La elección del pasado 6 de junio tuvo una participación de 47 millones 464 mil 730 votantes que representa 52% del padrón electoral, se convierte en el segundo proceso electoral intermedio con más afluencia en las urnas, detrás de la elección de 1997 que logró una concurrencia de 58% de votación. Todo esto en los últimos 24 años, período caracterizado por el incremento de la participación ciudadana en la vida pública de México, cuando el promedio histórico en elecciones intermedias es de 45%.
El aumento en la participación puede explicarse, en parte, porque conjugaron elecciones a gobernador en 15 entidades, junto con diputaciones federales en todo el país, la renovación de las 16 alcaldías y del Congreso de la Ciudad de México, entre los principales cargos públicos que se eligieron de 21,368. Es por ello que se le denominó la elección más grande de la historia de nuestro país.
Cabe destacar, que la mayoría de las encuestas proyectaban en los días previos a la elección, 40 o 43% para Morena, que finalmente quedó por debajo de esas expectativas. La coalición “Juntos Hacemos Historia” Morena-PT-PVEM se mantiene así como la primera fuerza electoral en el Congreso Federal con 56% de diputaciones con 281 curules, para superar por 30 asientos el porcentaje requerido para conformar una mayoría absoluta (251), pero acotando bastante la diferencia con la oposición representada por la coalición “Va por México” PAN-PRI-PRD.
La 65 legislatura (2021-2024) se integrará con 248 mujeres y 252 hombres, representando un avance en términos de paridad de género, pues la anterior estuvo originalmente conformada por 241 mujeres. En cuanto al promedio de edad de los futuros diputados estará rondando los 47 años.
De las gubernaturas en disputa, Morena ganó 11 y San Luis Potosí sus aliados PT-PVEM, de las tres restantes, Nuevo León para Movimiento Ciudadano, Chihuahua y Querétaro para el PAN.
En la Ciudad de México la alianza Morena-PT y ocasionalmente el PVEM ganaron 6 alcaldías y la mayoría simple en el Congreso Local. En cambio, la coalición Va por México logró adjudicarse las 9 alcaldías restantes y un importante número de diputados locales.
De acuerdo a los resultados finales para la integración del Congreso Federal, Morena y aliados no garantizan las reformas constitucionales como las que había prometido el presidente de la República. Así como para imponer su agenda legislativa orientada a limitar levemente los privilegios de las transnacionales y empresarios que sí tuvieron con los gobiernos del PRI y del PAN como sucedió con la regulación del outsourcing o las reformas eléctrica y petrolera.
En el caso de la Ciudad de México, que se había convertido en un bastión de la izquierda en los últimos años, Morena perdió 9 alcaldías que junto al retroceso en el Congreso Local son elementos negativos para la Cuarta Transformación.
Ahora bien, las causas del resultado electoral y su necesario balance implican una diversidad de factores que pueden explicar en parte lo que sucedió el 6 de junio. Se señala con razón que la derecha conformada más allá de la coalición “Va por México”, en donde participaron muy activamente sectores del empresariado liderados por Gustavo de Hoyos y Claudio X. González, la jerarquía eclesiástica católica y medios masivos de comunicación nacionales e internacionales, llevaron adelante una campaña profunda de no votar por Morena.
Sin embargo, la campaña de la derecha no es el factor más importante como causa del resultado electoral. Morena y sus aliados mantienen una mayoría absoluta en el Congreso Federal y no es cosa menor en un país con una fuerte disputa de dos visiones de lo que los ciudadanos queremos; debemos reconocer que la 4T ha sufrido un desgaste relativo en estos tres años de gobierno. Contradicciones en el decir y en el hacer, ejemplo de ello hay muchos, sólo mencionaré el hecho de continuar algunos de los planes neoliberales, seguir pagando la deuda externa sin plantear otra alternativa, la ineficiente coordinación con grupos progresistas de la sociedad civil y, por supuesto, un factor que nadie se esperaba, la pandemia del Covid-19, la cual detuvo o, en su caso, obligó a modificar programas y a reorientar el presupuesto en todo lo concerniente a mitigar el virus y sus consecuencias económicas.
Así se presentaron los resultados electorales del pasado 6 de junio; en lo general hay avances y retrocesos para la izquierda y para la derecha. En los próximos comicios del año 2024 que estará en juego la presidencia de la República, la figura de la coalición electoral y sobre todo la coalición de gobierno, serán clave para seguir con la transformación de México, siempre y cuando se logren reajustes en el gabinete y en políticas públicas que incorporen las demandas de sectores progresistas.
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