Corroe a Morena lucha interna

El partido en el gobierno sigue siendo la fuerza política más importante desde su ascenso en 2018, pero se ha debilitado, principalmente, por las confrontaciones internas.

Fotografía: Cuartoscuro
Fotografía: Cuartoscuro

Michael González

Lectura: ( Palabras)

Las elecciones intermedias terminaron de desnudar los problemas internos en Morena, algunos que ya parecían evidentes, pero que han querido ocultar en los ya pasados tiempos electorales. 

Si trazamos una línea de tiempo, encontraremos el inicio de esos resquebrajamientos en las disputas que hubo para elegir a la nueva dirigencia de Morena tras la salida de Yeidckol Polevnsky. 

Ramírez Cuellar, que dirigió de forma interina a Morena mientras se resolvía el tema de las encuestas, aseguró que su predecesora – Yeidckol – había desfalcado al partido en tiempo al frente. Supuestamente hubo investigaciones, pero sin acciones concretas a final de cuentas. 

Dentro de todo la inconformidad y desarreglo tuvo que intervenir el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para que Morena, después de más de un año, pudiese nombrar nueva dirigencia. 

En el proceso hubo muchos conflictos, desde las asambleas en donde ni podían ponerse de acuerdo de las formas en que se erigiría la dirigencia hasta las descalificaciones entre contendientes a la presidencia del partido Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo. 

Delgado acusó que lo querían sacar ¨a la mala¨ del proceso de encuesta de Morena, mientras que Muñoz Ledo señalaba que, de ganar Mario Delgado la presidencia del partido se regresaba al dedazo. 

Tras una tercera encuesta organizada por el INE, los resultados arrojaron como ganador a Mario Delgado con un apoyo del 58.6% y Citlalli Hernández fue elegida nueva secretaria general del partido. 

Una dirigencia que inició con lazos rotos 

El primer reto que se encontró esta nueva dirigencia fue tratar de reunificar las fuerzas internas del partido tras el desgastante y tardado proceso de selección para armar un frente consolidado de cara a las elecciones intermedias y, según palabras de Delgado, ¨acompañar mejor al presidente¨. 

Eso se logró a medias. Principalmente porque las elecciones intermedias estaban tocando la puerta y se debía poner el foco en la selección de las candidaturas, por lo que esas heridas aún quedaron sin sanar. 

Desde su nombramiento como presidente de Morena, el trabajo de Delgado siempre estuvo bajo la lupa. Cuestionamientos sobre su pragmatismo, estigma que arrastraba desde la Cámara de Diputados, en la dirigencia del partido. 

La división en las filas de Morena y disgustos a la figura de Mario Delgado se hicieron mayores con las denuncias de propios ¨morenistas¨ a las encuestas de candidatas y candidatos a gobernador. 

Procesos irregulares, ¨dedazos¨, ¨fraude¨ y ¨traición¨ eran los señalamientos que hacían a estas encuestas. Quizás la que más dudas generó fue la que se desarrolló en Guerrero, principalmente, por la imposición de Félix Salgado Macedonio y posteriormente a Evelyn Salgado. 

También generó dudas la designación de Clara Luz Flores como la candidata a la gubernatura de Nuevo León, pocos días después de que ella decidiera salirse del PRI. 

Sumado a la cuestionada alianza con el Partido Verde para la Cámara de Diputados y gubernaturas. 

Ese pragmatismo de designar a la candidata o candidato con un mejor posicionamiento electoral, en lugar de la o el mejor en ideas y proyectos, le funcionó a Delgado para ganar 11 de las 15 gubernaturas en disputa. 

Pese a esa evidente victoria, la ruptura al interior del partido se hizo más evidente con todos estos procesos.

Acciones y hechos que le quitaron fuerza a Morena

No sólo es la mala gestión de Mario Delgado al frente de Morena lo que influyó en un ligero declive de Morena en cuanto a la elección federal de la Cámara de Diputados y la fuerte llamada de atención en los resultados de la Ciudad de México. 

También afectó la defensa del presidente, Andrés Manuel López Obrador a la candidatura de Félix Salgado Macedonio – cuando esta se caía por las irregularidades de su precampaña –, lo que terminó impactando en los márgenes de las preferencias de las encuestas electorales de las demás gubernaturas. 

El manejo de la pandemia y el retardado proceso de vacunación – que intencionalmente se aceleró semanas previas a la elección – también afectaron en la percepción del gobierno de López Obrador y, principalmente, el movimiento de Morena. 

El último clavo en el ataúd fue el desplome de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México. La aprobación de la jefa de gobierno tras esta tragedia cayó 22 puntos porcentuales. 

Si juntamos cada hecho, y trazamos como punto de partido esa desorganización para elegir la nueva dirigencia hasta la caída del metro, observaremos la debilitación de Morena como fuerza política.

Por fortuna para ellos la figura presidencial sigue siendo muy apoyada y defendida, AMLO también echó mano de sus conferencias matutinas para que su partido no se cayera más de lo esperado en estas elecciones intermedias.

Pese a todas las dificultades, terminaron saliendo airosos porque fueron el partido que recibió más votos, ganaron 11 gubernaturas, mantiene la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados – gracias a sus alianzas –.

Aspectos que preocupan en lo interno 

Aunque esto suele ocurrir en las elecciones intermedias de cada sexenio, a Morena le debe preocupar la caída en tres puntos porcentuales en comparación con lo obtenido en 2018. 

La intención era trasladar a estos comicios la aplastante y categórica victoria de las últimas elecciones, y más ante una oposición desconcertada, sin proyecto y sin una figura o líder claro. 

Con un discurso de anti-voto contra López Obrador, la oposición orquestó una campaña que convenció a una parte del electorado que, por medio del voto, le arrebató aproximadamente 30 curules a Morena, alejándola de la mayoría calificada. 

Aunque no se puede hablar de una derrota para el partido en el gobierno – en base a lo explicado anteriormente – sí dejaron a entrever un aire cercano a ella, particularmente por los resultados obtenidos en la Ciudad de México

Los señalamientos a los ¨ataques desde la prensa¨ y las críticas a la clase media que sufragó en favor del PRI – PAN – PRD, dan a ver que fue un golpe que no se esperaban y los deja trastocados para lo que viene de cara al futuro. 

Es el mismo error en el que cayó la oposición tras 2018, culpar al electorado y no hacer una autocrítica interna para corregir lo que se hizo o se está haciendo mal. 

La oposición encontró una oportunidad en las filias y fobias de un sector de la población votante y la explotó a su beneficio, aunque no le resultó del todo.

Esta puede ser una vía a segur desarrollando de cara a lo que se viene próximamente, producto de su incapacidad de conseguir una figura ética, moral y carismática que termine de convencer a más votantes. 

¨Pelea entre presidenciables a 2024¨

La tragedia de la Línea 12 y el resultado de las elecciones dejó trastocadas a las principales figuras presidenciables por parte de Morena de cara a 2024, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. 

Cuando salió la investigación periodística de The New York Times que pone como claros responsables del desplome del metro al empresario Carlos Slim y al canciller, Marcelo Ebrard. La primera en aclarar que no hubo ninguna infiltración desde el gobierno de la Ciudad de México fue Claudia Sheinbaum.

Pocas deben ser las personas que tenían acceso a los documentos que el NYT hace mención en su reportaje. Quizás Sheinbaum, la directora del metro, Florencia Serranía y la titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy. 

Horas después, Marcelo Ebrard publicó una carta donde estaban respondidas todas las preguntas que le hizo el periódico neoyorquino para la investigación y, en un tuit, agregó un comentario

¨Una vez conocido el peritaje a cargo del Gobierno de la Ciudad les compartiré también mi valoración de aseveraciones técnicas e intencionalidad política del texto¨. 

La respuesta que el canciller dará no es precisamente a la investigación del NYT, sino a los peritajes, en los que advierte que habrá una intención política. 

Posiblemente Ebrard esté notando una campaña orquestada en la que se le quiere desprestigiar su imagen, habrá que esperar qué escribe y opina luego de que se den a conocer los resultados del peritaje. 

A la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, personalmente, le puede interesar no ser recordada únicamente como a quien se les cayó el metro de la Línea 12, porque no hay ninguna otra acción u obra que caracterice su gestión en frente de la CDMX

¿Se inmiscuirá el presidente?… Y todos quieren participar 

El presidente, López Obrador, en su conferencia matutina de hoy, dio a entender que posiblemente sí se haya dado una infiltración a la prensa de lo ocurrido en la Línea 12.

Posteriormente, nombró a los posibles presidenciables para 2024 según su criterio.

Entre quienes mencionó destaca el Embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma; la secretaria de economía, Tatiana Clouthier; el canciller, Marcelo Ebrard y la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. 

Sheinbaum, es importante recordar, jugó un papel fundamental como secretaria de medio ambiente cuando López Obrador era jefe de gobierno del Distrito Federal. 

La decisión del presidente es difícil, porque también le debe mucho agradecimiento a Ebrard, especialmente desde que es canciller. Marcelo le ha manejado, y con éxito, temas que escapan de sus responsabilidades, por ejemplo, el de salud y lo relacionado con las vacunas. 

Pero, para Mario Delgado la opción más viable sería Marcelo Ebrard, ya que fungió como secretario de finanzas del mandato en el DF del actual secretario de relaciones exteriores.

Delgado podría armar perfectamente una encuesta amañada en la que resulte como la mejor opción Marcelo Ebrard, porque sabe que, teniéndolo a él en la presidencia, seguramente escale su carrera política. 

Son muchos los escenarios que se abren a un Morena dividido desde adentro y con afán de protagonismos de algunos, como es el caso del senador Ricardo Monreal quien no se descartó como un presidenciable para 2024. 

Pero si no quieren que se les descarrile el barco, Morena debe poner la mirada en la revocación del mandato y la elección de gobernador en el Estado de México, esos serán dos puntos de inflexión claves para 2024. 

Deben entender que la fuerza de AMLO se les acaba y Morena puede pasar a ser un partido más en el futuro.

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