El presidente, Andrés Manuel López Obrador respaldó la decisión de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum de mantener el semáforo epidemiológico de la Ciudad de México en color naranja.
¨Corresponde al gobierno de la ciudad que se tiene semáforo naranja y eso es lo que se está llevando a cabo¨, precisó el mandatario durante su conferencia matutina en Palacio Nacional.
Recordemos que el viernes pasado las autoridades del gobierno de la Ciudad de México sostuvieron que la capital mantenía el semáforo epidemiológico naranja de acuerdo con sus indicadores, pese al incremento en los contagios y hospitalizaciones.
Más tarde ese día, la Secretaría de Salud determinó cambiar el color del semáforo de la CDMX de naranja a rojo del 9 al 22 de agosto a causa del aumento de los contagios de COVID-19.
Inmediatamente el gobierno de la Ciudad de México emitió un comunicado en que contradecía lo expuesto por la Secretaría de Salud y donde se aferraba a la idea de que nos encontrábamos en semáforo naranja.
El argumento de las autoridades capitalinas se basó en dos ejes: vacunación, hospitalizaciones y casos activos. Destacaron que el 80% de la población mayor de 18 años en la CDMX tiene su primera dosis de la vacuna contra la COVID-19.
Además, subrayaron que los datos reflejan una estabilidad en los niveles de positividad de la enfermedad y los ingresos hospitalarios, descenso en los casos, sumado a una ¨ligera estabilidad¨ en la ocupación hospitalaria.
En el documento sólo apuntaron que sólo si cambiaban los indicadores de la pandemia relacionados con las hospitalizaciones por COVID-19 y positividad de la enfermedad, se podía modificar el semáforo epidemiológico.
Actualmente la Ciudad de México tiene el 71% de las camas por hospitalización general ocupadas y las camas con ventilador están ocupadas al 66%.
Secretaría de Salud sin autoridad
El presidente manifestó que en su gobierno se permiten las discrepancias, ya que son: ¨democráticos¨, pese a que en este ¨encontronazo¨ no había diferencias de fondo.
En ese sentido, remarcó que lo importante era que no había tantas restricciones con esta situación epidemiológica, a diferencia de otras entidades donde salió el afán autoritario de sus gobernantes.
¨En un estado de la república se abrieron los restaurantes, pero a los adultos mayores sólo les permitían ir hasta las 5 de la tarde y casos así¨, ejemplificó el mandatario.
Por último, señaló que se le debe dar su lugar a su gente porque la mayoría es mayor de edad y no se le debe estar orientando recurrentemente.
¨No hay que estarlo tutelando, ni estarle diciendo está prohibido esto o no hagas esto. Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho¨, indicó.
Con este respaldo a Sheinbaum, AMLO marca un precedente que otorga autonomía a las entidades y deja sin autoridad o peso a la Secretaría de Salud en todo lo relacionado a la pandemia.
Ya se notaba, desde que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, que la autoridad sanitaria federal perdió su poder y quedó en las manos de los mismos gobiernos de las entidades.
De nada sirve tener a una Secretaría de Salud – la máxima autoridad sanitaria – que emite dictámenes que se convierten en recomendaciones opcionales que los gobiernos deciden si seguir o no.
Deberían tener un cierto poder la Secretaría de Salud por sobre los gobiernos estatales, porque se supone que los primeros son los expertos para controlar la situación de la pandemia – la cual es bastante preocupante –. De lo contrario, se comprueba que todo el manejo de la pandemia fue improvisado.
¿Tema político? ¿La economía por encima de la salud?
Sería lamentable que los gobiernos no acaten las indicaciones de la Secretaría de Salud para la contención de la pandemia, especialmente en esta tercera ola de contagios que está siendo bastante trágica, por un tema de evitar represalias políticas.
El gobierno federal y unos locales han minimizado la situación de la pandemia con el propósito de no recibir críticas por parte de la ciudadanía, ya que son los primeros señalados a la hora de que incrementa los casos y las hospitalizaciones.
Si este es el caso del gobierno de la CDMX – ojalá no sea – sería lo más macabro e inhumano por parte de las autoridades capitalinas en mucho tiempo. Preponderar la imagen de una autoridad por encima de la salud de la población es despiadado.
En esta pandemia a los gobiernos se les ha achacado por dos temas fundamentales: la devastadora crisis económica, al igual que la sanitaria.
A primera instancia, el gobierno decidió, al igual que prácticamente todo el mundo, priorizar la salud – con el confinamiento – en detrimento de la actividad económica, la cual se vio afectada como en ningún otro momento de la historia.
En esta ¨segunda fase¨ de la pandemia con el avance de la vacunación, las prioridades cambiaron y ahora está por delante recuperar la economía porque se pensó que con la inoculación se resolvía la parte de salud por sí sola.
Por ello, pese a que a nivel nacional los casos y hospitalizaciones subieron vertiginosamente, no suspendieron o limitaron ninguna actividad económica.
Se entiende la intención de querer recuperar empleos y paliar el golpe de la pandemia, pero llegará un momento en que deberán decidir, otra vez, qué es más importante si la salud o la economía. Muchos huirán de ella por miedo a deteriorar su imagen.
El contenido presentado en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente representa la opinión del grupo editorial de Voces México.
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