Clandestinaje
Eduardo López Betancourt
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Lamentablemente la autoridad se vuelve cómplice del ambulantaje, en forma desvergonzada reciben importantes cantidades de dinero, como coloquialmente se dice, “por debajo del agua”…

Imagen: Pinterest.
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Lectura: ( Palabras)

La pandemia ha provocado desesperación y angustia en todos los sectores; la economía se encuentra destrozada y lo más grave, los apoyos gubernamentales son escasos. Trabajadores necesitados de ingresos protestan, hacen plantones y por desgracia, las soluciones son inexistentes.

El drama es en todos los niveles económicos, los poderosos comerciantes, industriales y banqueros, han tenido pérdidas, aunque tal vez en estos últimos, las afectaciones sean menores, pero con sus acciones afectan a infinidad de empleados; despiden a diestra y siniestra y al final, cuando el gobierno no les respalda, se desquitan con sus subordinados, quienes de la noche a la mañana se quedan sin trabajo. Negocios, fábricas y de todo tipo de actividades han cerrado sus puertas y ante esta situación amarga, los beneficiados son pocos, tal es el caso de los nosocomios privados, que verdaderamente pueden ser catalogados como vampiros que succionan hasta el último peso a familiares de enfermos, que sin duda sufren la falta de ética y respeto a los principios de Hipócrates. Entre los beneficiados se encuentran además las funerarias y con mayor intensidad, farmacéuticas, quienes sin moderación sacan provecho de las circunstancias e incrementan arbitrariamente sus precios; el oxígeno es apenas tenue ejemplo de la explotación que hacen del necesitado.

ambulantaje y corrupción
Foto: Puño Electrónico.
tianguis, negocio informal
Foto: Pinterest.

Otras áreas, para sobrevivir, han acudido al clandestinaje, donde el comercio ambulante se convirtió en una rémora. Al cerrar tiendas departamentales, la venta de artículos de toda naturaleza se realiza ilimitadamente en las calles y las autoridades se ven imposibilitadas para mantener el control. Desde siempre los ambulantes han invadido las zonas urbanas del país, pero ahora lo hacen con más ímpetu. En este renglón, como en todo, hay quienes se aprovechan de este fenómeno y es cotidiano encontrar artículos robados que se ofrecen en las banquetas. Aún con mayor preocupación, hallamos la venta de alimentos de dudosa calidad en puestos callejeros, los cuales se expenden sin control, siendo un vehículo sistemático para las enfermedades gastrointestinales y contagios por Covid-19, esto porque la higiene y la distancia recomendada en ningún momento se observa.

Lamentablemente la autoridad se vuelve cómplice del ambulantaje, en forma desvergonzada reciben importantes cantidades de dinero, como coloquialmente se dice, “por debajo del agua”, así la corrupción no tiene precedentes y los servidores públicos se vuelven extorsionadores de los vendedores. No olvidemos que hay verdaderas mafias que controlan la venta de comida y en general el comercio ambulante, quienes están protegidos por las clásicas mordidas, que se vuelven la constante de impresentables funcionarios.

venta de aguas y comida en tianguis
Foto: The Foodie Studies.

Otro renglón lo constituye el “vicio”, al no permitirse la apertura de bares, antros y centros de diversión, acuden al clandestinaje más descarado y perverso, utilizando bodegas, estacionamientos, casas, departamentos y hasta traspatios, donde los gánsteres convocan a sus clientes y por supuesto el peligro de contagio se hace más intenso. En estos ámbitos, también se presenta una impactante corrupción y las autoridades consienten el funcionamiento de establecimientos con ese giro, incrementando, insistimos, el grave riesgo a la salud y sin duda, situaciones que por el COVID-19, pueden producir la muerte.

Es un acto homicida el que realizan los gánsteres de los centros nocturnos, quienes por su ambición de ganar dinero, para nada les importa el contagio y sus dramáticos efectos; son delitos dolosos que deben castigarse con esa orientación jurídica. Los gerentes que convocan a esos lugares clandestinos deben ser procesados por tentativa de homicidio y a los propietarios, se les deben aplicar las fórmulas de extinción de dominio, ya que son los que facilitan sus locales para estos actos siniestros, donde no se observan leyes ni medidas de higiene, violando las disipaciones ambientales, delitos contra la salud y e infinidad de razones legales para poner en orden a quien tanto daño le hacen a la colectividad.

antros y bares corrupción
Foto: Quadratin Querétaro.

No olvidemos que, en esos centros clandestinos, la droga y la presencia de menores de edad son permanentes.

Es necesario considerar que México reclama otras fórmulas, más responsables y estrictas, para combatir el terrible mal que nos aqueja, donde la ciudadanía también debe cumplir su cometido esencial.

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