La imponente selva maya: hábitat de creaturas amenazadas
Sara Gerson

Ecología y otras cosas

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La selva maya ocupa parte de México, Belice y Guatemala. Su enorme relevancia radica en el hecho de que es el segundo pulmón del continente, después del Amazonas.

Foto: Teorema Ambiental.
Foto: Teorema Ambiental.

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El rumor perene que emana de la selva maya refiere la incalculable biodiversidad que la conforma. Las copas de los árboles más altos forman el dosel cuyas ramas pretendieran alcanzar al cielo.

El grueso de la maleza se encuentra bajo el ramaje de los gigantes y compite con ellos para captar la vital luz del sol. Así se mira el hábitat que, entre muchos animales, alberga una inmensa variedad de aves; algunas endémicas.

Una de ellas es el pavo ocelado, ave de belleza impaciente cuyo sorprendente colorido asemeja una aparición. Los mayas le llaman kutz.

La cabeza del macho es de un tono de azul que deambula entre el aguamarina y el ultramar, deteniéndose por fuerza en el célebre “azul pavo”. Su coronilla ostenta orgullosa pequeñas carnosidades esféricas de color naranja encendido.

selva maya
Selva maya (Foto: Wikipedia).
pavo ocelado
Pavo ocelado o kutz (Foto: Mundo Aves).

El plumaje del cuerpo exhibe una suculenta variedad de verdes iridiscentes, mientras que la cola al desplegarse expone un abanico de plumas con rayas azules y manchas que asimilan ojos. Sus patas son de color rojo encendido.  

Las hembras son menos vistosas. La reproducción de esta especie inicia con el cortejo: el macho emite vocalizaciones y tamborileos con el pecho, mientras la hembra responde con piadas.

El pavo ocelado anida en pastos altos y arbustos. La hembra deposita entre 8 y 15 huevos. Con frecuencia, las hembras de esta especie se agrupan para cuidar de los polluelos. Es un ave capaz de volar, sin embargo, prefiere desplazarse caminando.

A pesar de que tradicionalmente ha formado parte de la alimentación de los pueblos que habitan la zona, actualmente, la cacería no regulada y la elaboración de artesanías con sus patas y plumas, han convertido al pavo ocelado en una especie amenazada.

El pu’ujuy conocido como “tapacaminos”, es también un ave endémica de la selva maya; de pequeña talla, su negro plumaje contrasta violentamente con sus ojos rojos; el sonido seco que produce su aleteo es francamente siniestro.

Pu’ujuy o tapacaminos
Pu’ujuy o tapacaminos (Foto: maxresdefault).
selva maya
Foto: Impact Hub Mexico.

Cuentan los que viven en esos lares, que en tiempos muy lejanos, el Gran Señor de los Montes decidió nombrar al rey de las aves e invitó a todas a contender por el título.

Los plumíferos se prepararon para el concurso. El hermoso plumaje que el pu’ujuy ostentaba en esos años lo había convertido en la envidia de sus congéneres, el rechazo lo intimidaba y le impedía hacer migas con el resto de las aves; además era un ave tímida, ingenua, noble y poco interesada en reinar.

Sucede que en aquel remoto pasado, el pavo real era descolorido y ordinario, pero muy sagaz. Fingiendo amistad se acercó con gran zalamería al pu’ujuy y le pidió prestado su traje para llevarlo puesto en el certamen.

El pavo aseguró que traería de vuelta la indumentaria tan pronto terminara el concurso. El ingenuo pu’ujuy aceptó, estaba convencido de contar con un amigo sincero.

sak pakal o torcaza
Sak pakal o torcaza (Foto: Imágenes de Armas).
la yuya
La Yuya (Foto: Láminas y Aceros).

La competencia estuvo tan peleada que hubo tres ganadores:

El sak pakal o torcaza, por su exquisita vocalización.

La yuya, por la revolucionaria arquitectura de su nido.

Y, finalmente, el pavo real, por el hermoso colorido de su plumaje.

Luego del concurso, transcurrieron días, semanas y meses; en un principio, el pu´ujuy esperó y después buscó al pavo real por todas partes para reclamarle su atavío.

Aseguran quienes saben mucho de estas cosas, que desde aquellos remotos tiempos no ha conseguido encontrar al pavo real.

De manera de que si alguien en su camino se encuentra con el pu’ujuy y éste le pregunta: “¿Sabes en dónde está el pavo real?”.

Lo aconsejable es responder: “Se fue entre aquellos árboles, por allá”. Y continuar el camino.

pavo real
Pavo real yucateco o kutz (Foto: Mundo Aves).

El pavo ocelado es pariente del pavo real, lo más seguro es que no supo de la competencia porque de haber concursado quizá el pavo real no habría vencido, pues además de hermoso, el kutz es inesperadamente original y posee una gran personalidad.

El papamoscas yucateco es un ave de color amarillo y tamaño mediano. Habita en la parte media y elevada de los árboles en donde se alimenta de frutos. Es también un ave endémica de la selva maya, los pobladores de la zona lo conocen como yaaj.

El carpintero yucateco o che’jum es un ave que presenta un mechón de plumas rojas en la parte alta de su blanca cabeza, su pico está enmarcado por plumas amarillas, las alas exhiben orgullosas un pequeño diseño blanquinegro. Es una especie endémica de la selva maya.

Papamoscas yucateco
Papamoscas yucateco (Foto: eBird).
Carpintero yucateco o che’jum
Carpintero yucateco o che’jum (Foto: eBird).

Este macizo selvático es el hogar de éstas y muchas otras creaturas extraordinarias; hoy, la única manera de asegurar la continuidad de su existencia es evitando a toda costa la destrucción de su hábitat.

La selva maya ocupa parte de México, Belice y Guatemala. Su enorme relevancia radica en el hecho de que es el segundo pulmón del continente, después del Amazonas.

La sobrevivencia de la selva maya, al menos en nuestro país, está siendo perennemente amenazada, la destrucción avanza a una velocidad impensable. Las voces de sus defensores se pierden en el vacío de los intereses mezquinos y de las falsas promesas de bienestar económico.

Para los mayas representa un sitio sagrado, para los mexicanos un patrimonio cuya preservación es imprescindible, para todos los pobladores del planeta un seguro de vida.

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