Entre dudas y felicidad, niñas y niños regresan a clases

Aunque autoridades han afirmado que el regreso a clases presencial está siendo exitoso, lo que se nota en las escuelas es poca afluencia y desconfianza en el proceso.

Fotografía: Cuartoscuro
Fotografía: Cuartoscuro

Michael González

Lectura: ( Palabras)

Este lunes arrancó el Ciclo Escolar 2020-2021 en casi todas las entidades del país, miles las niñas y niños pudieron regresar a sus escuelas de forma presencial después de 17 meses de clases a distancia a causa de la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2.

Digo en casi todas porque algunos gobernadores de esas entidades determinaron mantener el modelo de clases a distancia, quizás haya motivos políticos detrás de esa decisión, pero lo cierto es que apenas salimos de la tercera ola de contagios – la más virulenta de todas – de acuerdo con las cifras oficiales. 

Por ejemplo, en Yucatán las clases presenciales iniciarían hasta el próximo lunes, así lo informó Gonzalo Pech Estrada, supervisor de la zona escolar 035 de escuelas primarias.

Michoacán también aplazó su regreso a clases; Coahuila todavía evalúa la posibilidad de regresar presencialmente, Nayarit inició con sólo el 50% y en Hidalgo sólo comenzaron en 15 de los 84 municipios. 

En Nuevo León se implementó la modalidad mixta (entre clases presenciales y en línea). En otras se mantuvieron las clases a distancias ya que los planteles estaban completamente abandonados, como lo indicó Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de la entidad.  

Por su parte, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum aseguró que más del 90% de las escuelas en la Ciudad de México están abiertas y remarcó que el regreso a las clases está siendo un éxito en la capital. 

Incluso, Luis Humberto Fernández, titular de la Autoridad Educativa Federal (AEFCM) señaló que las escuelas abiertas están en condiciones seguras y seguirán generando confianza en padres con dudas. 

Todo parece ser una maravilla con el regreso a clases, aunque los hechos muestren una situación un poco diferente. Escuelas en pobrísimas condiciones, incluso sin agua, y sin la capacidad de garantizar seguridad. 

Poca fundamentación en la ciencia nos traerá graves consecuencias

Como a ninguna otra nación de la región, a nosotros nos afectó fuertemente esta situación en el tema educativo.

De acuerdo con Luis Fernando Carrera Castro, representante en México de UNICEF, de los 150 millones de menores de edad que no han vuelto a clases presenciales en mundo, 37 millones son de México

Es entonces una necesidad apremiante regresarle su derecho fundamental, el acceso a educación a niñas, niños y jóvenes que no lo tuvieron durante más de año y medio por falta de recursos o por simplemente no contar con lo mínimo para atender una clase a distancia: un equipo electrónico y acceso a Internet. 

Pero una necesidad de tal envergadura y relevancia necesita de soluciones estratégicas, rigurosas y fundamentadas. Porque un error, un desliz, una situación no contemplada, te cambia todo el plan y puede traer graves consecuencias, ya que se pondrían en riesgo vidas humanas. 

Lo que se nota de las medidas adoptadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y demás autoridades educativas federales y estatales, incluidas las de salud, es improvisación, poca preparación y nula atención en los detalles.

Sólo con rociadores para sanitizar, tapetes desinfectantes de zapatos, toma de temperatura en la mano son muestra de que se hace caso omiso a la ciencia, ya que nada de eso previene contagios.

Son implementaciones más de forma que pretenden dar una sensación de seguridad, pero de ninguna utilidad. 

Con los rociadores lo que pueden traer es una consecuencia que se les irrite la piel a las niñas y niños, los tapetes no desinfectan el calzado y la forma correcta de tomar la temperatura es directo al rostro, por muy invasivo que esto parezca

¿Qué sería lo recomendable?

Lo que primero es nutrirse de evidencia científica que permita la implementación de medidas que verdaderamente garanticen seguridad sanitaria a toda la comunidad escolar de cada uno de los planteles del país. 

Equipar las aulas para que estas cuenten con la mayor ventilación posible y que permita un sano distanciamiento entre alumnas y alumnos, además de disponer de purificadores de aire y medidores de COpara un mejor control. 

Verdaderamente garantizar condiciones óptimas para ejercer su trabajo a maestras y maestros, ofreciéndoles cubrebocas eficaces durante todo el ciclo escolar (KN-95 O Kf94) y vacunarlos o completar sus esquemas de vacunación. 

Aplicar pruebas rápidas de detección de COVID-19 a todas y todos de la comunidad escolar. A las niñas y niños de entre 12 y 17 años inmunizarlos con la vacuna de Pfizer que Cofepris aprobó su uso para ese grupo de edad.

También proveerlos de cubrebocas seguros o, en su defecto, usar doble cubrebocas de algodón (reutilizable) para colaborar con el ajuste del mismo. 

Tener a disposición doctoras y doctores para atender de forma inmediata en caso de contagios o que pueda distinguir entre una persona enferma de COVID-19 o con una gripe común. 

Es importante regresar a clases presenciales lo más pronto posible, para colaborar en el desarrollo formativo de millones de niñas, niños y jóvenes que merecen una educación digna. 

En los rostros de varios se dibujaba una sonrisa al volver a reencontrase con compañeros y regresar a los espacios que siempre fueron suyos

Pero también es relevante cubrir todos los riesgos posibles que deriven en una proliferación desmedida de contagios, esta pandemia nos ha costado miles de vidas, no dejemos que esto se salga de las manos. 

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