Un caso de éxito ecológico. La recuperación de la Laguna Flamingos
Sara Gerson

Ecología y otras cosas

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La recuperación de la Laguna Flamingos es un ejemplo claro de que es posible rescatar ecosistemas severamente dañados y al mismo tiempo impulsar la economía de las zonas aledañas.

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Lectura: ( Palabras)

En el estado de Tamaulipas, al sur de la frontera con Estados Unidos, muy cerca del rio Soto La Marina, se ubican cuatro lagunas, repartidas en ranchos ganaderos.

Estos cuerpos de agua reciben en su conjunto el nombre de “Laguna de flamingos”; el apelativo se debe, a que así denominan los habitantes de la zona, a las espátulas rosadas o “chocolateras”, que abundan en el sitio y que en apariencia, resultan similares a los flamencos.

Históricamente, el río Soto la Marina, alimentaba a la laguna y en la época de lluvias y huracanes, el nivel del agua se incrementaba hasta seis o siete metros; entonces, el agua dulce del río se mezclaba con el agua de mar, inundando la laguna.

Las crecidas además de agua arrastraban una enorme cantidad de plantas, semillas y animales de diversos tipos.

En los años setenta del siglo pasado, se construyeron tres presas: La Patria es Primero, Las Adjuntas y Las Alanzas; como consecuencia de los anterior, el caudal de la laguna disminuyó dramáticamente.

El problema se evidenció luego de varios años; finalmente los Flamingos se secó por completo, y así, desapareció uno de los ecosistemas más ricos de la región.

De aquella laguna colmada de vida acuática no quedó más que un terrenal desértico y polvoriento pleno de sal.

Afortunadamente, ese desastre ecológico, dio marcha atrás, gracias a la intervención de un hombre, interesado en la recuperación de ese paraíso ecológico, que en apariencia, había desaparecido irremediablemente:  Virgilio Garza Flores.

Él relata, que un día, al contemplar aquel estropicio, se preguntó si sería factible encontrar los mecanismos adecuados para reproducir aquello que la naturaleza realizaba con tanto éxito.

soto la marina laguna flamingos
Presa Las Adjuntas.

La idea que parecía descabellada, además, debía cumplir con la condición de ser viable a corto y también a largo plazo.

Como buen empresario, don Virgilio se dio a la tarea de lograr que su proyecto de restauración ecológica, fomentara también el desarrollo económico de la zona.

Era una tarea difícil; debía contar con los fondos para la inversión inicial y generar los recursos necesarios para asegurar el mantenimiento de la Laguna Flamingos.

El proyecto, generó empleos para los habitantes de la zona quienes participaron en la restauración de la laguna.

La abundancia de peces en el cuerpo de agua, se convirtió en fuente de ingresos para los lugareños, que además de beneficiarse en lo personal, a través de la pesca cubren los gastos para su manutención.

Las aves también volvieron, además de las Espátulas, hoy, se pueden admirar en la laguna otras especies, como la Garceta tricolor, el Loro cabeza amarilla y el Gavilán pescador.

La recuperación de la Laguna Flamingos es un ejemplo claro de que es posible rescatar ecosistemas severamente dañados y al mismo tiempo impulsar la economía de las zonas aledañas.

Actualmente, la laguna mantiene agua constante gracias a un eficiente sistema de bombeo, el cual, como en el pasado hacían los desbordamientos del río Soto la Marina, inyecta agua cargada de una gran variedad de plantas y animales, entre todo ello, también semillas de mangle.

Esto último ha permitido la reforestación de la orilla de la laguna a la que hoy adornan y protegen, estos deslumbrantes árboles zancudos.

Las aves regresaron, los peces también. Gracias a la participación ciudadana y el compromiso con el medio ambiente, se logró recuperar un área ecológica de valor inconmensurable.

Lo que podemos aprender de este caso entre otras muchas cosas es que “querer es poder” y se requiere de un individuo visionario, comprometido y capaz de convocar a la sociedad para alcanzar metas que parecen imposibles.

Hoy más que nunca antes, en la historia de nuestro país, es indispensable reconocer que ningún tipo de beneficio económico justifica la destrucción de los ecosistemas.

Antes de edificar cualquier obra de infraestructura, es indispensable contar con la participación de expertos, científicos, especialistas de primer nivel, de los que, dicho sea de paso, en México hay muchos, cuyos trabajos son reconocidos en todo el mundo.

Ningún país puede progresar, sacrificando el medio ambiente.


Este artículo está basado en el ensayo “Recuperación de la Laguna Flamingos” publicado por Felipe Ramírez, Magdalena Mondragón y Edgar Reyes, en el libro “Patrimonio Natural de México, cien casos de éxito”. Publicado en 2010, por CONABIO con la coordinación de Julia Carabias, José Sarukhán, Javier de la Maza y Carlos Galindo Leal.

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