Retos y oportunidades T-MEC
Alejandro Enríquez Suárez del Real

Y así dijera mi compadre zacatecano

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México tiene la oportunidad de mantenerse y crecer, pero sobre todo, proteger a los agricultores que se han visto afectados por el contexto actual.

Fotografía: Yury Kim | Pexels.
Fotografía: Yury Kim | Pexels.

Lectura: ( Palabras)

El primero de julio entró en vigor el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que sustituyó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En el contexto actual, México y el mundo están experimentando la peor crisis desde la gran depresión de 1929. Para México se pronostica una caída del PIB de más del 10% anual, resultado que no es propicio para que el tratado genere oportunidades para la recuperación económica. 

No obstante, el T-MEC ayudará a la economía, después de sufrir el declive, derivado de las erráticas decisiones del gobierno federal y la pandemia de Covid-19. Aun así, el desarrollo económico depende en su mayoría de la aplicación de la administración nacional.

Para hacer frente a esta situación actual, es necesario implementar medidas fiscales sin precedentes para apoyar a la economía, y ante todo para proteger el empleo y el ingreso de los trabajadores como lo son la propuesta de Coparmex #RemediosSolidarios.

retos t-mec
Ilustración: Giovanna Giuliano.

No se reflejarán grandes beneficios del T-MEC si en México no hay condiciones de certidumbre jurídica. Desde antes de asumir funciones, el gobierno actual ha dado muestras de que no se respeta el Estado de Derecho. Algunas de sus acciones han ido en detrimento de la confianza empresarial, lo que ha resultado en un inhibidor de la inversión que requiere el T-MEC para ofrecer resultados.

Pero hay que enfrentar los retos y oportunidades que este acuerdo trae; uno de ellos es trabajar más en Investigación, Desarrollo e Innovación (I-D+I), que se puede aplicar a sectores estratégicos, pues permitirá el fortalecimiento de los actores y la constitución de cadenas de valor para que el ecosistema sea más robusto.

Asimismo, uno de los retos para México es desarrollar cadenas productivas y aprovechar al máximo las reglas de origen sustituyendo los productos que llegan de Asia, como lo son el acero, el aluminio y componentes electrónicos, que puede llegar a atraer inversión extranjera, y que a su vez ayudará a generar empleo de mejor calidad, uno de los puntos del tratado.

En consecuencia, uno de los capítulos con mayor oportunidad y retos es para el sector agrícola, pues el volumen de intercambio será difícil por la caída del ingreso de Estados Unidos.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) reportó que las exportaciones agroalimentarias de México superaron los 10 mil 390 millones de dólares, lo que representa un incremento anual de 7.87%. 

retos T-MEC agricultura
Fotografía: Tom Fisk.

En ese sentido, el sector primario en México tiene la oportunidad de mantenerse y crecer, pero sobre todo proteger a los agricultores que se han visto afectados por el contexto actual. Es necesario mirar hacia el campo y apoyar a los pequeños agricultores implementando el comercio justo y el valor compartido, para ello, es clave agrupar a los agricultores y educarlos formando cooperativas, que se especialicen en su área, aprovechando sus capacidades para promover oportunidades de creación de productos, y el crecimiento de los ya existentes, suscitando el enfoque de crear valor agregado, hacia una agricultura más productiva y sustentable. Esto generará el empoderamiento de los agricultores, un factor diferenciador que aporta competitividad nacional e internacional en el mercado actual, para mejorar la economía, combatir con la pobreza y garantizar la seguridad alimentaria de la población, elementos claves de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030, y lo que es más importante: generar estructuras sociales sólidas, basadas en la cooperación y el desarrollo mutuo.

Es importante resaltar que en este tipo de tratados internacionales, el gobierno de México debe tener como propósito apoyar y desarrollar estrategias internas, contando con que los países extranjeros sean un integrante complementario para la economía nacional y así detonar ambos mercados: el externo y el interno, fortaleciendo a nuestros productores en organización y desarrollo comunitario, generando así sociedades sólidas, basadas en la cooperación y desarrollo del conjunto que participa, directa o indirectamente.

Tanta ciudadanía cuanto sea posible, tanto gobierno cuanto sea necesario.


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