The Economist califica a AMLO de ser ¨El falso mesías¨

El semanario británico The Economist publicó en su portada una la imagen del presidente, Andrés Manuel López Obrador acusándolo de ser ¨El falso mesías¨.

FOTO: Especial.
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Michael González

Lectura: ( Palabras)


CATEGORÍA: Noticias


La revista británica The Economist publicó en su portada una dura editorial contra el presidente Andrés Manuel López Obrador donde lo califica de ser ¨El falso mesías¨ y un peligro para la democracia en México.

En al artículo que se titula ¨Los votantes deberían frenar al presidente hambriento de poder de México¨, destacan varios aspectos del comportamiento autoritario de Andrés Manuel previo a las elecciones del próximo 6 de junio.

Apuntan que la conducta del mandatario mexicano ha pasado por debajo de la mesa, opacado por otros líderes a nivel nacional como Jair Bolsonaro de Brasil, Viktor Orban en Hungría o Narenda Modi en la India. 

Los señalamientos de la revista británica no son novedosos, algunos de ellos ya venían figurando en medios naciones y otros internacionales como El País, pero este vuelve a poner la mirada internacional sobre México. 

Algunas anotaciones son importantes mantenerlas presente y darles una repercusión necesaria por lo preocupante que pueden ser las declaraciones o las actuaciones del presidente que sí atenta contra el Estado de Derecho, la democracia, entre otras garantías y derechos fundamentales.

Otras alimentan y mantienen vigente la teoría que creó AMLO, y permeó en sus simpatizantes, de que existen poderes hegemónicos ajenos que están en contra de su gobierno porque perdieron los privilegios económicos que tenían en administraciones anteriores

Este tipo de opiniones generan mucha crispación entre la población, quienes no están a favor del presidente la usarán como un argumento irrefutable de que el país necesita otro rumbo irremediablemente.

A quienes están a favor de él y las políticas de su gobierno les dará más razones para seguir apoyándolo. Precisamente por esa teoría en que AMLO es la ¨víctima¨ de todos eso poderes hegemónicos que se le oponen. 

La dicotomía de buenos y malos

En el inicio del texto, se hace el señalamiento de que AMLO divide a la población mexicana en dos grupos: ¨el pueblo y la élite¨, cuando habla de los primeros se refiere a quienes simpatizan con él, cuando alude al segundo grupo lo hace para acusarlos de ser los percusores de los grandes problemas de México. 

Aquí la intención es clara, pensar en absolutos. Que los ¨aliados y enemigos¨ estén perfectamente identificados y actuar en consecuencia de la lógica de las rivalidades, por ello el lenguaje pugnaz que suele ser parte del discurso presidencial. Esa dicotomía abona a su causa política. 

Esto quedó claramente demostrado en los últimos meses, dinamitando la credibilidad de organismos y poderes autónomos para que puedan ser controlados por el Ejecutivo bajo la escusa de proteger la soberanía. 

Acusaciones sin fundamentos a jueces que otorgan amparos a sus proyectos, aunque luego se demuestre que estos no tengan irregularidades y actúan bajo completa independencia. 

Los señalamientos al INE calificándolos de antidemocráticos por sancionar correctamente a quienes violentan las leyes electorales en su partido, pese a que Morena fue el menos penalizado con sanciones económicas por el árbitro electoral durante el ejercicio 2020. 

La intención de desaparecer al INAI argumentando que: ¨le cuesta mucho al Estado¨ y que las funciones de este pueden ser ejecutadas por la Secretaría de la Función Pública. Olvidando las décadas oscuras en que toda la información era reservada por el gobierno en turno y sepultando la lucha por la transparencia que sigue vigente. 

La guerra también alcanza a quienes no comparten con sus decisiones dentro de su gabinete, como el caso del exsecretario de Comunicaciones y Transporte Javier Jiménez Espriú, que renunció luego de que AMLO entregara la responsabilidad de los puertos marítimos a las Fuerzas Armadas. 

El poder sin límites de las Fuerzas Armadas

Cuando López Obrador era candidato a la presidencia sostenía que era necesario sacar a las Fuerzas Armadas de las calles y regresarlas a los cuartes por no estar capacitadas para cumplir labores de seguridad específicas. Un diagnóstico acertado, pero que no se vio reflejado en los hechos. 

Muy a diferencia de sus promesas de candidato, las Fuerzas Armadas se convirtieron en la mano derecha de Andrés Manuel, porque secundan el discurso presidencial y cumplen, sin objeción alguna, los deseos del presidente

Hoy la Guardia Nacional – el brazo de las Fuerzas Armadas que AMLO se encargo de denostar múltiples ocasiones – se encarga de distintas labores que escapan de su función principal, garantizar seguridad. 

The Economist destaca que: ¨En otros países, poner al Ejército a maneja dinero público con poca supervisión ha sido catastrófico¨. Algo muy cierto, no es que las Fuerzas Armadas sean unas incompetentes, pero están acogiendo poder en terrenos que no les corresponden. 

Aunque ya parezca cansada la comparación, se puede observar cómo las principales industrias de petróleo y sus derivados en Venezuela decayeron enormemente tras la intervención de militares en actividades administrativas

El problema estará en cuando se tengan que separar a las Fuerzas Armadas de este poder que alcanzaron en esta administración. Allí el reto de un nuevo gobierno que puede encontrarse a un Ejército más fuerte – en términos de poder – que la presidencia u otro poder

Una oposición debilitada 

El artículo también alude que los partidos de oposición no se ofrecen como una alternativa con una narrativa coherente. Una acotación muy puntual, porque esa falta de referencias morales y éticas en los partidos que se oponen al gobierno actual ha hecho que Morena no se desquebraje y mantenga su hegemonía.

El error de la oposición es vender como venturoso y prometedor el pasado plagado de corrupción abusos, atropellos, masacres. Aquel que marginalizó a la población y la desprotegió en de diversas formas que hoy siguen persistiendo. 

No se puede hacer política dentro de una burbuja y pensando que todo lo que hicieron estuvo bien. Si siguen ensimismados, no se encontrarán con otro resultado diferente al de 2018 en las urnas de las próximas elecciones. 

Es importante renovarse y actuar en consecuencia de esa renovación, sacar de las entrañas de los partidos a personajes que son la viva representación del abuso de la clase política de este país. 

Fue pertinente en su momento el señalamiento de AMLO en que los calificó de: ¨moralmente derrotados¨. No encuentran desde lo ideológico, ético y político una fuerza que pueda hacer cara al movimiento de López Obrador y eso, de su parte, es preocupante. 

Este artículo, finalmente, no cambiará la intención del voto de quienes ya lo tienen decidido para el próximo. Sólo abonará un poco a la discusión politizada entre opositores y simpatizantes de López Obrador.Centrar la discusión en torno a un personaje.

El problema seguirá siendo que buscamos a un mesías que tiene todas las soluciones bajo la manga y no a un grupo de personas con un proyecto que vele por los intereses de todas y todos, privilegiando a aquellos que históricamente fueron desprotegidos y marginalizados. 

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