Assange, el “fugitivo” detenido
Manfredo Martínez

Sociedades del Siglo XXI

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La “incertidumbre” del australiano Julian Assange ha terminado. Este 10 de abril la prensa global ha informado de su arresto en Londres, después de permanecer en condición de asilo en la legación ecuatoriana en la capital inglesa, desde junio de 2012. Simpatizaba al entonces presidente del país sudamericano Rafael…

Fotografía: FayerWayer.
Fotografía: FayerWayer.

Lectura: ( Palabras)

La “incertidumbre” del australiano Julian Assange ha terminado. Este 10 de abril la prensa global ha informado de su arresto en Londres, después de permanecer en condición de asilo en la legación ecuatoriana en la capital inglesa, desde junio de 2012. Simpatizaba al entonces presidente del país sudamericano Rafael Correa (actualmente desterrado en Bruselas, capital europeísta), quien miraba al fundador del sitio “WikiLeaks” –quiérase o no– como un actor internacional de “peso” para contrarrestar la política internacional de Estados Unidos; un promotor e impulsor de la democracia y el desarrollo de los pueblos del orbe.

El problema es que Assange no sintonizaba con la política del ahora presidente del país latinoamericano Lenín Moreno, quien consideró al “periodista ciudadano” una especie de “piedra en el zapato”. Su argumentación fue “retirar el asilo diplomático a Julian Assange por violar reiteradamente convenciones internacionales y protocolos de convivencia”. Suspendido el asilo por parte de las autoridades ecuatorianas, la policía metropolitana de la urbe británica procedió a detenerle, por una “supuesta” petición de extradición desde Estados Unidos.

En un principio, la situación del hacker –ahora acusado de conspiración por parte del país norteamericano– entra a una “fase” de lo que podría llamarse una “negociación” para que en un lapso mínimo de tiempo, y agotando las instancias jurídicas del Reino Unido, sea enviado a Estados Unidos para ser acusado por los delitos de “conspiración para acceder a sistemas del gobierno con información clasificada”.

#AssagneArrest.

En mi opinión, cualquier eufemismo será usado en este contexto para hacer ver al ciudadano aussie como el “chico malo” de la película; cuando lo único que hizo fue hacer público el conjunto de documentos recabados “sobre el terreno” por los representantes diplomáticos norteamericanos alrededor del mundo, en relación a los procesos implementados para “obtener” información sensible, y sobre los líderes de oposición, que pusiera en entredicho la hegemonía estadounidense en variadas regiones del planeta. Un secreto a “voces” manifestado por países ideológicamente contrapuestos a las políticas exteriores de la tierra del “Tío Sam”.

Por otra parte, en este contexto, la pregunta sería, ¿por qué no se habían activado antes de 2010 los procesos legales contra Assange?, sino más bien, se postergaron para después de tal fecha en que la prensa mundial tuvo un acceso desbordado a cables, dejaban entrever la “doble moral” en la política exterior de la nación norteamericana. La frialdad de los diplomáticos en ese entonces –en conjunto con la permisividad e incluso colaboradores de “socios”–, han servido sin lugar a duda como parte de los círculos académicos sobre estudios internacionales y los espacios mediáticos en relación con la reinvención continua para tener “vigencia” en la “comprensión” del mundo.

Free speech.
Fotografía: Milenio.

Ahora bien, el hecho de que haya una reacción global en cadena a este “boom” noticioso –unos “a favor” de la detención, y otros “en contra”–, solamente refleja la perpetuación del mundo en “buenos” y “malos”, lo cual invariablemente está afectado por circunstancias mediáticas, políticas y empresariales, que buscan mantener “dominios” en las “arenas” del poder geopolítico y tener notoriedad ante la opinión pública global que se decanta –a raíz de sucesivos eventos como éste– por la transparencia, desde el origen mismo, en la ejecución y desarrollo de acciones en nombre de la democracia local y global.

En definitiva, este acontecimiento que ha movilizado un “enjambre” de periodistas, ha proyectado lo que ha sido, es y continúa siendo la premisa de acción por parte de los sistemas y controles de poder: “neutralizar” a todo aquello y aquél que busca deslegitimar el status quo, a pesar que reiteradamente, decenas de organizaciones a escala planetaria, pedían “cesar” la detención arbitraria de Julian Assange, con base en los criterios comunicados por el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la Organización de las Naciones Unidas.

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