Sacudida solidaria en favor de Turquía
Manfredo Martínez

Sociedades del Siglo XXI

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Este triste episodio turco-sirio no hace mas que denotar la “urgencia” de avanzar en la prospección en favor de la salvaguarda de la vida humana.

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Lectura: ( Palabras)

Decía en su momento –como una frase heredada a la humanidad ulterior– el artista griego de la poética Homero, que “Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga”. Y esto es palpable en el contexto del lamentable conteo de fallecidos y afectados por el doble movimiento telúrico de 7.8 y 7.5 acaecido en Turquía este 6 de febrero y con daños paralelos a su vecino país Siria, en el catalogado por muchos como “el terremoto más potente desde 1939”.

En un principio, pienso que la vertiginosa rapidez con la que tristemente acaecen tragedias imprevisibles como estas, obnubila toda capacidad de respuesta apropiada en la contención de los gigantescos daños que desgraciadamente impactan la vida humana, animal y vegetal de las naciones que afrontan estas contingencias y lo ha reconocido tácitamente el gobernante turco Recep Tayyip Erdogan al aceptar que “es imposible prepararse para un desastre de esta magnitud”.

Ahora bien, es loable la iniciativa de apoyo “activada” desde los cuatro puntos cardinales del planeta en pro de trabajos de rescate y reconstrucción de los dos países afectados por el seísmo.

En ese sentido, siempre es meritorio reconocer el papel activo que toma México, entre otras naciones, como un país que siempre dice presente en el “arte” de la solidaridad como una acción empática –sin esperar nada a cambio– cuando aumenta en grados de tribulación el termómetro de la sufriente vida humana en donde se suceden eventos de esta naturaleza. Es de hacer notar que el país azteca ha enviado en apoyo “sobre el terreno” del país turco una delegación de 150 elementos desde la Sedena, Secretaría de Marina y la Cruz Roja Mexicana para intervenir en un área de 70 edificios colapsados en el país euroasiático. En el caso de Siria “la ayuda se hará por conducto de la Organización de las Naciones Unidas”, dijo en escuetas declaraciones de prensa Marcelo Ebrard, responsable de la política exterior mexicana. También Honduras se suma en el envío de recurso humano calificado en la materia para mitigar el dolor y el desastre.

A mi parecer, la progresiva y permisiva degradación –por acción u omisión– de la corteza terrestre desde gobiernos, industrias y sociedades ha puesto al planeta en la encrucijada actual en la que nos encontramos pues el daño ecológico es evidente y aunque haya negacionistas, la inmisericorde y sostenida afectación a la “casa común” durante las últimas décadas nos han puesto en un aparente “callejón sin salida”.

Y es que, considero que el principal problema es que en cumbres y foros “todos se ponen de acuerdo”, pero la frialdad a posteriori, –en la aplicabilidad de los acuerdos consensuados en dichos cónclaves– parece materializarse en una especie de “hipnosis colectiva” que “adormecen” las capacidades ejecutorias desde los gobernantes y “limitan” la incidencia ciudadana de hombres y mujeres de “buena voluntad” a partir de la instauración de los “cerrojos” burocráticos.

Ya decía Bill McGuire, geofísico y especialista en cambio climático del University College London en su obra de 2012 –“Waking the Giant: How a Changing Climate Triggers Eartsquakes, Tsunamis and Volcanoes” (Despertar al Gigante: Como un Clima Cambiante desencadena Terremotos, Tsunamis y Volcanes)– que “si una falla está preparada y lista para romperse, los cambios ambientales asociados al con un desorden climático rápido y acelerado podrían fácilmente hacer ese trabajo”.

En definitiva, este triste episodio turco-sirio no hace mas que denotar la “urgencia” de avanzar en la prospección en favor de la salvaguarda de la vida humana y más de aquellos seres sintientes que viven en condiciones mayúsculas de vulnerabilidad y exclusión, aquellos que no pueden valerse por ellos mismos y a quienes evidentemente hay que proteger preventivamente ante la “posibilidad” de eventos nefastos para la dignidad humana como estos.           

Posdata: El gobierno turco comandado por Recep Tayyip Erdogan cifraba este 10 de febrero en 23,766 las víctimas mortales y más de 82,000 heridos. En tanto, el número sirio de fallecidos ascendía a 3,553.    

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