En México se volvió tradicional que el Presidente de la República mantuviera relaciones cercanas y nada claras con hombres de poder económico; así, los señores del dinero hacían lo que se les “pegaba en gana” y cotidianamente eran exentos del pago de impuestos, esto en perjuicio del pueblo mexicano, ya que tengamos presente, uno de los principales ingresos para el presupuesto del país es el referente a las contribuciones hacendarias, recursos que se usan para beneficio del pueblo; cuando esto no se realiza, quien se afecta es la sociedad que deja de recibir servicios públicos, obras y renglones que son fundamentales para la población. Es un acto verdaderamente criminal el de que un Presidente absuelva de sus responsabilidades fiscales a los grandes empresarios.
Recientemente Andrés Manuel López Obrador exhibió cincuenta y ocho empresas que obtuvieron condonaciones de impuestos por una cantidad superior de 189,000 millones de pesos; esto sólo corresponde a las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, pero tengamos presente que en esta ilícita conducta estuvieron involucrados los gobiernos de Fox, Zedillo y no se diga del más pícaro, como lo es Carlos Salinas de Gortari.
Entre las empresas beneficiadas se encuentran Televisa; Grupo Banamex; Cemex; Grupo Carso; Ica; Grupo Salinas; Inbursa; General Motors; Bancomer; Grupo Alfa; Volkswagen; Productos Roche y Grupo Lala. Véase que son bancos de grandes capitales y constructoras, una infamia en el daño que han causado a México; de pronto hablar de Carlos Slim, Salinas Pliego o Emilio Azcárraga, son personajes que muestran una cara de respetabilidad, pero el planteamiento que formuló el presidente nos deja preocupantes dudas respecto a quienes deberían de ser ejemplo en el cumplimiento de sus deberes fiscales.
La condonación resulta un hecho antipatriótico y no hay absolutamente nada que lo pueda justificar. Hay otros aspectos que también son motivo de lo que bien podríamos denominar “delitos de cuello blanco”, entiéndase por ello a los grades personajes del mundo de las finanzas, quienes aprovechándose de sus influencias o de las habilidades de sus grandes consorcios contables, cometen delitos patrimoniales al por mayor en perjuicio del Estado.

Como muestra de lo anterior hay empresarios que cargan a su negocio todo tipo de gastos, incluyendo los familiares. Es algo que en verdad ofende; contratan personal doméstico, viajes familiares, pago de tarjetas personales y todo lo contabilizan a la empresa, por lo cual se ha hecho cierto el de que hay empresas pobres, pero empresarios ricos.
Lo que más nos debe interesar es cómo se logra revertir la acción ilícita de gobernantes que autorizaron condonaciones fiscales, ya que estamos ciertos que tales tratos se hicieron mediante importantes cantidades que recibieron los funcionarios en turno. Ése es el punto que debemos investigar y no dejar que este asunto pase al olvido, en perjuicio del erario nacional.
Urgen nuevos derroteros, gobernantes honestos que no estén en contubernio con los hombres de poder económico. Dado este informe presidencial, entendemos por qué existe un buen número de empresarios que se dedican a criticar al actual régimen; tales sinvergüenzas han sido señalados por el Jefe del Ejecutivo y bien los ha llamado corruptos, pero con mucha más precisión, son delincuentes, contra los que es indispensable actuar sin demora. Meter a la cárcel a estos pillos será un acto de sanidad que marcará la ruta de la decencia, algo que por desgracia se perdió en gobiernos que se dedicaron a la atrocidad y exclusivamente a amasar fortunas mal habidas.
Los órganos de gobierno tienen mucho trabajo para acabar con tas inmundas prácticas.
Y no hablas de Salinas Pliego..??no cabe duda..☹☹☹