¿Qué ha pasado con el terreno federal de 12, 224 hectáreas donde el gobierno de Enrique Peña Nieto proyectó construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM)? Oficialmente se sabe que está en marcha un proyecto ambiental en el último reducto de lo que fue el Lago de Texcoco.
Esta zona se caracteriza por tener una vocación de regulación hidráulica, ecológica y captación de agua del vaso de Lago de Texcoco. Es decir, su función natural reguladora de lluvias, evita que en esta región se presente una inundación de dimensiones catastróficas debido a los hundimientos diferenciales del suelo por la sobreexplotación del acuífero.
Además, es un área de refugio de más de 100,000 aves migratorias de diversas especies, provenientes de Canadá y Estados Unidos, que cada año en época de invierno llegan a Texcoco.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua), a mediados de diciembre de 2020, publicó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Parque Ecológico Lago de Texcoco, el cual supuestamente deberá estar listo este año, pero hasta ahora los avances de la obra son prácticamente insignificantes para la magnitud del proyecto.
El presupuesto que tenía asignado este parque para su construcción es de 13,088 millones de pesos, ya con una reducción presupuestal del 26%, debido a la “austeridad republicana” decretada por el gobierno federal.
La Conagua, cuando aún la presidía la inefable Blanca Jiménez (premiada ahora con la Embajada de México en Francia), aseguró que durante este año ya se tendría un programa de actividades en el perímetro del área bardeada del terreno, por la zona norte de la Autopista Peñón-Texcoco, que consistirían en paseos ciclistas, caminatas, carreras, conciertos, espectáculos y hasta cine al aire libre. Pero nada de eso se tiene, sólo hay mucho lodo y polvo.
El mismo proyecto integra la construcción (que ganó la empresa ICA) de un gran vivero para la reproducción de vegetación halófila (las cuales viven en ambientes con gran cantidad de sales).
Igualmente se tienen contemplados equipamientos deportivos, acondicionamiento del espacio público, creación de senderos y terracerías y de un lago con 80 mil metros cúbicos de agua.
El diseño del Parque Ecológico Lago de Texcoco fue del arquitecto Iñaki Echeverría, quien desde el 2008, en el gobierno de Felipe Calderón, ya lo tenía proyectado. Y se prevé que este parque sea 15 veces más grande que el Bosque de Chapultepec.
Hay un antecedente muy importante que se debe citar, y es que desde 1954 el ingeniero Nabor Carrillo Flores (rector de la UNAM 1953-1961) demostró que la sobreexplotación del acuífero del Valle de México estaba ocasionando hundimientos del suelo de la ciudad, lo que provocó que el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines decretara una veda total para el aprovechamiento de los acuíferos de la región; es decir, se prohibían nuevos pozos, y se propuso traer agua del Sistema Lerma a la ciudad. Pero al paso del tiempo eso no se cumplió.
Nabor Carrillo junto con Gerardo Cruickshank promovieron el rescate Lago de Texcoco e instrumentaron las bases para el gran plan de restauración ambiental.
Esta visión sentó las bases para que en 1965 se construyera un lago artificial en la zona y se empezaran los trabajos de rehabilitación ecológica. Y fue en 1971 (en el gobierno de Luis Echeverría) cuando por decreto se crea la Comisión Lago de Texcoco, que en su objetivo principal planteaba la recuperación de la zona lacustre, y se impulsó una de las más grandes reforestaciones en la región. También se construyó el Dren General del Valle, lagunas de regulación Horaria (Churubusco y Fusible) se canalizaron los ríos de Los Remedios, Piedad, Mixcoac y Churubusco. Y en 1982 (gobierno de José López Portillo 1976-1982) se inauguró el Lago Artificial “Nabor Carrillo” (con una superficie de 1000 hectáreas), el cual reprodujo las condiciones ambientales de la época prehispánica y es un importante vaso regulador de agua.
Las crisis económicas del país frenaron el avance de la gran restauración, y fue hasta 1989 (en el gobierno de Carlos Salinas) cuando se retoma el plan, que entonces empujaba el ingeniero Gerardo Cruickshank, y se le da nombre de Proyecto Lago de Texcoco (vigente hasta hoy). Y fue durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) cuando se destina el mayor presupuesto para la rehabilitación del Lago de Texcoco con una inversión de 60,000 millones de pesos, lo que permitió retomar el proyecto original con nuevas obras y planes de mantenimiento de gran escala.
Este fue el último gran esfuerzo de restauración ecológica del Lago de Texcoco.
Cuando el gobierno de Peña Nieto (2012-2018) presentó el proyecto del NAIM, expertos e investigadores alertaron de los riesgos que representaba una megaobra en la región reguladora de lluvias y zona inundable, pues se cancelaría su vocación natural del Lago de Texcoco.
La historia la sabemos, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador canceló mediante una “consulta” amañada el NAIM, pero no precisamente por la argumentación de los expertos, sino que su postura era que el proyecto era muy costoso y que detrás había mucha corrupción. Su decisión fue más política que técnica-científica.
No sorprende que la construcción del Parque Ecológico Lago de Texcoco tenga avances pírricos. No forma parte de las obras prioritarias del presidente, ni una visita le ha dedicado a la zona. Él insiste en su refinería Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya (por cierto, este tren cada vez más resulta más caro al erario público, pues ahora el costo de la obra es por arriba de los 180,000 millones de pesos).
Ojalá que cuando terminen el proyecto del futuro parque se haga un reconocimiento a los impulsaron desde la década de los 50 la restauración ambiental del Lago de Texcoco. Y sería deseable que también dejarán un programa maestro para darle continuidad a los trabajos ambientales para las próximas décadas.
una más, para que decir mas