Un día eran los brazos, otro las piernas hasta que finalmente no pudo ni siquiera hablar o hacer sus necesidades más elementales. Sin embargo –y esto es lo más terrible de esta enfermedad–, su cerebro permanecía completamente lúcido, mientras veía cómo se convertía en una prisionera de su cuerpo. Mi tía Maruja tuvo la fortuna de sólo padecer un año, pero hay pacientes jóvenes y fuertes, como fue el caso del propio Lou Gehrig, que la sufren durante todo un lustro. Ella, debido a sus muy respetables y profundas convicciones religiosas, nunca se planteó la posibilidad de adelantar su muerte. Sin embargo, si yo fuera el enfermo, querría tener esa opción. Lejos de lo que plantean las voces conservadoras, esta ley no obliga a nadie a morirse. Tan sólo le da la posibilidad de liberarse del dolor a aquellos cuya vida se ha convertido en una tortura.
Casualmente, esta ley fue aprobada en pleno proceso de precampaña electoral en la Comunidad de Madrid. El lema elegido por el Partido Popular (PP) para su campaña originalmente era “Socialismo o Libertad”. Tras la irrupción de Pablo Iglesias como candidato de Podemos a la Presidencia de la Comunidad, el lema cambió a “Comunismo o Libertad”. Por eso resulta paradójico que el partido que se ha autoerigido como defensor de la libertad de los ciudadanos, tradicionalmente vote en contra de las medidas que otorgan mayor libertad individual y colectiva a las personas.
Hagamos un rápido repaso. Cuando aún se llamaba Alianza Popular, esta organización no apoyó la Constitución española (algunos se abstuvieron y otros votaron de plano en contra) que otorgaba toda una serie de derechos inéditos a los ciudadanos. Además, Alianza Popular votó en contra de la Ley del divorcio y en contra del aborto. A partir de los años noventa, con su denominación actual, el Partido Popular presentó un recurso al Tribunal Constitucional en contra de la Ley de Igualdad Efectiva entre hombres y mujeres, votó en contra del matrimonio homosexual y, hoy mismo, se ha negado a refrendar esta nueva normativa. Sería interesante conocer la concepción de libertad por parte de ese partido. Aparentemente, la única libertad que les interesa es la del mercado.