1.- Voto de Castigo. El electorado se cansó de tanta pinche tranza. Le dijeron “basta” a la frivolidad y “hasta aquí” sus privilegios.
2.- Se las cobraron en las urnas. El sufragio por fin contó, y no pesó: se vengó de excesos.
3.- Comprobaron que “pisar” el Gobierno, enriquecía. Cualquier modesto ciudadano -tramposo claro- cambió su status, su condición social y garantiza su futuro por ser funcionario.
4.- Los medios no se pudieron controlar. La radio, tv y prensa escrita reveló las fortunas de la “familia feliz” documentando cómo entraban y cómo salían.
5.- Las redes sociales cambiaron todo. Cada ciudadano tiene un arma en su teléfono móvil. Con videos y fotos acabaron con carreras políticas.
6.- El grupo en el poder cada día se alejó de la gente. Sólo los visitaban cuando solicitaban su voto, o para sacarse una foto, cuando iban a entregar un apoyo. Claro, al subirse al helicóptero, se limpiaban las manos con alcohol.
7.- La dictadura perfecta dejó de funcionar. El régimen bien aceitado de complicidades, se olvidó de los de abajo. Dejaron de salpicar, y todo se quedaba en lo más alto de la pirámide.
8.- El cambio nunca llegó. Por fin el año dos mil Fox sacó al PRI de los Pinos; defraudó.
9.- La lucha de la izquierda. A pesar de tantos homicidios contra ellos, la constancia de los distintos grupos impulsaron valientemente el verdadero cambio.
10.- El PAN terminó tricolor. El gran opositor pactó. Ganaron el poder, perdieron el partido. El PRD ahora es azul.
11.- La pobreza y la inequidad. Exageró la clase gobernante con su riqueza y logró que más de la mitad de la población viviera en condiciones de hambre. El México Bronco rugió.
12.- Candidatos títeres. Postularon verdaderos muñecos con mucho maquillaje y desconocedores de la tierra que pretendían gobernar.
13.- Desperdiciaron los medios. Creyeron que con la “spotcracia” podían acceder al poder, y el votante aprendió rápido: las entrevistas a modo, no modifican mi criterio.
14.- Inconformidad generalizada. La gente se cansó de tantos problemas sociales. Ni los volteaban a ver, mucho menos los escuchaban.
15.- Lenguaje sencillo. La 4T habla como la mayoría de los mexicanos, sin rollos. Los lugares, las frases, y 20 ideas son la tesis de campaña y de gobierno.
16.- Candidatos de carne y hueso. Gente común, corriente y de a pie. Aunque algunos se enojen, le dieron la espalda a la “pigmentocracia”.
17.- No había nada que perder. Quien no posee nada, no arriesga nada. Era mejor el cambio que quedarse igual, y seguir viendo a los poderosos burlándose de los jodidos.
18.- Los juniors del poder. Duele y lastima que el “heredero” por el simple hecho de ser “hijo de” tenía la posición garantizada. Primero se le alababa, ahora se le repudia.
19.- Les regresa dignidad. Después de décadas se les visita, se les abraza, y todo el discurso gira en torno al descamisado.
20.- No entienden nada. La oposición no sabe descifrar al nuevo Gobierno; mientras intenta comprenderlo, sigue negociado en los restaurantes de Polanco, sin escuchar lo que se dice en la calle.
21.- Liderazgos de caricatura. Los presidentes del PRI, PAN y PRD provocan lástima.
22.- Un 24 perdido. Con el listado patético de los posibles candidatos de Va por México, no tienen ninguna posibilidad.
23.- Agenda en arameo. Los ciudadanos que desean sacar a Morena, sólo escuchan “naco”, “indio” y “jodido”, pero ninguna propuesta para sacar al “dictador”.

*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
www.GustavoRenteria.mx