La persecución e intimidación, cartas de presentación de la 4T

Como en tiempos del priismo autoritario, el actual gobierno se caracteriza por perseguir y amedrentar a sus opositores y a vanagloriar a sus apoyadores aunque estos sean unos delincuentes.

Fotografía: Cuartoscuro
Fotografía: Cuartoscuro

Michael González

Lectura: ( Palabras)

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador no se distingue mucho de sus predecesores, más allá de una que otra buena acción, este gobierno – como muchos otros – pasará sin penas ni glorias y será recordado por incumplir todo aquello que prometió.

López Obrador siempre aseguró que él sería el único capaz de sacar adelante al país económicamente, construir una auténtica democracia y romper con la grosera desigualdad y acabar con la corrupción. Como cualquier otro político deseoso de poder, pintan un país venturoso sólo si llega a la presidencia.

Sin embargo, sus decisiones políticas distan mucho de querer resolver los problemas económicos, políticos y sociales que identificó cuando era candidato. Hay más personas en situación de pobreza, persiste la corrupción y la impunidad, todavía se defienden a delincuentes incrustados en el poder por ser amigos del presidente, total impunidad para responsables de tragedias como la de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México y podemos seguir enumerando.

Por más que AMLO y sus férreos seguidores se han empeñado por demostrar que son diferentes, lo cierto es que este gobierno ha hecho muy poco por romper con los vicios de la política del pasado – quizás sea porque esos políticos hoy ocupan importantes cargos, como Manuel Bartlett por ejemplo – y, esto es lo que más debería de indignarnos, tampoco ha ayudado a las personas más necesitadas, olvidadas y marginadas del país.

A López Obrador, como cualquier político narcisista, le interesa mucho su imagen en la historia y él siempre ha querido ser recordado como ¨el mejor presidente¨, pero al observar cómo se destruye su proyecto político y cada vez le queda menos tiempo para alcanzar todo que prometió, no le tiene de otra más que responsabilizar a otros de su propio fracaso.

Denuncian persecución y hostigamiento

La coalición legislativa opositora en la Cámara de Diputados ¨Va Por México¨ apuntaron que desde el poder Ejecutivo se persiguen a opositores como ocurre contra el priista Idelfonso Guajardo y el panista Ricardo Anaya.

López Obrador utiliza su poder mediático, como también lo hicieron presidentes anteriores, para inmiscuirse en procesos electorales y legislativos.

Violando la veda electoral de las pasadas elecciones desde la conferencia matutina en Palacio Nacional, pidiendo que se llame a un tercer periodo extraordinario para aprobar la Ley de Revocación de Mandato de forma exprés y las múltiples amenazas al INE y distintos organismos autónomos.

La utilización de la justicia como herramienta política, con la Consulta para ¨enjuiciar a expresidentes¨, en lugar de hacerla de fácil acceso para todas las ciudadanas y ciudadanos para que la impunidad no sea la moneda recurrente, en un país que clama por una verdad histórica.

La reciente destitución de Brenda Lozano como agregada cultural de México en España nos dicta cómo se las gastan en la 4T, el mismo AMLO justificó esta determinación diciendo: ¨Si no se está de acuerdo con un proyecto ¿cómo lo va representar?¨.

Este argumento en primer lugar es una falacia, ningún trabajador está 100% de acuerdo con los valores o principios de la organización para la que trabaja, en tal caso, eso se llama activismo.

Además, hacer tal objeción supone que el proyecto es correcto y no tiene nada que mejorársele, cuando la dirección de un país supone también rodearte de personas disidentes para buscar equilibrios, sin dejar de lado principios ideológicos innegociables, claro.

Gobernar bajo una sola consigna, sin espacios a diferencias, recuerda más al priismo sectario y autoritario que padecimos durante muchos años, que el argumento de un gobierno que llegó para beneficiar a todas y todos.

En otras noticias…

El excandidato presidencial Ricardo Anaya manifestó que le llegó un citatorio a su domicilio por parte de la Fiscalía General de la República, en la que se le acusa de delitos que lo pondrían en la cárcel por 30 años.

Si esto es una verdadera persecución orquestada por López Obrador, esto sería una muestra de lo debilitado que está Morena, en lugar de ser una muestra de fuerza y control de instituciones.

Así como el desafuero a López Obrador terminó beneficiando más al hoy presidente de lo que benefició al gobierno de entonces, si encarcelan a Anaya le harían un favor al panista de martirizarlo y facilitarle el camino de cara a 2024.

Además, hoy los dirigentes nacionales de los partidos de oposición, Alejandro Moreno Cárdena del PRI, Marko Cortés de Acción Nacional y Jesús Zambrano del PRD se reunieron con Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington para denunciar la involucración del crimen organizado en el pasado proceso electoral y las ganas de destruir los organismos autónomos.

Veremos a dónde avanza esto, pero la oposición vuelve a declinar el camino que más fácil te lleva a ganar en las urnas, el de escuchar a la gente, recorrer casa por casa y dar a conocer un proyecto factible y cercano que ayude a mejorar la vida de las personas, trayéndoles bienestar.

Lo peligroso de no tener una oposición política cercana de la realidad de su pueblo y la altura de las circunstancias es que le da oxígeno a quien ostenta el poder para utilizarlo con propósitos personales que, finalmente, van en detrimento de la población.

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