La Subprocuradora de Servicios de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Surit Berenice Romero Domínguez presentó los datos referentes a ¨Quién es Quién en los precios de la Gasolina¨, donde se observan un aumento importante en el precio de la gasolina Premium distribuida por Pemex.
En la conferencia matutina de este lunes, se dieron a conocer los precios de combustibles de las distintas marcas de distribuidores que hay en el país, siendo Pemex la que registró el precio más alto en la venta de gasolina Premium y la segunda en gasolina regular.
Según los datos presentados esta mañana, el precio de gasolina más caro, al corte del 31 de marzo, se registró en Culiacán, Sinaloa a $25.50 pesos por litro, mientras que la más económica la vendió Repsol a $20.25 pesos por litro.
Por parte de la gasolina regular, Pemex registró la segunda más barata en Medellín de Bravo, Veracruz a $18.59 pesos por litro, detrás de la distribuidora GP500 que; en San Mateo de Atenco, Estado de México; vendió a $18.51 pesos el litro.
A su vez, en el precio del combustible regular, la empresa estatal también registró el segundo precio más alto, vendiéndola al consumidor a $22.11 pesos por litro, detrás de la más cara registrada que fue Chevron, quienes la distribuyeron a $22.35 pesos el litro.
Por parte de la venta de Diésel, Pemex registró vender al precio más bajo en Tamaulipas a $19.80 pesos el litro y el más alto en Sinaloa donde se distribuyó el combustible a $23.89 pesos por litro.
Un aumento gradual de la gasolina
En la conferencia de hace una semana, los datos de la Profeco también indicaron que, al corte del 25 de marzo, Pemex registró el precio más alto de la gasolina Premium en Sinaloa a los mismos $25.50 pesos por litro.
La semana del 22 de marzo, con datos al corte del 18 del mismo mes, el precio del mismo combustible expendido por una estación de servicios de la estatal en Sinaloa se ubicó en $24.65 pesos por litro.
Si seguimos regresando en el tiempo, una semana más atrás, exactamente el 15 de marzo, con datos al corte del 11 de ese mes, Pemex también registró el precio más alto de venta de gasolina Premium en Sinaloa a $24.35 pesos por litro.
La semana del 1 de marzo y del 8 la estatal no figuró en la lista de estaciones que distribuían combustibles ya sea al costo más bajo o el más alto.
Durante tres semanas de febrero – la semana del 8 de febrero (con corte al 4), del 15 (con corte al 11) y del 22 (con corte al 18) – Pemex estuvo al frente como la que distribuyó el combustible Premium al más bajo costo.
Todos se registraron en estaciones de la estatal ubicadas en el estado de Veracruz y variaron de: $18.39 pesos por litro la primera semana, $18.65 la segunda y $18.69 en la última semana.
En la primera semana de febrero, también en Veracruz, Pemex registró, con corte del 28 de enero, la venta de la gasolina Premium a $17.99 pesos por litro.
Si tenemos en cuenta que el 2021 inició con Pemex vendiendo la gasolina Premium al costo más alto en Guerrero a $21.89 pesos por litro, la semana siguiente subió a $22.49 pesos y después bajó a $17.88.
Una variación que no contempla la inflación
Lo anterior nos muestra una variación constante – con subidas y bajadas importantes – en el precio de la gasolina Premium que distribuye la estatal Pemex, también ocurre lo mismo con la regular y diésel.
Si nos vamos un poquito atrás en el tiempo y observamos a cómo se vendía el combustible Premium la última semana del mes de diciembre del año anterior, encontraremos que Pemex, en una estación de Veracruz, la distribuyó a $16.98 pesos por litro.
Si nos vamos un año atrás – para tener una referencia de mayor tiempo – los datos ofrecidos en la conferencia matutina del 6 de abril, se observa que Pemex se ubicó como la distribuidora que ofreció el combustible Premium al costo más bajo, en una estación de Veracruz a $12.75 pesos por litro.
Pero, a la vez, también eran quienes la vendieron al precio más alto en Sinaloa, ofreciéndosela a los consumidores a $21.99 pesos por litro.
Todas estas variaciones en el precio de la gasolina no responden necesariamente a lo que prometió el presidente, Andrés Manuel López Obrador
Recordemos que, como candidato a la presidencia, AMLO prometió bajar el precio de la gasolina – pese a que se contradijo recientemente – y que la gasolina no aumentaría en términos reales, sino que lo haría al ritmo de la inflación.
Según datos del INEGI vemos que la inflación de enero del presente año se ubicó en 3.54% y la de febrero en 3.76%, pero repasando los datos del precio de la gasolina bajó considerablemente entre ambos meses.
Tal vez se deba al subsidio en el precio, de ser así, se demuestra que el subsidio es utilizado para disfrazar que la gasolina aumenta constantemente – por cuestiones del mercado –, pero al discurso presidencial le sirve más decir que ellos lo bajaron.
El precio lo determinan otros factores
A diferencia del discurso del presidente que pretende achacar el precio de la gasolina a la inflación, este no lo determina necesariamente este factor – lógicamente sí influye – ya que no se pueden dejar de lados otros como: producción, distribución, etc.
Por eso observamos que en diferentes estados el precio de la gasolina puede variar, pese que la inflación es la misma para todo el país, hay muchísimos factores que influye en el precio de la gasolina, incluso la competencia.
Para desviar la atención el presidente volvió a afirmar que en su gobierno no ha aumentado la gasolina en términos reales y prometió mostrar datos al respecto – esperemos que cumpla –.
Asimismo, recurrió a la misma retórica de siempre – comparando lo que ocurría en administraciones anteriores en comparación con la suya – y aseveró que estos precios no representan gasolinazos.
Pero si comparamos los precios de la Premium en estaciones de Veracruz, donde generalmente suele venderse más barata, en un período de un año vemos que pasó de venderse en abril de 2020 a $12.75 pesos por litro a $20.15, un aumento de 7,4 pesos en un año o del 58%, cuando la inflación no aumentó tan exponencialmente.
Son muestras del desconocimiento del mercado de combustibles por parte del presidente y que no entiende verdaderamente cómo funciona éste y qué factores determinan los precios.
Esto es muy preocupante, porque no podemos olvidar que su intención – bajo el discurso de recuperar Pemex y la soberanía energética – es que el Estado controle mayoritariamente este mercado.
Si sólo las y los consumidores dependieran únicamente de Pemex para comprar gasolina, los precios se dispararían a números nunca vistos por una cuestión del mercado y de logística.
Sólo a fuerza de subsidios se podría evitarlo, pero eso terminaría por quebrar a Pemex por cuestiones lógicas.
El contenido presentado en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente representa la opinión del grupo editorial de Voces México.
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