La regularización de automóviles ilegales o “chocolate” vino a legalizar el enorme contrabando de estas unidades que ingresan como caramelos por las zonas fronterizas del país.
Las redes de contrabandistas deben estar muy alegres con el decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues esta medida les abre las puertas para continuar introduciendo a México miles de vehículos de desecho de Estados Unidos y golpear a la industria automotriz mexicana.
La basura automotriz estadounidense vendrá a elevar más las emisiones tóxicas a la atmósfera, lo que implica un fuerte golpe al combate a la contaminación atmosférica y también para mitigar los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global.
La regularización de autos viejos apunta a los estados de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Sonora.
De qué sirve que el gobierno federal presuma compromisos ambientales a nivel global, cuando lo que hace es premiar lo chueco y altamente contaminante. Las emisiones de este tipo de vehículos son óxidos de nitrógeno (precursor del ozono), dióxido de azufre, partículas finas, monóxido de carbono (CO) y dióxido de carbono (CO₂).
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) tiene un reporte que, en agosto pasado, fueron comercializados en diversos mercados del país 106,502 autos ilegales. El año pasado ingresaron a México casi 600,000 unidades, y la mayoría se quedan en los estados del norte del país.
Por ejemplo, en Tamaulipas se estima que con el decreto presidencial se regularicen aproximadamente 150,000 vehículos en malas condiciones automotrices y con sistemas de seguridad vencidos, lo que implica un riesgo para quien los conduce como contra otros automovilistas y transeúntes. Y sólo en la ciudad de Tijuana cerca de un millón de autos chuecos serán legalizados.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país existe un parque vehicular de 50.5 millones de automotores, y con esta medida de legalización habrá incrementos significativos de vehículos en circulación.
La AMDA ha señalado que suman 19 procesos de regularización que se han aplicado entre 1979 y 2011, y desde hace 10 años se suspendieron las legalizaciones masivas.
Durante el gobierno de Luis Echeverría (1970-1976) se permitió que ejidatarios de las ciudades fronterizas pudieran importar vehículos usados con más de 10 años de antigüedad. Sin embargo, muchos ejidatarios encontraron un gran negocio, pues se dedicaban a comprar autos o camionetas y las revendían, acción que era amparada por las autoridades corruptas de las aduanas.
Ahora que los problemas ambientales se han complicado por el calentamiento global, lo mínimo que habría que exigirle al gobierno federal es de que sea congruente al establecer medidas más estrictas para los autos nuevos, que sean más limpios y eficientes, pero por la otra, también debería de impedir que la basura automotriz de Estados Unidos afecte nuestro ambiente y la economía nacional.
Una nueva Norma Oficial Mexicana (NOM-163) está en puerta, y se prevé que en noviembre próximo entre en vigor, lo que obligará a las armadoras de automóviles a vender automotores más eficientes y de mínimas emisiones. Vaya incongruencia; por un lado, aprieta, y por el otro, se privilegia lo ilegal y lo dañino.
El presidente presume que el costo por regularizar este tipo de autos chuecos será de 2,500 pesos, cuando antes era de entre 12,000 y 20,000 pesos, y asegura que el dinero recaudado se destinará para mejorar las vialidades fronterizas. Ya veremos si eso se cumple. Y también promete que habrá mayor seguridad con esta legalización de autos, pues muchos delitos se cometen en este tipo unidades chuecas.
No es sorpresa decir que la medida lleva una carga de tintes clientelares, que ya veremos sus efectos en las próximas elecciones.
Los métodos torcidos funcionan en un México con altas necesidades.
Adicionalmente la zona norte se provee de gasolina importada, y teniendo en consideración la cantidad de vehículos, se va a producir una escasez de gasolina. Quien será el responsable de tantas externalidades?
Yo he visto venta de estos vehículos en el Estado de México y de Hidalgo y no son de la franja fronteriza.